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Derecho
La gestión de los bienes y el patrimonio de una persona fallecida es un proceso complejo que requiere un conocimiento detallado de la legislación aplicable. En España, las leyes generales establecen las bases para el reparto de una herencia, garantizando un marco legal común y facilitando el procedimiento para repartir una herencia de forma adecuada.
A esto se suman las normativas específicas de cada comunidad autónoma, que introducen particularidades importantes. Por ejemplo, el impuesto de sucesiones varía significativamente entre territorios, lo que puede influir en el procedimiento y sus implicaciones económicas. Conocer un ejemplo práctico de reparto de herencia es clave para entender estas diferencias y abordar cada caso de manera personalizada.
En la Universidad Europea, el Máster en Derecho de Familia y Sucesiones forma a sus estudiantes para que desarrollen las competencias clave para gestionar conflictos, asesorar en cuestiones complejas y aportar soluciones en el ámbito del derecho sucesorio y de familia.
Prepararse en este campo no solo abre oportunidades profesionales, sino que también permite contribuir al reparto de una herencia en situaciones delicadas, ayudando a las familias a gestionar este proceso con seguridad y respaldo profesional.
La herencia es un conjunto de propiedades, dinero y, también, derechos y obligaciones que una persona cede a otra tras su muerte. Generalmente, este traspaso de patrimonio se da de padres a hijos o entre familiares. De manera adicional, existe la posibilidad de que cada persona disponga de parte de su patrimonio para traspasarlo a otras personas o instituciones.
En los casos en los que el fallecido no ha dejado claros sus deseos a través de un testamento firmado ante notario, la sucesión se lleva a cabo siguiendo unos parámetros establecidos por el Estado y las autonomías.
En el Código Civil se diferencian claramente estas dos fórmulas: “la primera se llama testamentaria, y la segunda legítima”. En ambos escenarios, implica considerar distintos factores familiares, patrimoniales y legales para que el reparto sea equitativo y conforme a los deseos del testador.
También, será necesario que los herederos acepten la sucesión, teniendo en cuenta que pueden existir obligaciones asociadas al patrimonio del fallecido.
Es habitual cuando hay que repartir una herencia sin testamento, que se genere un conflicto entre los herederos. En un alto porcentaje de las veces, no se llega a un acuerdo y el problema acaba llegando a los tribunales para que un juez medie entre las partes.
Abordar el reparto de una herencia a través de un proceso jurídico es largo y costoso. Por este motivo, los abogados especializados tratan de mediar para que el desacuerdo no llegue a esta vía. Si no es posible, la mediación por parte de un magistrado sigue los siguientes pasos:
La alternativa al proceso judicial para mediar entre los herederos es el reparto administrativo de la herencia. Si todos los implicados están de acuerdo y no hay herencia, se elabora un inventario de bienes. Con ello, se cuantifica el total del patrimonio a heredar.
Tras este primer paso, se realiza un acuerdo de división a través de un documento público, se lleva a cabo el traspaso patrimonial y cada heredero deberá realizar una liquidación de impuestos. En el supuesto de haber bienes inmuebles, estos deberán inscribirse en el registro de la propiedad.
Cada vez es más habitual que exista voluntad por parte de la persona que dispone del patrimonio de dejar una herencia. Es entonces cuando el individuo puede acogerse a diversas fórmulas legales para llevar a cabo este traspaso a sus herederos de manera efectiva y adaptada a sus necesidades.
En un ejemplo práctico del reparto de una herencia, los abogados de familia con formación específica pueden plantear diversas opciones, dependiendo de las circunstancias del interesado. Estas son algunas de las más comunes:
Este tipo de testamento es habitual en matrimonios, especialmente cuando uno de los objetivos principales es proteger al cónyuge sobreviviente. Consiste en un acuerdo en el que, tras el fallecimiento de uno de los cónyuges, el otro tiene derecho al usufructo de todo el patrimonio. Posteriormente, los bienes pasarán a los herederos cuando la viuda o el viudo fallezcan. Es una opción especialmente conveniente cuando se busca garantizar la estabilidad económica del cónyuge mientras se preserva el patrimonio para los herederos.
Esta fórmula es ideal para quienes desean organizar el reparto de la herencia en vida, permitiendo establecer acuerdos claros y evitar conflictos entre los herederos. Es especialmente útil en casos en los que el titular del patrimonio busca reducir la carga fiscal, ya que el pacto sucesorio no está sujeto al impuesto de sucesiones en la mayoría de las comunidades autónomas. Resulta común en familias con patrimonios significativos que quieren planificar su sucesión de manera estratégica.
Las donaciones son una alternativa popular al reparto tradicional de bienes. Son adecuadas para quienes desean transferir parte de su patrimonio en vida, eliminando el pago del impuesto de sucesiones en casi todas las autonomías nacionales. Esta modalidad es conveniente cuando el propietario del patrimonio quiere adelantar el acceso de los bienes a sus herederos, especialmente en casos donde las necesidades económicas de los beneficiarios requieren una solución inmediata.
La complicación más habitual en los bufetes especializados en derecho de familia cuando hay que abordar el reparto de una herencia es el desacuerdo entre los herederos. Sin embargo, este no es el único inconveniente que se da en estas situaciones.
Si el fallecido ha dejado parte de su patrimonio a un menor de edad, este deberá estar representado por la persona que ostente la patria potestad del niño.
El bienestar del menor será la prioridad tanto durante el procedimiento como al momento de fijar el reparto y gestionar el patrimonio. Para ello, la ley establece que se lleve a cabo un proceso paralelo al de la asignación de los adultos.
Cuando el patrimonio a repartir es grande o se acumulan deudas o préstamos altos, es posible que los herederos no dispongan de liquidez para asumir el traspaso y el pago de impuestos asociados.
Esto puede paralizar el reparto de la herencia e incluso desembocar en que uno o varios de los beneficiarios rechacen su rol de herederos.
El ya mencionado usufructo permite a una persona, habitualmente el cónyuge, vivir y disfrutar de las propiedades y el patrimonio de los herederos mientras viva.
Esto hace que los herederos no tengan derecho al uso y disfrute de su propiedad. En ocasiones, las circunstancias hacen que incluso el propietario tenga que hacer frente a los gastos asociados a las viviendas, como el pago de impuestos o asumir deudas de la comunidad de vecinos.
Las herencias son una fuente habitual de conflictos que pueden llevar a desencuentros muy importantes entre familiares cercanos. Para evitarlo, la principal recomendación es dejar todo el proceso en manos de un abogado.
Estos profesionales están habituados a realizar el reparto justo de la herencia, ya que cuentan con la experiencia suficiente y los conocimientos para ello. Además, no están implicados emocionalmente con las propiedades o el patrimonio a dividir.
Siempre es preferible buscar el apoyo de un letrado experto en este tipo de trabajos. Por eso, cada vez son más los estudiantes del Grado en Derecho online de la Universidad Europea (también, disponible en modalidad presencial en Madrid, Valencia y Canarias) que eligen complementar su formación básica con programas de postgrado específicos, como el Máster Universitario en Derecho de Familia, para así gestionar los asuntos complejos de herencias y otras situaciones similares.
El reparto de una herencia es un proceso que combina aspectos legales, administrativos y emocionales, por lo que puede ser complejo y, en ocasiones, conflictivo. Entender las leyes aplicables, contar con el apoyo de un abogado experto y planificar adecuadamente el traspaso del patrimonio son claves para garantizar una gestión eficiente y evitar desacuerdos entre los herederos. Además, la formación especializada en derecho de familia y sucesiones es fundamental para abordar los retos asociados a este tipo de procedimientos.