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Medicina y Salud
12 dic 2023

Disociación: ¿qué es y cómo se trata en psicología?

Editado el 26 Dic. 2023
disociacion

A lo largo de nuestra vida, nos enfrentamos a situaciones dolorosas y traumáticas que, inevitablemente, generan malestar emocional. En esos momentos, es probable que experimentemos lo que la psicología denomina disociación, un fenómeno que exploramos en detalle en este artículo.

Aunque la disociación pueda parecer inicialmente una respuesta adaptativa, puede evolucionar hacia trastornos disociativos que requieren intervención terapéutica. Estos aspectos son objeto de estudio en programas académicos como el Máster en Psicología General Sanitaria online.

Causas de la disociación

La disociación es un mecanismo adaptativo que desconecta nuestra mente de la realidad al afrontar situaciones extremas que superan nuestras capacidades psicológicas. Este mecanismo actúa como una suerte de "zona de seguridad", reduciendo la intensidad emocional, la tensión, el miedo y el dolor del momento.

Estos trastornos suelen originarse en experiencias traumáticas, y su desarrollo puede entenderse como una manifestación de los desafíos que el cerebro enfrenta al procesar contenidos altamente emocionales y perturbadores. Además, pueden estar relacionados con lesiones cerebrales o anormalidades en la estructura del cerebro.

La disociación, como estrategia de autodefensa, puede surgir en respuesta a diversas experiencias traumáticas, incluyendo:

  • Abusos sexuales
  • Maltrato y abuso infantil
  • Agresiones
  • Haber vivido un atentado
  • Haber experimentado una catástrofe
  • Haber sufrido un accidente

Principales trastornos disociativos

Como comentábamos, la disociación puede ser adaptativa en ciertas circunstancias. Sin embargo, suele asociarse a diversos trastornos, entre los que destacan:

  • Amnesia disociativa. Se caracteriza por pérdidas extensas de memoria que afectan la recopilación de información personal y eventos relacionados con experiencias traumáticas.
  • Trastorno de identidad disociativo. Más conocido como trastorno de identidad múltiple, el trastorno de identidad disociativo implica pérdidas de memoria acompañadas de una desconexión con la propia identidad. En este trastorno, la identidad se fragmenta en distintas partes, dando lugar a la sensación de que varias personas coexisten en un solo cuerpo.
  • Trastorno de despersonalización/desrealización. Las personas afectadas a menudo experimentan una sensación constante de desapego de su propio cuerpo, como si no les perteneciera (despersonalización). Además, esta sensación puede agravarse por la percepción de que las personas y el mundo que les rodea no son reales (desrealización).

Síntomas disociativos

Los síntomas de los trastornos disociativos varían según el tipo específico, pero los más comunes incluyen:

  • Episodios de amnesia selectiva o lagunas de memoria relacionados con situaciones traumáticas o recuerdos no deseados.
  • Periodos de confusión mental que pueden dificultar la concentración.
  • Desconexión con la realidad y lo que está sucediendo en el entorno.
  • Estrés emocional y laboral e incapacidad de lidiar con él
  • Tendencias suicidas
  • Falta de claridad en la identidad
  • Percepción distorsionada de la realidad y de las personas
  • Dificultades en relaciones personales, sociales y laborales
  • Sensación de alienación de uno mismo
  • Pesadillas

Tratamiento de la sintomatología disociativo

El tratamiento de los trastornos disociativos representa un desafío considerable, ya que, durante los episodios de amnesia, despersonalización, desrealización o la manifestación de otra personalidad, el nivel de conciencia del individuo puede disminuir de manera significativa. Esta disminución en la conciencia complica la implementación de la terapia cuando estos síntomas están presentes.

A pesar de la complejidad, la terapia suele ser un componente crucial en el manejo de los trastornos disociativos. Estas son algunas de las técnicas utilizadas:

  • Establecimiento de contacto físico con alguien cercano al entorno, que ayuda especialmente a mitigar la despersonalización.
  • Concentración en actividades lúdicas como leer, hacer ejercicio o conversar.
  • Imposición de recuerdos de una vivencia placentera o visualización de un lugar que se considere seguro.
  • Entrenamiento en respiración profunda, que contribuye a reducir la ansiedad y mejorar el control emocional.
  • Reestructuración cognitiva para promover una percepción más saludable y realista de la realidad.

El propósito de todos estos tratamientos es cambiar la forma en que el paciente percibe el evento traumático, abordar los sentimientos de culpabilidad y autocrítica que pueda expresar y reinterpretar los síntomas.

La disociación y los trastornos disociativos son cuestiones psicológicas complejas que pueden afectar significativamente la calidad de vida de quienes las experimentan. Por ello, es crucial buscar ayuda profesional para abordar estos trastornos. La terapia representa una vía esperanzadora hacia la recuperación y el bienestar de los pacientes, brindándoles la oportunidad de comprender mejor su situación y su entorno. Asimismo, ofrece la posibilidad de vivir una vida más plena y saludable.

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