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Balance de situación: qué es, estructura y cómo hacerlo

Empresa y Tecnología

Actualizado el 19 de diciembre de 2025
directivos reunidos en la sala de una oficina

Conocer la salud financiera de una empresa en un momento determinado es fundamental para tomar decisiones estratégicas. El balance de situación es precisamente la herramienta contable que lo hace posible: ofrece una fotografía clara de lo que la empresa tiene, lo que debe y cuál es su valor neto. Esta información ayuda a evaluar su estabilidad y capacidad de cumplir con sus obligaciones.

Dominar la elaboración e interpretación de este documento es una competencia esencial para cualquier profesional del ámbito financiero, tanto en posiciones técnicas como en puestos directivos. Si quieres especializarte en esta área, el Máster en Dirección Financiera o el Máster en Dirección Financiera online te proporcionan las herramientas necesarias para liderar la gestión económica de cualquier organización.

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¿Qué es el balance de situación?

El balance de situación es un documento contable que refleja la situación patrimonial y financiera de una empresa en una fecha concreta. Forma parte de las cuentas anuales obligatorias que toda sociedad mercantil debe formular y depositar en el Registro Mercantil, junto con la cuenta de pérdidas y ganancias, el estado de cambios en el patrimonio neto, el estado de flujos de efectivo y la memoria, conforme a lo establecido en el Código de Comercio y en el Plan General de Contabilidad (PGC).

Este informe responde a una pregunta esencial: ¿qué recursos tiene la empresa y cómo los ha financiado? Para ello, se basa en tres elementos fundamentales:

  • Activo: bienes y derechos que posee la empresa (locales, maquinaria, activos intangibles como software, efectivo, créditos a cobrar, etc.).
  • Pasivo: obligaciones y deudas con terceros (préstamos, pagos a proveedores, impuestos pendientes, etc.).
  • Patrimonio neto: recursos propios de la empresa, como el capital aportado por los socios, las reservas y los beneficios acumulados.

La relación entre estos tres elementos se expresa mediante la ecuación fundamental del balance: Activo = Pasivo + Patrimonio neto

Esta igualdad debe cumplirse siempre. El activo refleja los recursos económicos de la empresa, mientras que el pasivo y el patrimonio neto muestran de dónde han salido los fondos para financiarlos: ya sea a través de financiación externa (deudas) o de fondos propios.

Estructura del balance de situación

El Plan General Contable establece cómo debe organizarse el balance de situación en España. En la práctica, se presenta en dos columnas: a la izquierda el activo y a la derecha el pasivo y patrimonio neto, ambos sumando exactamente la misma cifra.

Activo

El activo recoge todos los bienes y derechos de la empresa, ordenados de menor a mayor liquidez (de los más permanentes a los más líquidos).

TipoDescripciónEjemplos
Activo no corrienteBienes y derechos con uso o realización superior a 12 mesesInmuebles, maquinaria, patentes, software, inversiones financieras a largo plazo
Activo corrienteElementos realizables o consumibles en menos de 12 mesesExistencias, clientes pendientes de cobro, efectivo en caja y bancos

Pasivo y patrimonio neto

Este bloque muestra las fuentes de financiación del activo: recursos propios o deuda externa.

TipoDescripciónEjemplos
Patrimonio netoFondos propios de la empresa (sin devolución)Capital social, reservas legales/voluntarias, resultados pendientes de aplicación
Pasivo no corrienteObligaciones con exigibilidad superior a 12 mesesPréstamos e hipotecas a largo plazo, provisiones para riesgos y gastos a largo plazo
Pasivo corrienteObligaciones exigibles en menos de 12 mesesProveedores, deudas con administraciones públicas, sueldos pendientes de pago e impuestos a corto plazo

El pasivo se ordena de mayor a menor exigibilidad: primero las deudas a largo plazo y después las de corto plazo.

¿Cómo hacer un balance de situación paso a paso?

Elaborar un balance de situación requiere seguir un proceso ordenado, preferiblemente apoyado en un software contable homologado por el ICAC. Estas son las fases principales:

  1. Determinar la fecha de referencia del balance. Esta suele coincidir con el cierre del ejercicio (normalmente, el 31 de diciembre en España).
  2. Recopilar la información contable. Antes de construir el balance, es necesario tener al día el libro diario y el libro mayor con todos los asientos contables del ejercicio.
  3. Clasificar las cuentas según el Plan General de Contable. Cada cuenta debe asignarse a su categoría correspondiente: activo corriente o no corriente, pasivo corriente o no corriente, o patrimonio neto.
  4. Calcular los totales de cada masa patrimonial. Se suman los importes de todas las cuentas dentro de cada categoría.
  5. Verificar que el balance cuadra. El total del activo debe coincidir exactamente con la suma del pasivo y el patrimonio neto.

Ejemplo de balance de situación

Imagina una pequeña empresa de servicios con los siguientes datos al cierre del ejercicio:

ActivoImporte (€)
Local comercial80.000
Equipos informáticos10.000
Clientes pendientes de cobro5.000
Efectivo en banco15.000
Total activo110.000
Pasivo y patrimonio netoImporte (€)
Capital social (aportado por socios)60.000
Reservas acumuladas10.000
Préstamo bancario a 5 años30.000
Proveedores pendientes de pago10.000
Total pasivo + patrimonio neto110.000

Como puede observarse, ambos lados suman 110.000 euros, lo que confirma que el balance está cuadrado. La empresa tiene activos por ese valor, financiados en parte con recursos propios (70.000 euros) y en parte con deuda (40.000 euros).

¿Para qué sirve el balance de situación?

El balance de situación no es solo un requisito legal, también es una herramienta de gestión con múltiples aplicaciones prácticas.

  • Toma de decisiones estratégicas: conocer la estructura financiera de la empresa permite a la dirección evaluar si es viable solicitar financiación, invertir en nuevos proyectos o distribuir dividendos. El director financiero utiliza este documento como base para sus recomendaciones.
  • Evaluación de la solvencia: el balance muestra si la compañía tiene capacidad para hacer frente a sus obligaciones. Un exceso de pasivo corriente frente al activo corriente puede indicar problemas de liquidez.
  • Atracción de inversores y socios: cualquier inversor potencial analizará el balance antes de comprometer su capital. Un patrimonio neto sólido y un endeudamiento controlado transmiten confianza.
  • Negociación con entidades financieras: Las entidades financieras analizan el balance para valorar la solvencia y decidir condiciones de crédito o líneas de financiación. Indicadores como el ratio de endeudamiento o la proporción entre fondos propios y ajenos influyen directamente en estas decisiones.
  • Cumplimiento normativo: según el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), el depósito de cuentas anuales —que incluye el balance— es obligatorio para las sociedades mercantiles en España.

¿Cómo analizar un balance de situación?

Si bien elaborar el balance es solo el primer paso, interpretarlo correctamente es lo que en realidad aporta valor. Estos son algunos criterios clave para su análisis:

  • Comparar patrimonio neto y pasivo: en general, conviene que los recursos propios superen a la deuda. Una empresa muy apalancada (con mucho pasivo respecto al patrimonio neto) tiene mayor riesgo financiero.
  • Evaluar la relación entre activo corriente y pasivo corriente: si el activo corriente es superior al pasivo corriente, la empresa tiene capacidad para afrontar sus obligaciones a corto plazo. Esta diferencia se conoce como fondo de maniobra.
  • Distinguir tipos de deuda: no toda la deuda es igual. El pasivo corriente exige pagos inmediatos, mientras que el pasivo no corriente da más margen. Además, la deuda con coste financiero (préstamos bancarios) implica intereses, a diferencia de la deuda comercial con proveedores.
  • Analizar la evolución en el tiempo: un balance aislado ofrece información limitada. Comparar balances de varios ejercicios permite detectar tendencias: si la empresa está capitalizándose, si aumenta su endeudamiento o si mejora su liquidez.

En contextos de análisis más avanzado, también se calculan ratios como el Return on Assets (ROA) o el ratio de autonomía financiera, que ayudan a valorar la rentabilidad de los activos y el peso de los recursos propios sobre el total de financiación.

Para profundizar en estos indicadores, resulta útil complementar el análisis con otros informes, como el free cash flow o la gestión de tesorería, que ofrecen una visión más completa de la salud financiera.

¿Cuándo se presenta el balance de situación?

El balance de situación debe presentarse junto con el resto de las cuentas anuales ante el Registro Mercantil. El plazo máximo de depósito es el 31 de julio del año siguiente, cuando el ejercicio se cierra el 31 de diciembre (artículo 279 del Reglamento del Registro Mercantil).

De acuerdo con el artículo 253 del Código de Comercio, los administradores deben formular las cuentas anuales, incluido el balance de situación, en un plazo máximo de tres meses desde el cierre del ejercicio. Después, la Junta General las aprueba dentro de los seis primeros meses. Finalmente, se depositan en el Registro en el mes siguiente a su aprobación.

¿Qué ocurre si no se presenta? El incumplimiento tiene consecuencias. De acuerdo con el artículo 283 de la Ley de Sociedades de Capital, el ICAC impone multas de 1.200 a 60.000 euros por cada ejercicio de retraso en el depósito de cuentas anuales. Para empresas con facturación superior a 6 millones de euros, el límite máximo asciende a 300.000 euros por ejercicio. Además, el Registro Mercantil procede al cierre de la hoja registral, lo que impide inscribir cualquier acto posterior hasta regularizar la situación.

Por tanto, cumplir con esta obligación no es solo una cuestión de legalidad, sino también de imagen y operatividad empresarial.

Preguntas frecuentes sobre el balance de situación

  • ¿Qué diferencia hay entre balance de situación y cuenta de pérdidas y ganancias?

El balance de situación muestra la fotografía patrimonial de la empresa en un momento concreto (qué tiene, qué debe y cuál es su patrimonio neto). La cuenta de pérdidas y ganancias, en cambio, refleja el resultado económico de un periodo: ingresos, gastos y beneficio o pérdida generados.

  • ¿Quién está obligado a presentar el balance de situación?

Todas las sociedades mercantiles (sociedades limitadas, anónimas, comanditarias, etc.) deben depositar sus cuentas anuales, incluido el balance, en el Registro Mercantil. Los empresarios individuales no tienen esta obligación, aunque sí deben llevar contabilidad.

  • ¿Cada cuánto tiempo se elabora el balance de situación?

Obligatoriamente, una vez al año como parte de las cuentas anuales. Sin embargo, muchas empresas elaboran balances intermedios (mensuales o trimestrales) para seguimiento interno y toma de decisiones.

  • ¿Qué pasa si el activo no coincide con el pasivo más el patrimonio neto?

Significa que hay un error en la contabilidad. Puede deberse a asientos mal registrados, cuentas omitidas o errores de cálculo. Es necesario revisar el libro mayor y corregir las inconsistencias antes de cerrar el ejercicio.

Por tanto, elaborar, interpretar y presentar correctamente el balance de situación es una competencia imprescindible en el ámbito financiero y contable. Este documento permite tomar decisiones fundamentadas, negociar con mayor solidez y cumplir con las exigencias legales. Formarse en análisis financiero y contabilidad avanzada abre las puertas a roles estratégicos dentro de cualquier organización, desde la dirección financiera hasta la consultoría especializada.


Artículo publicado el 29 de noviembre de 2023