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Seguro que alguien de tu entorno se ha definido alguna vez como un cinéfilo o un melómano sin saber que hacían referencia a un concepto psicológico. La filia es un comportamiento habitual en el ser humano que, sin embargo, en casos extremos puede generar malestar o interferir en la vida diaria de la persona.
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A continuación, te damos las claves para entender el significado de la filia, cuáles son sus tipos y su relación con las parafilias y las fobias.
Bibliofilia, anglofilia, tecnofilia... Todas estas palabras tienen en común el sufijo “-filia”, que proviene del griego philia, y significa “afecto” o “amistad”. En psicología, hace referencia a la atracción o fascinación intensa hacia una situación, objeto, concepto o actividad.
A diferencia de una simple preferencia, una filia implica una necesidad emocional significativa que, en ocasiones, puede condicionar comportamientos. Esta predilección puede ser completamente inocua y socialmente aceptada, o bien generar cierto conflicto si interfiere con la vida cotidiana o resulta incomprendida por el entorno.
Existen decenas de filias documentadas. Siguiendo los criterios clínicos recogidos en el DSM-5-TR (el manual de diagnóstico de trastornos mentales más ampliamente usado en la medicina), estas son algunas de las más curiosas:
Es la inclinación o tendencia excesiva a permanecer acostado en la cama sin dormir, ya sea despierto, descansando o evitando actividades. Se considera un síntoma asociado a ciertos trastornos afectivos, como la depresión o la astenia.
Es el amor o fascinación intensa por el sol y la exposición a la luz solar. Las personas heliófilas disfrutan profundamente de los ambientes soleados, los climas cálidos y las actividades bajo el sol, llegando a experimentar bienestar físico y emocional en contacto con la luz solar. Puede estar relacionada con una mayor sensibilidad a los efectos beneficiosos del sol, como la producción de vitamina D, la mejora del ánimo o el placer estético de la luz natural.
Es el amor o atracción emocional hacia los árboles y la naturaleza arbórea. Las personas dendrófilas experimentan placer y calma en entornos naturales y pueden sentir una conexión simbólica o espiritual con los árboles.
Originalmente significa afinidad o aprecio profundo por los animales. En contextos científicos o coloquiales, este término puede usarse para describir a quienes sienten un amor especial por la fauna, sin implicación sexual, aunque popularmente ha adquirido esa connotación parafílica.
Aunque a veces se utilizan como sinónimos, filia y parafilia no significan lo mismo. La diferencia radica en el contexto y la implicación social y personal de la conducta.
Es decir, una filia no es necesariamente sexual, es cualquier atracción, gusto o pasión intensa hacia algo. Solo cuando esa atracción se vuelve erótica o genera conductas problemáticas se entra en el terreno de las parafilias.
Aunque aparentemente opuestas, filias y fobias tienen en común que ambas son reacciones emocionales intensas hacia un estímulo concreto. Mientras que las filias generan atracción o placer, las fobias provocan miedo o rechazo desproporcionado, a veces debido a diferentes tipos de traumas psicológicos.
Desde un punto de vista terapéutico, ambas pueden abordarse mediante técnicas de modificación de conducta y psicoterapia. En este contexto, es útil conocer los tipos de terapia en psicología que existen para abordar este problema desde el ángulo más adecuado.
Cuando una filia se convierte en una obsesión o interfiere en la vida diaria, es recomendable acudir a un profesional de la salud mental. Los perfiles más indicados son:
La intervención comienza habitualmente con una evaluación psicológica, donde se analizan los antecedentes, las emociones implicadas y el impacto en la vida diaria.
Entre las técnicas empleadas, destacan:
En el tratamiento de este tipo de conductas es conveniente combinar distintos enfoques de las ramas de la psicología para proporcionar un tratamiento integral.
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