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Tipos de mordida dental

Medicina y Salud

12 de Febrero de 2025
tipos de mordidas

En odontología, la correcta alineación de los dientes y su relación al cerrar la boca desempeñan un papel fundamental en la salud bucodental. Más allá del aspecto estético, la mordida influye en funciones esenciales como la masticación, la fonación y la respiración. Un desequilibrio en esta relación puede derivar en alteraciones en la articulación temporomandibular, generar tensión muscular e incluso afectar la postura corporal.

El estudio de las distintas tipologías de mordida es una parte esencial de la ortodoncia, ya que permite identificar desajustes que pueden comprometer el bienestar del paciente a largo plazo. Estudiar una formación avanzada, como el Máster en Ortodoncia en Madrid o en Valencia de la Universidad Europea, ofrece a los especialistas las herramientas necesarias para diagnosticar y tratar estas alteraciones de manera precisa, abordando cada caso desde un enfoque integral.

¿Qué son los tipos de mordida y cómo afectan a tu salud dental?

La mordida es la forma en la que los dientes superiores e inferiores encajan entre sí al cerrar la boca. Esta relación, conocida también como oclusión, puede presentar distintas variaciones que influyen en la funcionalidad y estética de la sonrisa. Cuando la alineación no es la adecuada, se habla de maloclusión, una alteración que puede derivar en problemas dentales y musculares. Esta afección se puede manifestar a través de una dificultad para masticar ciertos alimentos, molestias al hablar durante largos períodos o incluso tensión en los músculos de la mandíbula.

Los diferentes tipos de mordida dental se clasifican en función de la posición de los dientes y la relación entre los maxilares. Dependiendo del caso, pueden generar un desgaste prematuro de las piezas dentales, dificultar la higiene bucal o incluso afectar la pronunciación. Identificar estos desajustes es clave para evitar complicaciones a largo plazo y garantizar una correcta función oral.

El diagnóstico y tratamiento de estas alteraciones son parte fundamental de la formación en las distintas especialidades de odontología. Por ejemplo, a través del Grado en Odontología en Madrid de la Universidad Europea, los futuros profesionales adquieren los conocimientos necesarios para identificar y corregir los distintos tipos de mordidas, mejorando la salud bucodental y el bienestar general de los pacientes.

Clasificación de los tipos de mordida

Existen diversas clasificaciones de la mordida según la forma en que los dientes superiores e inferiores se relacionan entre sí. Algunas variaciones pueden considerarse dentro de la normalidad, mientras que otras requieren corrección para evitar problemas funcionales y estéticos.

Mordida clase I: la alineación ideal

La mordida tipo 1, también conocida como clase I, es el ejemplo de una alineación perfecta. Aquí, los dientes superiores encajan correctamente con los inferiores, garantizando una distribución equilibrada de las fuerzas al masticar.

Esta mordida se utiliza como estándar de referencia en ortodoncia, ya que permite evaluar desajustes en otros tipos de maloclusión. Para mantener una mordida clase I saludable, es fundamental contar con una buena higiene dental y revisiones regulares.

Mordida clase III: la mandíbula adelantada

La mordida tipo 3 ocurre cuando la mandíbula inferior sobresale más allá de la superior, afectando a la estética y funcionalidad. Esto puede generar una apariencia de prognatismo, donde la mandíbula se ve más prominente de lo habitual. Las personas con esta mordida suelen experimentar dificultades al masticar alimentos duros o al hablar con claridad. Además, si no se corrige, puede generar problemas en la articulación temporomandibular (ATM). En algunos casos, el tratamiento requiere cirugía ortognática para reposicionar la mandíbula.

Mordida cruzada: problemas de alineación lateral

En este caso, los dientes inferiores se superponen a los superiores de manera incorrecta, ya sea en los laterales o en la parte frontal. Puede alterar la simetría facial, especialmente en casos graves, y provocar tensiones musculares en la mandíbula. El tratamiento más común para su corrección es la ortodoncia.

Mordida abierta: falta de contacto dental

Una mordida abierta ocurre cuando los dientes superiores e inferiores no logran tocarse al cerrar la boca. Este tipo de maloclusión es común en personas que han tenido hábitos como chuparse el dedo o presionar la lengua contra los dientes durante la infancia. A largo plazo, una mordida abierta puede afectar al habla, generando ceceo o dificultad para pronunciar ciertas consonantes. También puede causar inseguridades estéticas, especialmente en adultos que no recibieron tratamiento temprano.

Sobremordida: exceso de superposición

En pacientes con sobremordida, los dientes superiores cubren excesivamente a los inferiores, a veces hasta ocultarlos por completo. Este desajuste causa problemas estéticos, pero también genera desgaste en el esmalte de los dientes inferiores, lesiones en las encías y dolor mandibular. En casos extremos, la sobremordida puede dificultar la pronunciación de ciertos sonidos y limitar la apertura de la boca.

Resalte: separación entre las arcadas dentales

El resalte se refiere a la distancia horizontal entre los dientes superiores e inferiores, vista desde un perfil lateral. Normalmente, esta separación no debería superar los 2 milímetros. Un resalte mayor puede afectar a la masticación y aumentar el riesgo de fracturas en los dientes delanteros superiores.

Mordida borde a borde: el desgaste dental

La mordida borde a borde ocurre cuando los extremos de los dientes delanteros superiores e inferiores chocan directamente al cerrar la boca. Este tipo de mordida provoca un desgaste acelerado del esmalte dental, lo que puede generar sensibilidad a alimentos fríos o ácidos y alterar la estética de la sonrisa.

¿Qué tipo de mordida es más difícil de corregir?

Las mordidas complejas, como una combinación de mordida tipo 3 con sobremordida severa o mordida abierta, suelen ser las más difíciles de tratar. Estas condiciones implican no solo desajustes en los dientes, sino también problemas estructurales en los huesos maxilares.

En estos casos, un tratamiento interdisciplinar es clave. Por ejemplo, un paciente con mordida abierta y sobremordida podría necesitar ortodoncia, ejercicios miofuncionales y cirugía para lograr un resultado estable.

¿Cómo es la mordida perfecta?

La mordida perfecta se caracteriza por una alineación equilibrada entre los dientes superiores e inferiores, permitiendo una función masticatoria eficiente y una correcta distribución de las fuerzas al morder. En una oclusión ideal, los dientes superiores cubren ligeramente a los inferiores en la parte frontal, mientras que los posteriores encajan de manera armónica, evitando desgastes irregulares o sobrecarga en la musculatura.

Entender cómo es una mordida perfecta resulta fundamental en el campo de la odontología, donde el diagnóstico y tratamiento de las maloclusiones juegan un papel fundamental en la salud bucodental. Para quienes se interesan en esta área, una de las preguntas más comunes es por qué estudiar odontología. Esta disciplina no solo permite mejorar la estética y funcionalidad de la dentición, sino que también contribuye al bienestar general de los pacientes, ofreciendo soluciones a problemas que pueden afectar a su calidad de vida.

Tratamientos disponibles para corregir las mordidas

Dependiendo del tipo de mordida, los tratamientos de estética dental incluyen:

  • Ortodoncia: los brackets tradicionales o los alineadores invisibles son las opciones más populares. Estos dispositivos aplican fuerza para reposicionar los dientes gradualmente.
  • Cirugía ortognática: indicada para casos severos de mordida tipo 3, esta intervención reposiciona los huesos maxilares para corregir la alineación.
  • Aparatos funcionales: son usados principalmente en niños y adolescentes para corregir desajustes tempranos.

El estudio de la mordida y sus variaciones es esencial para comprender cómo influye en la salud bucodental y en la calidad de vida de los pacientes. Desde la mordida clase I, considerada ideal, hasta desajustes como la mordida cruzada o la sobremordida, cada alteración puede tener consecuencias funcionales y estéticas que requieren una intervención adecuada.

Gracias a los avances en ortodoncia y tratamientos odontológicos, hoy es posible corregir la mayoría de los problemas de mordida con soluciones adaptadas a cada caso, desde ortodoncia tradicional hasta cirugía ortognática en casos más complejos. Comprender estas alteraciones y sus soluciones no solo permite mejorar la salud dental, sino que también resalta la importancia de la odontología como una disciplina clave para el bienestar general.

Si estás interesado en el mundo de la odontología y todo lo que abarca, puedes consultar la gran variedad de masters de Biomédicas y Salud de la Universidad Europea.