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Educación
11 ene 2023

Disciplina positiva: un modelo para educar con firmeza y respeto

Editado el 11 Ene. 2023
disciplina positiva

Los docentes no solo transmiten conocimientos y desarrollan las habilidades de sus estudiantes, también deben asegurarse de que exista un clima positivo en el aula que favorezca el aprendizaje. Muchas veces deben corregir los malos comportamientos y mediar en los conflictos. Su manera de hacerlo puede marcar a los alumnos.

En el pasado, los maestros solían recurrir a los castigos para disciplinar a los estudiantes, pero la aparición de nuevos modelos educativos ha promovido estrategias más respetuosas, como la disciplina positiva. De hecho, en nuestro Grado en Educación Infantil no sólo abordamos las cuestiones didácticas sino también los fundamentos teóricos y prácticos de los enfoques educativos más recientes.

¿Qué es la disciplina positiva en el aula?

La disciplina positiva es un modelo educativo que se originó en la década de 1920 de la mano del psicólogo Alfred Adler y el psiquiatra y educador Rudolf Dreikurs. Más tarde, la psicóloga estadounidense Jane Nelsen contribuyó a su difusión mundial, en gran parte gracias a su libro “Cómo educar con firmeza y cariño”.

En práctica, esta corriente educativa se basa en el respeto mutuo y anima a los educadores a asumir una actitud firme, pero positiva y afectuosa con sus estudiantes. Su principal objetivo es lograr que los estudiantes se comporten adecuadamente y sigan las normas disciplinando con paciencia y amabilidad.

Este modelo educativo es beneficioso porque no solo corrige las malas conductas, sino que el docente también se convierte en un modelo de habilidades sociales para los estudiantes, quienes podrán aprender a solucionar sus conflictos de manera más asertiva. También contribuye a mantener el vínculo emocional, incluso en el momento en que se corrige el comportamiento, de manera que no provoca tanto rechazo y rebelión como el castigo. Al contrario, estos suelen mostrarse más colaborativos.

Al mismo tiempo, la disciplina positiva permite dejar claras las normas y reglas, algo esencial para el desarrollo infantil ya que los niños deben saber qué esperan los adultos de ellos. Por tanto, este método educativo genera figuras de autoridad amables en las que los niños pueden confiar y recurrir si tienen un problema.

¿Cuáles son los principios de la educación positiva?

  1. Establecer una conexión emocional. La disciplina positiva enfatiza en la necesidad de corregir los comportamientos desde el afecto y la empatía. Eso significa que el educador debe establecer un vínculo emocional con sus alumnos, de manera que estos no perciban la corrección como un rechazo a su persona sino simplemente como un error que deben subsanar.
  2. Actuar como modelo. Durante los primeros años de vida, los docentes también actúan como guías de los niños. La disciplina positiva los anima a desarrollar aquellas cualidades que desean ver en sus estudiantes, como la paciencia, el respeto, la independencia, la estabilidad emocional, la amabilidad o la escucha activa.
  3. Disciplinar desde el respeto. Todos los niños experimentan dos necesidades psicológicas fundamentales: sentirse valioso y aceptado. Cuando los adultos los castigan o gritan, les transmiten el mensaje de que no son dignos de respeto, de manera que los pequeños se sienten desvalorizados. La disciplina positiva motiva a los educadores a disciplinar con firmeza, pero sin afectar la autoestima y confianza de sus estudiantes, adoptando en todo momento una actitud respetuosa.
  4. Recurrir al diálogo. Siempre que sea posible, es recomendable recurrir al diálogo y no la imposición como método formativo, intentando llegar a acuerdos. De hecho, las normas en el aula se deben consensuar entre todos, haciendo comprender a los estudiantes que, si incumplen alguna de ellas, su comportamiento tendrá consecuencias. También es importante establecer sanciones razonables para evitar los castigos arbitrarios o desproporcionados.
  5. Destacar las buenas conductas y los logros. Más que recurrir al castigo, la educación positiva propone enfocarse en los buenos comportamientos. Cuando el docente refuerza las conductas positivas, los estudiantes se sienten más motivados a repetirlas. Asimismo, es fundamental enseñar a los niños distintas alternativas de comportamiento para que puedan alcanzar sus objetivos sin perjudicar a los demás.

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