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Educación
La familia es el núcleo primario de la sociedad. Es donde nacemos y crecemos. En su seno aprendemos los primeros valores y comenzamos a desarrollar nuestra concepción del mundo. Una familia unida, empática y con normas claras facilita el crecimiento de sus miembros, pero una familia disfuncional lo limita. La orientación familiar es clave para facilitar la función educativa de los padres y contribuir a una dinámica familiar adecuada, por lo que si estás pensando en estudiar un grado en Maestro/a en Educación Primaria, es una área que debes dominar.
La orientación familiar es un proceso enfocado en proporcionar información, formación y apoyo a la familia para ayudarla a cumplir sus funciones de la mejor manera posible, facilitar la convivencia, solucionar sus conflictos y generar una dinámica positiva que estimule el desarrollo y el bienestar de todos sus miembros.
El orientador familiar, por ende, es un profesional que se encarga de guiar ese proceso para ayudar a la familia a conocerse mejor, identificar sus fortalezas y ser consciente de sus debilidades, así como encontrar un equilibrio saludable que facilite la convivencia.
La orientación familiar tiene una función eminentemente formativa. El orientador brinda herramientas a los padres para que puedan ejercer adecuadamente su labor educativa como grupo primario y desarrollen las habilidades de crianza necesarias.
También orienta a los padres sobre los recursos sociales que tienen a su disposición y les explica las fases evolutivas y los procesos del desarrollo personal por los que atravesarán sus hijos. Así los prepara para que puedan afrontar o prevenir las dificultades típicas de las distintas fases del ciclo vital.
El orientador familiar está capacitado para detectar las dinámicas familiares que obstaculizan el desarrollo de los miembros. Ofrece a los padres criterios de funcionamiento que les permitan afrontar de forma asertiva aquellas situaciones que limiten el funcionamiento de la familia.
También les ayuda a reconocer los roles y funciones de cada miembro de la familia y potencia patrones relacionales más saludables. De hecho, el orientador familiar facilita la comunicación con los hijos para que puedan apoyarlos y transmitirles seguridad mientras crecen.
La orientación psicológica familiar también tiene una vertiente más “clínica” ya que se encarga de ayudar a las familias a superar sus dinámicas disfuncionales para que puedan progresar y adaptarse a sus circunstancias.
En estos casos, el orientador familiar suele potenciar las habilidades comunicativas y de resolución de conflictos para romper las dinámicas que paralizan el progreso del grupo familiar. También estimula la empatía y la capacidad de adaptación para que la familia pueda superar diferentes situaciones, desde un divorcio hasta una nueva pareja o un conflicto con las familias de origen.
Las funciones educativas y de asesoramiento tienen un carácter más genérico, por lo que no solo se pueden realizar a través de sesiones personalizadas sino también mediante conferencias, charlas, coloquios o simposios. Un maestro en Educación Primaria, un máster en Acoso Escolar, o un máster en Psicopedagogía en Valencia, puede ofrecer orientación educativa a las familias.
En cambio, la mediación familiar propiamente dicha tiene una orientación más clínica y suele enfocarse en familias que están atravesando un periodo de crisis, se han estancado en dinámicas disfuncionales o cuyos miembros demandan una atención especial. Por consiguiente, suele estar a cargo del psicólogo infantil o de los especialistas en terapia familiar.