
¿Te has preguntado alguna vez por qué algunos estudiantes aprenden más fácilmente que otros? La neuroeducación combina neurociencia y pedagogía para entender cómo aprende, recuerda y procesa emociones nuestro cerebro. En este artículo, explicamos qué es exactamente la neuroeducación, sus beneficios para el sistema educativo español y estrategias para aplicarla en el aula.
Si te interesa profundizar en este tema, la Universidad Europea ofrece dos masters online oficiales en Educación: el Máster en Neuroeducación y el Máster en Inteligencia Emocional. Ambos están pensados para ayudarte a aplicar estos conocimientos directamente en el aula.
La neuroeducación, también llamada neuropedagogía o neurociencia educativa, es una disciplina que surge de la unión entre neurociencia, psicología y educación. Su objetivo principal es comprender cómo funciona el cerebro durante el aprendizaje, la memoria, las emociones y la atención para, después, aplicar estos conocimientos al diseño de estrategias didácticas más eficaces.
Resulta muy útil en el ámbito porque permite adaptar las metodologías de enseñanza a las necesidades reales del alumnado. Así, se tienen en cuenta aspectos como el desarrollo cerebral de cada etapa, los límites naturales de la atención y el papel que juegan las emociones en el proceso de aprender.
Aplicar los principios de la neuroeducación en el aula transforma la manera de enseñar y aprender. Estos son algunos de los beneficios que aporta:
La neuroeducación permite diseñar estrategias que se ajustan a cómo el cerebro procesa y almacena información. Técnicas como la práctica espaciada (distribuir el tiempo de estudio en varias sesiones cortas a lo largo del tiempo) y los mapas mentales ayudan a consolidar mejor el conocimiento que métodos tradicionales como la relectura.
Otras técnicas de estudio efectivas con la recuperación activa, donde los estudiantes practican recordar información sin mirarla, y la metodología de Feymann, que consiste en explicar conceptos con palabras sencillas. Estas estrategias favorecen una retención a largo plazo.
Saber cómo funciona la atención ayuda a planificar clases en las que realmente se aprovecha el tiempo. En adolescentes, el cerebro mantiene la concentración durante unos 10-15 minutos, por lo que alternar explicaciones breves con actividades prácticas permite adaptarse a ese ritmo.
Incorporar elementos que despierten la curiosidad también mejora la atención. Por ejemplo, iniciar una clase con una pregunta intrigante o un experimento sencillo activa el sistema de recompensa cerebral y facilita que el alumnado participe.
La tecnología educativa, como cuestionarios interactivos o vídeos breves, puede mantener el interés cuando se usa de forma equilibrada, es decir, evitando la saturación de estímulos.
Las emociones influyen en la capacidad de aprender. Cuando los estudiantes se sienten seguros y valorados, disminuye la ansiedad y aumenta su disposición para implicarse en la clase. Esto cobra especial importancia en aquellas asignaturas que suelen generar más estrés como, por ejemplo, la Matemáticas.
En este contexto, es clave fomentar un entorno emocionalmente positivo. Las técnicas de aprendizaje cooperativo fortalecen los vínculos entre los estudiantes, el refuerzo constructivo aumenta la motivación y asumir los errores como parte del aprendizaje reduce el miedo a equivocarse.
Además, pequeñas prácticas, como ejercicios de respiración al inicio de clase, pueden ayudar a regular emociones y crear un clima más receptivo a lo que se trabaja en el aula.
La neuroeducación considera las diferencias individuales en el desarrollo cerebral y esto ayuda a crear entornos más inclusivos, beneficiando sobre todo a estudiantes con trastornos y dificultades de aprendizaje, hiperactividad, autismo infantil u otras necesidades específicas.
Los docentes con formación en neuroeducación e inteligencia emocional pueden adaptar mejor sus metodologías: usar apoyos visuales para alumnos con dificultades auditivas, ofrecer descansos frecuentes para quienes tienen problemas de atención o proporcionar instrucciones paso a paso para facilitar la comprensión, entre otras ideas.
Estas acciones finalmente benefician al conjunto del grupo al incorporar distintas formas de enseñar y aprender.
La aplicación de la neuroeducación se basa en traducir los descubrimientos sobre el funcionamiento cerebral en estrategias didácticas. Estas son las principales formas de implementarla:
¿Quieres aplicar la neuroeducación en tus clases? Si eres docente, pedagogo, psicólogo o trabajas en el ámbito educativo, la Universidad Europea te ofrece formaciones online especializadas:
Descubre cómo transformar tu práctica docente.