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¿Qué es la neuroeducación y cómo puede mejorar el aprendizaje?

Educación

Actualizado el 26 de Junio de 2025
niño rellena los tapones de plástico de unas botellas de agua con algodones

¿Te has preguntado alguna vez por qué algunos estudiantes aprenden más fácilmente que otros? La neuroeducación combina neurociencia y pedagogía para entender cómo aprende, recuerda y procesa emociones nuestro cerebro. En este artículo, explicamos qué es exactamente la neuroeducación, sus beneficios para el sistema educativo español y estrategias para aplicarla en el aula.

Si te interesa profundizar en este tema, la Universidad Europea ofrece dos masters online oficiales en Educación: el Máster en Neuroeducación y el Máster en Inteligencia Emocional. Ambos están pensados para ayudarte a aplicar estos conocimientos directamente en el aula.

Neuroeducación: ¿qué es? 

La neuroeducación, también llamada neuropedagogía o neurociencia educativa, es una disciplina que surge de la unión entre neurociencia, psicología y educación. Su objetivo principal es comprender cómo funciona el cerebro durante el aprendizaje, la memoria, las emociones y la atención para, después, aplicar estos conocimientos al diseño de estrategias didácticas más eficaces.

Resulta muy útil en el ámbito porque permite adaptar las metodologías de enseñanza a las necesidades reales del alumnado. Así, se tienen en cuenta aspectos como el desarrollo cerebral de cada etapa, los límites naturales de la atención y el papel que juegan las emociones en el proceso de aprender.

¿Qué beneficios aporta la neuroeducación en el aula? 

Aplicar los principios de la neuroeducación en el aula transforma la manera de enseñar y aprender. Estos son algunos de los beneficios que aporta:

Mejora la memoria y la retención

La neuroeducación permite diseñar estrategias que se ajustan a cómo el cerebro procesa y almacena información. Técnicas como la práctica espaciada (distribuir el tiempo de estudio en varias sesiones cortas a lo largo del tiempo) y los mapas mentales ayudan a consolidar mejor el conocimiento que métodos tradicionales como la relectura.

Otras técnicas de estudio efectivas con la recuperación activa, donde los estudiantes practican recordar información sin mirarla, y la metodología de Feymann, que consiste en explicar conceptos con palabras sencillas. Estas estrategias favorecen una retención a largo plazo.

Optimiza la atención y concentración

Saber cómo funciona la atención ayuda a planificar clases en las que realmente se aprovecha el tiempo. En adolescentes, el cerebro mantiene la concentración durante unos 10-15 minutos, por lo que alternar explicaciones breves con actividades prácticas permite adaptarse a ese ritmo.

Incorporar elementos que despierten la curiosidad también mejora la atención. Por ejemplo, iniciar una clase con una pregunta intrigante o un experimento sencillo activa el sistema de recompensa cerebral y facilita que el alumnado participe.

La tecnología educativa, como cuestionarios interactivos o vídeos breves, puede mantener el interés cuando se usa de forma equilibrada, es decir, evitando la saturación de estímulos.

Conecta emoción y aprendizaje

Las emociones influyen en la capacidad de aprender. Cuando los estudiantes se sienten seguros y valorados, disminuye la ansiedad y aumenta su disposición para implicarse en la clase. Esto cobra especial importancia en aquellas asignaturas que suelen generar más estrés como, por ejemplo, la Matemáticas.

En este contexto, es clave fomentar un entorno emocionalmente positivo. Las técnicas de aprendizaje cooperativo fortalecen los vínculos entre los estudiantes, el refuerzo constructivo aumenta la motivación y asumir los errores como parte del aprendizaje reduce el miedo a equivocarse.

Además, pequeñas prácticas, como ejercicios de respiración al inicio de clase, pueden ayudar a regular emociones y crear un clima más receptivo a lo que se trabaja en el aula.

Facilita la inclusión educativa

La neuroeducación considera las diferencias individuales en el desarrollo cerebral y esto ayuda a crear entornos más inclusivos, beneficiando sobre todo a estudiantes con trastornos y dificultades de aprendizaje, hiperactividad, autismo infantil u otras necesidades específicas.

Los docentes con formación en neuroeducación e inteligencia emocional pueden adaptar mejor sus metodologías: usar apoyos visuales para alumnos con dificultades auditivas, ofrecer descansos frecuentes para quienes tienen problemas de atención o proporcionar instrucciones paso a paso para facilitar la comprensión, entre otras ideas.

Estas acciones finalmente benefician al conjunto del grupo al incorporar distintas formas de enseñar y aprender. 

¿Cómo aplicar la neuroeducación en tus clases? Ejemplos

La aplicación de la neuroeducación se basa en traducir los descubrimientos sobre el funcionamiento cerebral en estrategias didácticas. Estas son las principales formas de implementarla:

Estrategias basadas en la memoria y consolidación

  • Práctica de recuperación activa: pide a los estudiantes que escriban lo que recuerdan sobre el tema anterior sin consultar materiales. Esta técnica fortalece las conexiones neuronales y mejora la retención a largo plazo.
  • Espaciado temporal: distribuye el repaso de contenidos en intervalos crecientes (1 día, 3 días, 1 semana, 1 mes…). El cerebro consolida mejor la información cuando debe “esforzarse” por recordarla.
  • Conexiones multisensoriales: combina explicaciones verbales con imágenes, gestos y manipulación de objetos. Esto activa varias áreas cerebrales simultáneamente y crea redes de memoria más fuertes.

Estrategias basadas en la atención 

  • Bloques de concentración: estructura las lecciones en segmentos de 10-15 minutos seguidos de actividades diferentes. Respeta que la atención sostenida tiene límites biológicos.
  • Pausas activas: incorpora ejercicios de movimientos breves (2-3 minutos) entre explicaciones. El ejercicio aumenta el flujo sanguíneo cerebral y mejora la concentración posterior.
  • Rutinas de transición: establece señales claras para cambiar de actividad (música, sonidos, gestos…). Esto ayuda al cerebro a procesar el cambio y mantener la atención.
  • Activadores de curiosidad: inicia cada tema con una pregunta que llame su atención, un experimento o un dato sorprendente. Esto libera dopamina, que mejora la concentración y facilita el aprendizaje.

Estrategias basadas en la regulación emocional 

  • Técnicas de respiración consciente: dedica 2-3 minutos al inicio de clase a ejercicios de respiración profunda. Esto activa el sistema nervioso parasimpático y reduce el estrés que bloquea el aprendizaje.
  • Reencuadre positivo del error: cuando un estudiante se equivoque, usa frases como “Eso significa que tu cabeza está trabajando, ¡vas por buen camino!” o “Equivocarse es parte del camino, así aprendemos todos”. Esto reduce la ansiedad y mantiene activo el sistema de recompensa cerebral.
  • Retroalimentación inmediata y específica: proporciona comentarios concretos sobre el proceso (“Me ha gustado cómo has empezado por lo que te resultaba más fácil, eso te ayudó a avanzar más rápido”) en lugar de evaluaciones generales (“Bien hecho”).

Estrategias basadas en la inclusión

  • Flexibilidad en agrupaciones: combina momento de trabajo individual, en pareja o en grupos pequeños en función de la tarea. Cambiar la forma de organizarse ayuda a activar distintas formas de pensar y relacionarse.
  • Ritmos de trabajo adaptados: hay quien necesita un poco más de tiempo para procesar la información y quien va a toda velocidad. Dar margen a unos y proponer retos extra a otros permite que cada estudiante trabaje a su ritmo sin presión.
  • Diferentes formas de expresar el aprendizaje: no todo el mundo aprende y se expresa igual. Deja que cada alumno explique lo que ha aprendido de forma oral, escrita, visual, corporal o digital, según lo que mejor le funcione.

Conclusión: claves de la neuroeducación en el aula

  • Combina ciencia y pedagogía para crear estrategias basadas en el funcionamiento cerebral.
  • Mejora memoria, atención, regulación emocional e inclusión en el aula.
  • Ofrece técnicas concretas, tales como la recuperación activa, las pausas activas, la respiración consciente.
  • Respeta los ritmos naturales del cerebro y adapta tiempos de atención.
  • Beneficia especialmente a estudiantes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno del espectro autista (TEA) u otras dificultades de aprendizaje. 
  • Transforma el ambiente creando entornos seguros donde el error es aprendizaje.

¿Quieres aplicar la neuroeducación en tus clases? Si eres docente, pedagogo, psicólogo o trabajas en el ámbito educativo, la Universidad Europea te ofrece formaciones online especializadas:

  • Máster Universitario en Neuroeducación y Dificultades de Aprendizaje.
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Artículo publicado el 18 de Enero de 2023