La magnetoterapia es un tratamiento que usa los campos magnéticos sobre el cuerpo humano estáticos o pulsantes. Así, esta técnica restaura el equilibrio bioquímico de las células.
Puesto que facilita los procesos regenerativos y de recuperación de una lesión, acelera la consolidación ósea y alivia el dolor y los edemas. Además, permite un tratamiento efectivo durante la fase de curación postoperatoria. Esto hace que se use cada vez en más dolencias.
Es uno de los tratamientos terapéuticos más avanzados de la fisioterapia. Titulaciones actualizadas como el Máster en Fisioterapia Deportiva semipresencial de la Universidad Europea la incluyen en su temario. También forma parte del programa de estudios del Máster en Fisioterapia Deportiva en Madrid.
La magnetoterapia equilibra la carga eléctrica de las células dañadas del deportista lesionado. Consiste en un método no invasivo que lleva energía de los campos magnéticos a los tejidos para sanarlos.
Puede usar imanes estáticos o campos magnéticos pulsantes sobre la zona lesionada. Cuando usa imanes, se llama biomagnetismo. Las frecuencias usadas pueden ser altas o bajas, dependiendo de la gravedad de la lesión. Esto hace que tenga beneficios para dolencias fruto de la actividad deportiva profesional, y que se haya convertido en una técnica esencial para la readaptación deportiva o return to play.
La magnetoterapia tiene efecto antiinflamatorio, analgésico, antiedematoso y regenerativo. También tiene un efecto osteogénico o de aceleración de la consolidación ósea. Aplicada por un fisioterapeuta deportivo, asegura la mejoría de tejidos blandos y óseos gracias a sus diferentes cualidades:
La magnetoterapia se emplea en dolencias del aparato locomotor, de la piel y del sistema nervioso y circulatorio. Acorta el tiempo de recuperación de lesiones, como lo hace la terapia física en el deporte. En concreto, contribuye al tratamiento de las siguientes patologías y enfermedades:
Se usa para tratar dolencias degenerativas como la osteoporosis, la pseudoartrosis, la artritis reumatoide o la discopatía. Asimismo, se emplea para la artrosis de rodillas, la fibromialgia, el dolor pélvico y la inflamación muscular. También favorece tratamientos del síndrome del túnel carpiano, de la tendinitis de Aquiles y de lesiones del cartílago articular.
La magnetoterapia se emplea para tratar úlceras en las piernas. Estas pueden estar vinculadas con la diabetes, con quemaduras y con inflamaciones y edemas postoperatorios.
Otra de sus aplicaciones es el alivio del dolor de la polineuropatía diabética, las neuropatías y la esclerosis múltiple. También mitiga los trastornos de los nervios intracraneales y periféricos posteriores a un accidente cerebrovascular. De hecho, se usa incluso como terapia para dolores vasomotores de cabeza y migrañas.
Es una terapia efectiva para la recuperación tras un infarto agudo de miocardio. También para tratar la arritmia cardíaca, la enfermedad de corazón isquémico y la hipertensión.
La magnetoterapia es un tratamiento indoloro y cómodo. Como mucho, se percibe un calor suave en la zona tratada. Puede aplicarse a través de la ropa, incluso sobre una escayola si la extremidad está inmovilizada.
Pese a lo inocuo de esta técnica, debe ser llevada a cabo por un fisioterapeuta deportivo. Tratamientos como este o la EPI en fisioterapia implican la evaluación de parámetros según el análisis del paciente. Así pues, solo la formación, experiencia y habilidad clínica de profesionales expertos permiten un cuidado seguro y efectivo.
La magnetoterapia se valora por su capacidad para tratar afecciones sin intervenciones invasivas. Los estudios recientes destacan su seguridad y eficacia, lo que promueve su inclusión en protocolos de tratamiento modernos y en programas de educación de fisioterapia avanzada. En el contexto deportivo, facilita la rehabilitación de atletas al acelerar el proceso de curación de lesiones y reducir el tiempo de inactividad, lo que es esencial para el regreso al juego.
Un estudio de 2023 detalló un programa de recuperación integral para atletas de pista y campo que incluía hidroterapia, presoterapia y magnetoterapia. El programa demostró ser efectivo en mejorar la función neuromuscular y la hemodinámica periférica, sugiriendo que la magnetoterapia es beneficiosa para optimizar la recuperación de los atletas después de actividades físicas intensas (Abutalimov et al., 2023).
Otro artículo de 2022 destacó los procesos físicos subyacentes a la magnetoterapia para abordar problemas generados por actividades deportivas extensas, enfatizando su potencial como alternativa de tratamiento sin fármacos para problemas relacionados con el deporte, que podrían incluir lesiones crónicas o síntomas de uso excesivo (Fähnle, 2022).
Estos estudios colectivamente subrayan el reconocimiento creciente de la magnetoterapia como una opción viable para mejorar la recuperación y manejar lesiones en entornos deportivos, validando aún más su uso en programas profesionales y de medicina deportiva.