El mercado laboral ha cambiado muchísimo en las últimas décadas, exigiendo nuevas estrategias tanto para las empresas como para los empleados que están viviendo un momento de transición profesional. Una de esas tácticas es el outplacement, un proceso que facilita la reubicación laboral de los empleados y permite a las empresas gestionar de manera ética y efectiva sus recursos humanos.
Para quienes desean especializarse en recursos humanos y gestión de personas, el outplacement es una competencia clave. Si te interesa hacer carrera en esta área, el Máster en Recursos Humanos online de la Universidad Europea puede darte las herramientas necesarias para destacar.
En este artículo, exploraremos qué es el outplacement, cómo se lleva a cabo y cuáles son sus principales beneficios, tanto para las personas como para las organizaciones.
El outplacement es un servicio de recolocación laboral que las empresas ofrecen a los empleados que van a ser despedidos o que enfrentan una reorganización. A través de este proceso, los trabajadores reciben apoyo en su búsqueda de un nuevo empleo mediante asesoramiento, formación y acceso a redes de contactos profesionales (networking). En otras palabras, se trata de una ayuda para facilitar su transición hacia otro puesto de trabajo.
Este concepto se popularizó en Estados Unidos en la década de 1960, cuando las grandes corporaciones comenzaron a ofrecer asistencia a los empleados afectados por recortes de personal. Con el tiempo, el outplacement se ha extendido en todo el mundo y se ha convertido en una práctica común en empresas que buscan mantener una buena imagen y demostrar responsabilidad social corporativa.
El outplacement se diferencia de otros servicios de búsqueda de empleo en que está dirigido específicamente a empleados que han perdido su puesto dentro de una empresa, y suele estar financiado por la propia organización como parte de su política de desvinculación laboral.
Existen principalmente dos tipos de outplacement:
El outplacement individual está diseñado para ejecutivos o empleados de alto nivel que requieren un servicio más personalizado.
Este tipo de proceso ofrece un enfoque centrado en las habilidades y expectativas de cada trabajador, ayudándoles en la construcción de su marca personal y estrategias para negociar nuevos contratos laborales. También suele incluir asesoramiento sobre planes de carrera y formación adicional en habilidades de liderazgo o comunicación.
Este tipo de outplacement se utiliza cuando una empresa tiene que hacer frente a una reducción masiva de personal, como ocurre en fusiones, adquisiciones o cierres de plantas. Aquí, el objetivo es gestionar el impacto social y económico del despido de un grupo numeroso de trabajadores.
A diferencia del outplacement individual, el enfoque es más generalizado, ya que ofrece seminarios grupales sobre búsqueda de empleo, talleres para la actualización de currículums, simulación de entrevistas y técnicas de networking.
Ambos tipos de outplacement son herramientas que sirven para facilitar la transición laboral de los empleados, lo único que se aplican según la situación y las necesidades del personal afectado.
El proceso de outplacement sigue una serie de fases que ayudan al empleado a superar la pérdida de su empleo y a prepararse para encontrar nuevas oportunidades. Aunque cada programa puede variar ligeramente según la empresa que lo ofrezca, los pasos generales son:
En primer lugar, se realiza una evaluación del perfil profesional del empleado. Esta fase permite identificar sus fortalezas y áreas de mejora. Además, se discuten sus expectativas laborales, intereses profesionales y objetivos a corto y largo plazo. Este análisis es fundamental para diseñar una estrategia de reubicación laboral efectiva y personalizada.
La siguiente etapa consiste en proporcionar formación en áreas clave como la actualización del currículum, la preparación para entrevistas de trabajo y el uso de las redes de contactos profesionales. Además, el asesoramiento incluye orientación sobre cómo manejar la transición emocional tras el despido, una cuestión importante para mantener la motivación y la confianza del empleado.
Con la formación adecuada, se elabora un plan de acción con estrategias para la búsqueda de empleo. Esto puede implicar la identificación de sectores o empresas objetivo, la creación de una presencia digital sólida en plataformas como LinkedIn y el uso de técnicas avanzadas de búsqueda laboral.
Uno de los aspectos más valorados del outplacement es el seguimiento constante que se realiza durante todo el proceso de búsqueda de empleo. Los consultores de outplacement están disponibles para ayudar y ajustar la estrategia según sea necesario. De este modo, se garantiza que el empleado tenga todas las herramientas para conseguir un puesto de trabajo nuevo.
El outplacement ofrece ventajas tanto para los empleados que lo reciben como para las empresas que lo financian. Estas son algunas de las más destacadas:
El outplacement se ha convertido en una herramienta esencial en la gestión de recursos humanos, especialmente en tiempos de incertidumbre económica o cambios organizacionales. Ayuda a las empresas a manejar despidos de manera ética, al mismo tiempo que fortalece las relaciones laborales y promueve una cultura corporativa basada en la empatía y el apoyo mutuo.
Para los profesionales de Recursos Humanos, entender cómo implementar y gestionar procesos de outplacement es clave para garantizar una gestión eficiente del talento. Formarse mediante un posgrado, como el Máster de Recursos Humanos de la Universidad Europea (también, disponible en el campus de Valencia), les permite contribuir de manera significativa al éxito de sus organizaciones, ayudando tanto a empleados como a empleadores a navegar las complejidades del mercado laboral actual.