Ser profesor universitario es una de las aspiraciones más populares entre los estudiantes que se sienten atraídos por el mundo académico e investigativo. Sin embargo, el camino para dar clases en la universidad suele ser largo, aunque no imposible. No basta con cursar un Máster en Docencia Universitaria, aunque sea de gran ayuda, sino que es necesario tener un buen currículo.
Actualmente, el personal docente e investigador de las universidades españolas está compuesto por poco más de 125.000 profesionales, un 2,1% más que en el curso anterior, según los últimos datos del Ministerio de Universidades. De ellos, 105.000 pertenecen a universidades públicas y 20.100 a universidades privadas. Sin embargo, la edad media del cuerpo docente universitario supera los 55 años y casi el 80 % de ellos dispone de al menos un sexenio desde su lectura de tesis.
Profesor universitario es un término “paraguas” bajo el que se engloban diferentes puestos que varían según sus obligaciones, tipos de contrato laboral, recorrido profesional y nivel de conocimientos. Algunos de los más comunes son:
Son profesionales que están ampliando y completando su formación docente e investigadora, por lo que acceden a algún programa de doctorado y participan en las tareas prácticas, generalmente con un contrato temporal.
Este tipo de profesor universitario ha terminado sus estudios doctorales y se dedica a tareas docentes e investigativas a tiempo completo en la institución.
Este profesor también ha terminado el doctorado y desarrolla actividades de docencia e investigación, pero cuenta con un contrato indefinido, por lo que está a un paso de acceder a un puesto en la plantilla docente de la universidad.
Este profesor universitario tiene plena capacidad docente e investigadora. Ha obtenido una acreditación nacional de una comisión que examina sus méritos docentes e investigadores y ha pasado con éxito los concursos para las plazas del cuerpo que convocan las universidades.
Los catedráticos ocupan el lugar más alto en el escalafón docente de las universidades. De hecho, solo los catedráticos pueden aspirar al puesto de rector. Para acceder a ese puesto primero debe haber sido profesor titular, haber acreditado su currículo en la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación y haber superado las pruebas en la universidad de destino.
Estos profesores desarrollan una actividad profesional fuera de la facultad, pero dedican algunas horas a la docencia con un contrato temporal a tiempo parcial. Su trabajo es muy importante porque aporta una perspectiva más directa del mundo laboral y sus demandas reales.
Son profesores que trabajan en centros de estudios y se desplazan a otras universidades para realizar tareas de investigación concretas y/o impartir docencia durante un tiempo limitado.
Los requisitos para ser profesor de una universidad van más allá de la formación. De hecho, se estima que es necesario destinar unos 15 años a los estudios, preparación e investigación. Por tanto, si quieres dar clases en la universidad, debes contar como mínimo con un grado universitario o licenciatura y un máster. Y si quieres trabajar como ayudante, tendrás que comenzar los estudios de doctorado.
A partir de ese punto, tendrás que ir ascendiendo en el escalafón universitario. Debes realizar un trabajo de investigación, publicar artículos en revistas con índice de impacto y presentar ponencias en congresos científicos. También se valora la experiencia práctica en el área de especialización, la impartición de docencia y otras competencias propias de un docente universitario.
En el currículo se analizan los resultados en cuatro áreas básicas: publicaciones científicas, horas de docencia, formación académica y experiencia en gestión y administración educativa. Para optar a una plaza fija como profesor universitario tendrás que presentarte a los concursos de acceso a plazas de cuerpos docentes que convocan las universidades y cumplir con los requisitos que estas solicitan.