Resolver un problema de matemáticas, realizar un comentario de texto, entender las reglas de un juego, disfrutar de un libro… Todas estas actividades, ya sean educativas o de ocio, tienen una cosa en común y es que requieren una buena comprensión lectora.
En cuanto al área de la Educación, que es la que aquí nos ocupa, la falta de competencia lectora en un alumno puede suponer un punto de inflexión en su formación académica. En casos donde existe esta carencia, gran parte del tiempo y el esfuerzo que estos estudiantes dedican a estudiar resulta ineficaz debido a que no entienden ni retienen lo que leen, lo que los lleva a desarrollar sentimientos como la frustración y la desmotivación.
Para evitar este tipo de situaciones, veremos qué es la comprensión lectora y cuáles son sus niveles, además de una serie de estrategias para mejorar la comprensión lectora en el aula.
La comprensión lectora es la destreza lingüística de entender aquello que se lee.
Ahora bien, con esto no nos referimos únicamente a conocer el significado textual de cada una de las palabras que componen un escrito e interpretar el sentido literal de las oraciones. Este proceso cognitivo también implica extraer las ideas de la información que se está transmitiendo, establecer vínculos entre ellas, interpretarlas y reflexionar.
Todo ello apoyándose en los conocimientos previos que se tienen sobre un tema, las experiencias vividas y el lenguaje implícito.
Este procedimiento de comprensión global del texto que se está leyendo y asimilación de su contenido, además de requerir una interacción activa y personal del lector, se desarrolla de manera progresiva, gradualmente.
Es por esto por lo que algunos expertos establecen 5 niveles de comprensión lectora. A continuación, describimos en qué consiste cada uno de ellos:
Este se alcanza cuando el lector es capaz de entender lo que se dice de forma explícita en el texto y recuerda la información tal cual aparece escrita.
Consiste en asimilar el contenido del texto a partir de los indicios que se proporcionan. El lector recurre a sus experiencias personales y tira de intuición para comprender aquello que el autor quiere comunicar y que, a veces, no expresa abiertamente.
Llegados a este punto, el lector habrá desarrollado habilidades para hacer una evaluación del texto y emitir un juicio de valor o una opinión en función de los conocimientos previos que tiene sobre la materia.
Este nivel de lectura se refiere al impacto emocional que el escrito causa en la persona que lo lee, además de sus apreciaciones sobre la estética y el uso que el escritor hace del lenguaje.
El nivel de comprensión y reflexión es tal que el lector pasa a la acción y lo hace elaborando textos nuevos (u otro tipo de actividades) utilizando el original como base o fuente de inspiración.
A la hora de mejorar la comprensión lectora de tus alumnos, es importante que sepas reconocer cuál es su nivel de competencia. De este modo, te resultará más sencillo elegir y llevar a la práctica las técnicas más adecuadas conforme a sus aptitudes y necesidades.
Aquí te dejamos una selección de algunas de las estrategias para una buena comprensión lectora más habituales:
Estos resultan muy prácticos para identificar los diferentes conceptos que recoge un texto, comprender la importancia que tiene cada uno de ellos y formarse una idea de cómo están interconectados.
Esta consiste en seleccionar un texto (completo o solo un fragmento) y plantear una serie de preguntas sobre lo que allí se cuenta o dice: qué pasa, quién realiza la acción y cuáles son las circunstancias (cuándo, cómo, por qué, etc.). Las respuestas se apuntan en una tabla de 3 columnas y así se logra tener la información estructurada y organizada de un modo muy visual.
Se trata de sintetizar un texto destacando la información que se considera más relevante: definiciones, datos relevantes (fechas, lugares…), etc.
Esta estrategia de comprensión lectora sirve para reconocer cuál es la idea principal de cada párrafo y apuntarla. De este modo, bastará con un vistazo para saber qué conceptos son los más importantes y qué sucede a nivel general en el texto.
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