La empatía es un arma de doble filo para el personal de atención sanitaria: por un lado, estos trabajadores no podrían desempeñar bien su trabajo sin ella; pero, por otro lado, el vínculo que entablan con sus pacientes puede tener ciertos efectos negativos a la larga.
Es así como surgen fenómenos como la fatiga por compasión, un tipo de estrés que deriva del sufrimiento ajeno y que reduce significativamente la calidad de vida de los profesionales sanitarios, ya que los trabajadores especializados en esta área están más expuestos a ella. No obstante, cualquier persona que quiera dedicarse al ámbito de la salud debe conocerla y, por eso, los masters de Medicina y los masters en Enfermería de la Universidad Europea suelen abordarla en mayor o menor medida.
Si tu futuro puesto de trabajo conlleva cuidar de personas enfermas o dependientes, sigue leyendo para descubrir qué es exactamente la fatiga por compasión, cuáles son sus síntomas y cómo prevenirla.
La fatiga por compasión se define como el estado en el que la energía compasiva que se gasta con el paciente es mayor que la capacidad de recuperación de la persona. Es un trastorno que también se conoce como “estrés postraumático secundario”, y lo sufren paramédicos, policías y bomberos. Pero no solo afecta al personal de emergencias: los enfermeros y todo tipo de sanitarios (oncólogos, psicólogos, etc.) pueden padecerlo también.
Esta fatiga surge por la exposición al sufrimiento de otra persona, y deriva de la impotencia que esto produce. En el caso de enfermeros y médicos, la fatiga por compasión tiene una dimensión extra, ya que son testigos de las crisis de salud de sus pacientes durante un periodo prolongado de tiempo y pueden llegar incluso a presenciar su muerte.
Aunque no siempre es fácil detectar la aparición de la fatiga por compasión, sus efectos tienen un impacto significativo en quienes la sufren. Estas personas pueden llegar a un nivel elevado de estrés que les impida atender bien a sus pacientes y que, incluso, les afecte en su vida personal.
Muchos de los síntomas de la fatiga por compasión, tanto físicos como emocionales, pueden confundirse con los síntomas habituales de agotamiento que produce cualquier trabajo. No obstante, si un profesional sanitario experimenta varios de los que se mencionan en esta lista, es probable que esté sufriendo este trastorno:
Cuando la fatiga por compasión se prolonga en el tiempo, algo muy común entre médicos, enfermeros y psicólogos, el estrés puede derivar en episodios de ansiedad y en depresión. Por esta razón, es importante que estos profesionales presten atención a síntomas más leves. Ciertos detalles, como empezar a adoptar una postura cínica en el trabajo, pueden ser indicios de un problema más grave.
A continuación, repasaremos algunas técnicas para prevenir la aparición de la fatiga por compasión. Además, veremos qué hacer para abordarla en aquellos casos en los que la persona ya la sufre.
El primer paso para evitar la fatiga por compasión es la autoconciencia. Este trastorno implica cambios en la vida personal de quienes lo sufren, así que los profesionales deben comunicarse con sus seres queridos para detectarlo. ¿Los no tan mal después de la jornada laboral? ¿Están más irritables que de costumbre? Si empiezan a notar cambios de humor, quizá sea el momento de establecer medidas preventivas, como tomarse unos días de descanso.
Una cultura laboral saludable en el lugar de trabajo también puede marcar la diferencia. ¿Tienen los empleados el tiempo suficiente para descansar? ¿Pueden hablar con alguien si lo necesitan? ¿Son los turnos de trabajo razonables? ¿Existen redes de apoyo que les permitan compartir experiencias?
Aunque lo ideal es implementar cambios en los entornos laborales para evitar que los profesionales acaben sufriendo fatiga por compasión, quienes terminan por desarrollar este tipo de estrés pueden seguir una serie de pautas para combatir sus síntomas:
Todas estas medidas sirven para mitigar un fenómeno que los profesionales de la enfermería y del mundo sanitario padecen con bastante frecuencia. Si quieres dedicarte a los cuidados paliativos u a otras áreas similares de la medicina y la enfermería, vigila de cerca los posibles síntomas que hemos mencionado.
Recuerda, además, que estudiar un máster de especialización te proporcionará las herramientas para hacer tu trabajo de forma más eficiente y sufrir menos estrés. Consulta la oferta académica de la Universidad Europea y prepárate para ejercer en hospitales y centros de salud.