Los principales trastornos del neurodesarrollo, según el DSM-5
- Discapacidad intelectual. Este trastorno implica una limitación en el funcionamiento intelectual que suele afectar la capacidad de adaptación. Se caracteriza por la afectación del razonamiento, la capacidad para solucionar problemas y el pensamiento abstracto, por lo que suele tener un impacto negativo en el aprendizaje académico. Con niveles de gravedad que van desde el más leve al profundo, en algunos casos se pueden ver afectadas las habilidades de autonomía personal y responsabilidad social, sobre todo los más graves.
- Trastorno del espectro del autista. Se trata de una deficiencia persistente en la comunicación e interacción social que se manifiesta a través de dificultades para responder socio-afectivamente en las relaciones, utilizar de manera adecuada el lenguaje extraverbal y adaptar el comportamiento a los diferentes contextos. En muchos casos, también, aparecen comportamientos repetitivos y un patrón de intereses muy limitado y anormal para la edad. Estos trastornos se acompañan de hábitos muy rígidos y una hipo o híper reactividad ante los estímulos del medio.
- Trastorno de atención con hiperactividad. Se caracteriza por un patrón persistente de falta de atención que puede estar acompañado o no de hiperactividad e impulsividad. Existe una dificultad para prestar atención durante un tiempo prologando, incluso en actividades de ocio. Esto suele conducir a descuidos y errores, así como dificultades para organizar las tareas, por lo que generalmente afecta los resultados académicos. Cuando la falta de atención se acompaña de hiperactividad, se manifiesta un comportamiento impulsivo e inapropiado.
Cabe aclarar que, dentro de los trastornos del neurodesarrollo, el DSM-5 también señala los trastornos del lenguaje, el habla y la comunicación. Esto comprende el trastorno fonológico, que afecta la comprensión del habla, el tartamudeo y el trastorno de la comunicación social, que se caracteriza por dificultades para adaptar la comunicación no verbal a las diferentes situaciones.
Además, contiene los trastornos motores como, por ejemplo, los problemas de coordinación, los movimientos estereotipados y los trastornos de tics motores o vocales, incluido el trastorno de la Tourette.
Por último, el DSM-5 también alude en esta categoría a los trastornos específicos del aprendizaje. Entre ellos, se encuentran: la dislexia (se refiere a la dificultad para reconocer palabras, lo que a su vez implica una lectura lenta y una comprensión escasa), la disgrafia (se caracteriza por problemas en la escritura de palabras) y la discalculia (afecta al aprendizaje de conocimientos matemáticos).