La Inteligencia Artificial confiere a los sistemas la capacidad para tomar decisiones y ejecutar operaciones automatizadas sin la intervención humana, basándose en una serie de algoritmos que tienen en cuenta las condiciones cambiantes del entorno y se perfeccionan a medida que van aprendiendo. Las aplicaciones prácticas de la Inteligencia Artificial ya están cambiando radicalmente la manera de operar en muchos sectores de la industria, entre ellos la logística.
Durante mucho tiempo la logística siguió un esquema reactivo y se limitó a adaptarse a los cambios en la demanda, pero con la aplicación de la Inteligencia Artificial puede asumir un papel proactivo previendo el comportamiento del mercado para adaptar su plan de acción en consecuencia.
Con el uso del Big Data se puede cruzar información interna como los históricos de ventas con información externa proveniente de las redes sociales, el estado del tiempo o el momento del año para prever la intención de consumo y anticiparse a la demanda. De esta manera la empresa evita la escasez de productos y limita el exceso de existencias implementando una gestión de almacén más eficaz.
En los almacenes automáticos se combina la robótica con el software de gestión para optimizar las operaciones de transporte y colocación de productos de manera autónoma, lo cual no solo representa un ahorro de tiempo, sino que también reduce los errores humanos y permite ganar en eficiencia.
La Inteligencia Artificial analiza los patrones de movimiento de la mercancía en el almacén para asignar mejor los recursos y corregir los movimientos en caso de que se produzcan cambios en los circuitos. También propone las soluciones de almacenaje más eficientes y seguras teniendo en cuenta factores como el tiempo, los costes o la frecuencia de salida de los artículos. Así reduce la cantidad de contenedores necesarios o el número de envíos individuales para satisfacer los pedidos.
Las aplicaciones prácticas de la Inteligencia Artificial en las actividades logísticas permiten reducir costes en diferentes frentes. Según un informe reciente realizado por la consultora estratégica global McKinsey & Company, la implementación de la IA ha ayudado a las empresas a reducir los costos de logística en un 15 %, optimizar en un 35 % el nivel de inventario y mejorar en un 65 % el nivel de servicio, que representa el grado de satisfacción de los clientes.
La Inteligencia Artificial permite trabajar más rápido con una tasa de errores más baja, lo cual disminuye significativamente los costos para la empresa. Facilita la automatización del inventario, permite agrupar diferentes productos según sus similitudes y detecta áreas de desperdicio o redundancia en la red de centros logísticos, cruces de muelles y almacenes.
Probablemente uno de los usos de la Inteligencia Artificial en la actualidad más conocidos son los robots Kiva de Amazon. Estos robots se mueven por sus almacenes para ayudar al personal humano a recoger, clasificar, transportar y almacenar los paquetes, ahorrando un tiempo precioso y reduciendo los errores a lo largo del proceso.
Empresas como Domino’s Pizza también han empezado a aprovechar el potencial de la Inteligencia Artificial con el vehículo de entrega autónoma Nuro, que puede optimizar las rutas en tiempo real para entregar los productos más rápido y aumentar la satisfacción de sus clientes.
DHL es otra empresa que está usando la Inteligencia Artificial para predecir retrasos en los tiempos de tránsito de carga aérea con hasta una semana de antelación evaluando decenas de parámetros con el objetivo de adoptar medidas proactivas de mitigación que permitan gestionar mejor los recursos.
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