Quienes practican deporte se enfrentan a un mundo cada vez más competitivo, lo cual lleva a muchos atletas a dar lo mejor de sí para intentar superar sus propios límites. Ese nivel de exigencia también conlleva una enorme presión física que puede convertirse en un riesgo para la salud, provocando dolor o incluso lesiones que, cuando no se tratan adecuadamente, pueden conducir a la reorientación del atleta hacia otro deporte o el abandono total de la práctica deportiva.
Para evitar esos problemas, es fundamental recurrir a la terapia física en el deporte, una herramienta esencial para ayudar a los atletas a recuperarse lo antes posible y evitar recaídas. Como resultado, en la actualidad, la fisioterapia deportiva es una de las áreas de mayor crecimiento e impacto profesional. Eso significa que cursar nuestro Máster en Fisioterapia Deportiva semipresencial te abrirá las puertas a un apasionante mundo laboral.
La terapia física en el deporte es una especialidad de la fisioterapia. Se puede aplicar a atletas elites o amateurs. Tiene varios objetivos, pero los principales son los siguientes:
La historia de la terapia física y la rehabilitación se entremezcla con la de la Medicina. De hecho, las primeras huellas de tratamientos como la hidroterapia, los masajes terapéuticos y los ejercicios se remontan a países tan lejanos como India y China hace miles de años.
No obstante, los verdaderos practicantes de fisioterapia se formaron en la antigua Grecia. En el año 460 a.C., Hipócrates, considerado tradicionalmente como el padre de la Medicina, comenzó a recomendar masajes y terapias manuales para tratar ciertas afecciones.
Más tarde, siguiendo los pasos de aquellos primeros médicos griegos, a inicios del siglo XIX se fundó el Real Instituto Central de Gimnasia en Estocolmo, de la mano de Per Henrik Ling, considerado el padre de la gimnasia sueca. Este instructor de gimnasia y especialista en anatomía y fisiología humana, se esforzó por remediar las múltiples lesiones que sufrían las gimnastas y se especializó en masaje, manipulación y ejercicio.
Posteriormente, sus técnicas y ejercicios se extendieron por Europa y América. No obstante, hasta la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de las terapias físicas se realizaban en los hospitales para ayudar a los pacientes que se recuperaban de intervenciones quirúrgicas, lesiones u otras patologías.
Las clínicas especializadas en fisioterapia se fundaron durante la guerra para brindar tratamiento a los miles de soldados heridos que necesitaban rehabilitación tras la estancia en el hospital. Esa transición a la atención ambulatoria contribuyó a la creciente popularidad de la fisioterapia.
A finales de la década de 1950, los fisioterapeutas comenzaron a tratar a los pacientes fuera de los hospitales. A partir de ese momento, la profesión de fisioterapia se diversifica cada vez más dando lugar a nuevas áreas de especialización, como la terapia física y rehabilitación deportiva.
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