Cada vez más personas son conscientes de la importancia de llevar un estilo de vida activo para cuidar su salud, mejorar su bienestar y expandir la esperanza de vida. No es casual que el 26,5 % de los españoles mayores de 15 años realicen ejercicio físico de manera regular en su tiempo libre, según la Encuesta Europea de Salud de 2020. Sin embargo, todavía muchas personas no conocen la diferencia entre actividad física y ejercicio físico, de manera que confunden dos conceptos que tienen connotaciones diversas.
Si te estás planteando realizar un Grado en CAFD a distancia o un Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en Madrid o Canarias seguro que te interesa entender perfectamente las diferencias.
La Organización Mundial de la Salud define la actividad física como “cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía”. Por ende, caminar, pasear a nuestra mascota, ordenar y limpiar la casa, hacer la compra, cocinar o ir en bici al trabajo son algunos ejemplos de actividad física que solemos realizar con cierta frecuencia.
El ejercicio físico es una actividad física planeada y estructurada, generalmente de carácter repetitivo, que se realiza con el objetivo de mejorar la condición fisiológica potenciando algunas habilidades específicas, como la fuerza, resistencia, velocidad o flexibilidad. El entrenamiento de fuerza en el gimnasio, salir a correr, practicar natación o hacer fitness son algunos ejemplos de ejercicio físico.
Tanto la actividad física como el ejercicio son beneficiosos porque contribuyen a prevenir y mantener bajo control diferentes problemas de salud, desde las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares hasta la diabetes o varios tipos de cáncer. También contribuyen a prevenir la hipertensión, mantener un peso corporal saludable y mejorar la salud mental y la calidad de vida. Sin embargo, no son lo mismo.
Todos realizamos actividad física a diario pues cada tarea que implique movernos y genere un gasto de energía se puede catalogar dentro de esa categoría. Sin embargo, el ejercicio físico es una actividad programada en la que se incrementa la movilidad y la intensidad, lo cual conduce a un mayor gasto energético con el objetivo de mejorar el funcionamiento del organismo.
Por consiguiente, todos realizamos actividad física, pero solo algunos practican ejercicio físico. Una persona suele realizar diferentes actividades a lo largo del día, pero generalmente solo sigue un plan de entrenamiento físico durante la jornada. Salir a caminar, elegir las escaleras en vez de usar el ascensor o mantenerse en movimiento con las tareas domésticas es beneficioso para la salud, pero el ejercicio físico aporta algo más ya que permite preservar y perfeccionar capacidades físicas que no se desarrollan al mismo nivel únicamente con la actividad física.
De hecho, la actividad física suele ser espontánea, pero la práctica de ejercicio físico demanda cierta preparación. Tiene que estar bien planificada y debe responder a unos objetivos, necesidades y características específicas. Por ejemplo, para realizar ejercicio físico debemos elegir el tipo de ejercicio más adecuado para alcanzar las metas que nos hemos propuesto, así como su frecuencia e intensidad, el tiempo por sesión y el programa que nos permitirá ir progresando.
Por esa razón, para hacer ejercicio físico es conveniente contar con el asesoramiento de especialistas que posean los conocimientos necesarios para diseñar un programa de ejercicios personalizado que tenga en cuenta tanto nuestras preferencias a la hora de entrenar como las aptitudes físicas o posibles patologías. Con su ayuda no solo podremos sacar el máximo partido a las sesiones de entrenamiento, sino que también evitaremos posibles lesiones por sobrecarga o movimientos mal ejecutados.
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