
En España, el tejido empresarial crece cada año un 10,6 %, por encima del 9,8 % de la media en la Unión Europea. Gran parte de este tejido está formado por pequeñas y medianas empresas que necesitan técnicos superiores en Administración y Finanzas (titulación ofertada también en modalidad online en el Centro de Formación Profesional Europeo) que sepan usar las aplicaciones ofimáticas, una condición indispensable para que estos negocios puedan seguir creciendo y logren ser competitivos en un mercado cada vez más digitalizado.
La ofimática, también conocida como burótica, se refiere al conjunto de elementos informáticos que se enfocan en automatizar y optimizar las tareas y funciones diarias en la oficina. Básicamente, comprende las herramientas, softwares, técnicas y aplicaciones informáticas que facilitan la gestión más eficiente de las tareas administrativas. Por tanto, incluye desde los procesadores de texto y softwares para generar y administrar bases de datos hasta los sistemas informáticos y dispositivos inteligentes que automatizan los procesos de la gestión empresarial.
En el día a día de una oficina, las herramientas y aplicaciones ofimáticas permiten crear, gestionar, compartir y almacenar todo tipo de archivos o información relevante para el entorno empresarial. Gracias a la ofimática, es posible desarrollar y editar archivos de texto, crear hojas de cálculo y análisis de datos, realizar presentaciones visuales y tramitar archivos de manera más rápida y sencilla. También facilita la comunicación a distancia, la administración de las tareas empresariales y la gestión de todo tipo de bases de datos.
Gracias al desarrollo de la tecnología, en la actualidad las empresas cuentan con un número considerable de programas de ofimática que les ayudan a gestionar sus tareas cotidianas y optimizar el flujo de trabajo. No obstante, existen algunos programas de ofimática “básicos” que están presentes en muchísimas oficinas:
La implementación de la ofimática en las empresas facilita las tareas de oficina, optimiza los procesos administrativos y ayuda a gestionar mejor la información. Eso se traduce en una reducción significativa de los costes, un uso más racional del tiempo y un mayor rendimiento y control.
Sin embargo, la ofimática no está exenta de sombras. Su dependencia a la energía eléctrica, los problemas de privacidad, posibles errores en los sistemas ofimáticos o fallos en la red pueden suponer un problema puntual para el funcionamiento de las empresas, por lo que necesitan contar con protocolos de actuación que prevean esos escenarios.