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Educación
La introducción de la tecnología en nuestras vidas ha modificado costumbres de una manera sin precedentes. Pagar en una tienda, informarnos de las noticias, escuchar música, leer… Infinidad de actividades cotidianas se han visto transformadas por la irrupción de móviles, tabletas, eBooks y demás dispositivos tecnológicos.
Una de las actividades más antiguas de la humanidad y la forma que hemos tenido para poder transmitir nuestra historia, conocimientos, sentimientos o cultura es gracias a la escritura.
Hasta esta comentada irrupción de la tecnología, un concepto estrechamente relacionado con la escritura, como es la caligrafía, tenía un peso muy importante en el día a día de las personas.
A pesar de que, hoy en día, pueda no ser un campo al que se le de tanta importancia como antaño, desarrollar y mejorar la caligrafía sigue siendo un elemento muy importante a la hora de formar a las próximas generaciones.
La caligrafía es definida por la RAE como «el conjunto de rasgos característicos de la escritura de una persona, de un documento o de una época«. La escritura a mano, o el arte de escribir bello, dos definiciones asociadas, nos demuestran que la caligrafía es mucho más que un proceso mecánico, es elevado a la categoría de arte.
Principalmente, a que la caligrafía es una seña de identidad personal, una especie de firma que nos representa e identifica como seres únicos.
Frente a la estandarización propia de los ordenadores, teléfonos móviles o escritura realizada con cualquier aparato mecánico o electrónico, la escritura a mano es nuestro sello, una especia de firma única frente al de los demás. De ahí la importancia, valor y cuidado que debemos tener a la hora de escribir.
Además de razones estéticas e identitarias, existen también otros beneficios que te aportará el desarrollar esta habilidad, entre las que podemos encontrar:
Hay dos aspectos a tener en cuenta para poder ayudar a un niño a mejorar su caligrafía: uno más emocional para crear el ambiente adecuado y otro asociado al propio proceso de escritura.
Por un lado, en cuanto a los aspectos anímicos y psicológicos, hay que conseguir lo siguiente:
Por otro lado, hay que cuidar los siguientes aspectos más “técnicos”:
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