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Arquitectura
Actualizado el 3 de Mayo de 2023

¿Qué es la gestión de riesgos en la construcción?

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Todos los proyectos empresariales acarrean ciertos riesgos. No importa cuán detallados sean los planes de ejecución, siempre aparecen contratiempos, problemas e imprevistos que pueden suponer retrasos o sobrecostes. La construcción, debido a todas las fases de proyección y ejecución que implica, es uno de los sectores especialmente expuesto a diferentes percances. Por esa razón, una formación adecuada en la materia, como cursar un máster en Construcción y Edificación es esencial para minimizar los riesgos y su impacto en las obras.

Los 5 riesgos más comunes en una obra de construcción

Contar con un buen sistema de gestión de riesgos en la construcción permitirá identificar los factores externos e internos que pueden afectar negativamente el proyecto para disminuir las probabilidades de que se produzcan y poder terminar la obra en tiempo y forma, manteniéndose dentro del presupuesto planificado.

La “buena noticia” es que muchos de los riesgos intrínsecos al sector de la construcción se conocen y se pueden prever:

  1. Retrasos en la obra. Los retrasos en el proyecto son uno de los contratiempos más habituales en la construcción, ya sea debido a accidentes, cambios de última hora, desastres naturales o falta de materiales. Para evitar este tipo de riesgos es necesario realizar una programación detallada y responder con agilidad para minimizar el efecto acumulativo que pueden tener los retrasos.
  2. Problemas contractuales. Los proyectos de construcción suelen demandar mucho papeleo, por lo que no es extraño que la falta de una firma o un permiso provoque la paralización de la obra. Para evitar ese riesgo, los encargados deben asegurarse de obtener las correspondientes licencias y aprobaciones en tiempo.
  3. Órdenes de cambio. Prácticamente todos los proyectos de construcción sufren cambios en algún momento, ya sea a petición del cliente, por problemas técnicos o debido al impacto de la construcción en el medio ambiente o el entorno. Por esa razón, hay que prever desde la programación de la obra la posibilidad de incluir cambios sin superar el presupuesto.
  4. Falta de recursos. Las obras de construcción, en particular las más grandes, demandan una gran cantidad de recursos económicos, humanos y materiales. No disponer de toda la financiación para el proyecto desde el inicio, no contar con personal cualificado o no tener los materiales necesarios en alguna de las fases de la obra puede representar un grave retraso que termine afectando la rentabilidad de todo el proyecto.
  5. Accidentes laborales. Las obras de construcción suelen ser dinámicas, lo que genera numerosos riesgos para la salud y la seguridad de los trabajadores. Por ese motivo, una de las prioridades de los planes de gestión de riesgos en obras de construcción consiste en garantizar su implementación sin accidentes desde que comienza hasta que termina.

¿Cómo elaborar un plan de gestión de riesgos en la construcción?

  • Identificar los riesgos. Cada proyecto es único, de manera que es importante identificar la naturaleza de cada uno de los riesgos a los que se expone. Para ello, hay que partir del contexto en que se desarrollará la obra puesto que no existen los mismos riesgos en un proyecto subterráneo que en la construcción de un rascacielos, por ejemplo.
  • Cuantificación de los riesgos. Todos los riesgos no tienen las mismas repercusiones. Por eso es importante evaluar el impacto de cada uno en términos de costes y tiempo. También es fundamental estimar las probabilidades de ocurrencia para poder establecer prioridades. Con esta información se realizan proyecciones que permitan adaptar el presupuesto y el plan de ejecución.
  • Elaborar la respuesta. El plan de gestión de riesgos en proyectos de construcción debe prever una respuesta en caso de que los contratiempos llegaran a verificarse, así como una asignación de recursos adicionales. Por tanto, hay que analizar con detenimiento qué tipo de acciones pueden mitigar los efectos de la eventualidad y diseñar un plan de administración de los riesgos específicos para evitar destinar más recursos de los que sean estrictamente necesarios.

Artículo publicado el 29 de Julio de 2022