Los problemas neurológicos son un motivo frecuente de consulta en pediatría de atención primaria y en muchas ocasiones se convierten en una fuente de sintomatología recurrente. El retraso psicomotor y los trastornos de la marcha son algunos de los problemas más frecuentes, según un informe de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria. En algunos de esos casos, será necesaria la intervención de un experto en Fisioterapia Neurológica.
¿En qué consiste la Fisioterapia Neurológica Pediátrica?
La Fisioterapia Neurológica es una rama de la Fisioterapia que se enfoca en el tratamiento de las alteraciones derivadas de una afectación del movimiento provocada por una lesión del sistema nervioso central o periférico.
La Fisioterapia Neurológica Pediátrica se enfoca específicamente en los bebés prematuros y recién nacidos que presentan algún tipo de riesgo neurológico, así como en los niños y preadolescentes que tienen un daño cerebral adquirido o congénito o aquellos que sufren trastornos neurológicos que afectan el movimiento, como la parálisis cerebral, un traumatismo craneoencefálico, enfermedades neurodegenerativas o el retraso psicomotor.
La enorme importancia de la Fisioterapia Neurológica Pediátrica
El objetivo principal de la Fisioterapia Neurológica Pediátrica es restaurar el movimiento o minimizar las alteraciones funcionales vinculadas a la lesión del sistema nervioso para promover un desarrollo más adecuado y lograr que el niño alcance la máxima autonomía e independencia funcional.
El experto Fisioterapia Neurológica centrará su labor en potenciar la movilidad infantil, generalmente creando nuevas rutas neurológicas que faciliten el movimiento a través de diferentes actividades y estímulos. De hecho, una de las diferencias principales de la Fisioterapia Neurológica Pediátrica respecto al tratamiento de personas adultas radica en que el cerebro del niño aún se encuentra en fase de desarrollo, por lo que tiene una gran neuroplasticidad.
El cerebro infantil tiene una enorme capacidad para adaptarse y compensar lesiones, alteraciones estructurales o fisiológicas, minimizando sus efectos sobre el desempeño. Durante los primeros años de vida es muy importante aprovechar esa habilidad de reorganización de la actividad cerebral para potenciar vías alternativas que permitan activar las funciones perdidas o que todavía no se han desarrollado.
Cuando el cerebro infantil recibe los estímulos adecuados, se optimiza el proceso de maduración. En los casos en que existe algún freno o impedimento a la maduración, la calidad de los estímulos cobra protagonismo para facilitar un nivel de desarrollo adecuado. Por esa razón, la Fisioterapia Neurológica Pediátrica es vital para reforzar y potenciar ese desarrollo.
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