¿Qué es un desgarro muscular?

Al realizar cualquier tipo de ejercicio físico a través de entrenamientos individuales o practicando cualquier deporte en grupo se pueden sufrir lesiones. Una de las más comunes es el desgarro muscular, un tipo de lesión que debe tratarse en el momento y de forma progresiva para una correcta recuperación de la zona afectada y una posterior incorporación a la práctica deportiva eficaz una vez tratado.

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¿En qué consiste un desgarro muscular?

Un desgarro muscular es una lesión producida por diferentes acciones como la realización de un esfuerzo excesivo, un estiramiento que sobrepasa la elasticidad del músculo o por una contracción muscular que haya superado la resistencia que éste puede soportar.

Es importante a la hora de tratar y diagnosticar, entender la diferencia entre desgarro muscular y contractura. Por un lado, el desgarro consiste en una ruptura de fibras musculares a diferentes niveles (de fibras pequeñas a grandes). Sin embargo, la contractura, es una contracción del músculo durante un periodo de tiempo, pero no implica ninguna ruptura del tejido.

Grados de desgarro muscular

A continuación, indicamos los tipos de desgarros musculares según la complejidad de la afección.

• Desgarro leve: se trata de una ruptura de pocas fibras musculares con una sensación dolorosa mínima. Su tratamiento suele durar alrededor de 8 días.
• Desgarro moderado: afecta a un conjunto de fibras musculares más amplio, dando lugar a una rotura muscular moderada con hematomas y disminución de movilidad. El tratamiento puede alargarse en torno a tres o cuatro semanas.
• Desgarro grave: conlleva una ruptura completa del músculo, presentando un dolor más intenso, inflamaciones y hematomas en la zona afectada. El tratamiento hasta recuperar del todo la lesión suele abarcar de uno a tres meses.

Síntomas y causas de un desgarro muscular

Cuando se produce un desgarro según las molestias se puede confundir con contractura muscular. Te indicamos los principales síntomas para poder diferenciarlo correctamente y las causas por las que puede producirse.

Los síntomas que pueden evidenciar los desgarros musculares son la existencia previa de una inflamación, dolores intensos en la zona afectada, localización de hematomas o dificultad para caminar.

Las causas de esta afección son las siguientes:

• Mal calentamiento muscular, es decir, realizar pocos estiramientos a la hora de hacer ejercicio o demasiados.
• Esfuerzos intensos.
• Sedentarismo, no realizar ejercicio debilita las fibras musculares.
• Desnutrición y deshidratación, favorecen que los músculos se dañen con más frecuencia.
• Golpes directos en alguna zona, traumatismos.

Tratamientos para un desgarro muscular

Pasados los primeros días después del desgarro muscular se suele recomendar realizar algunos ejercicios controlados pasivos, todos ellos, acordes al nivel de movilidad y dolor que tenga el paciente. Es importante controlar la recuperación de la lesión de cara a una correcta incorporación a la hora de realizar ejercicio, ya sea deporte de alto rendimiento, deporte moderado u ocasional.

Fase de inicio y recuperación

• Aplicación de calor:  se trata de la aplicación de calor local sobre la zona afectada. Con ello se mejora el proceso de curación activando la circulación.
• Movilización activa: movilización y contracción activa de la zona lesionada a través de ejercicios para mejorar el proceso de cicatrización.
• Masaje drenante circulatorio y de relajación muscular: a través del masaje se estimula la circulación sanguínea además de evacuar los residuos producidos por la lesión favoreciendo así la cicatrización de la misma.

Fase parcial de recuperación

• Vendaje compresivo: vendajes ligeros realizados antes de hacer ejercicios de recuperación como carrera suave o movimientos de activación muscular.
• Estiramientos suaves: realización de ejercicios de estiramientos suaves, teniendo en cuenta que cuando se produzca dolor, este debe ser el indicativo de no seguir más.
• Ejercicios de readaptación muscular: se trata de ejercicios de carrera suave y otros con peso, todos ellos teniendo en cuenta la gravedad de la lesión y su afección.

Fase final de recuperación

• Ejercicios intensos: ejercicios con un nivel de intensidad mayor, se recomienda ir incrementando la duración de éstos progresivamente.
• Estiramientos intensos: se trata de conseguir llegar a estirar la zona lesionada como antes de padecer la lesión.
• Masaje transverso: este tipo de masaje profundo se realiza para evitar la aparición de cicatrices engrosadas o callos, que pueden darse durante el proceso de cicatrización del desgarro muscular.

Con cada una de estas fases de recuperación no solo se consigue regenerar el músculo y que vuelva a estar como antes, sino que se previenen lesiones musculares futuras si se cura correctamente a través de las indicaciones dadas por los profesionales.

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