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La ZDP, también conocida como zone of proximal developement es un término acuñado en los años 30 por el conocido como “el Mozart de la Psicología”: Lev Vigotsky.
La zona de desarrollo próximo es una zona ficticia en la cual, por un lado, está lo que es conocido por un alumno; por el otro lado, lo que es desconocido para un alumno; y en el medio estaría la zona de desarrollo próximo. Esta última encuadraría las habilidades o competencias que son muy complicadas para que un alumno las aprenda solo, pero que puede llegar a dominar si cuenta con el apoyo y guía de una persona de su entorno que conozca las diferencias entre aprendizaje cooperativo y colaborativo.
La teoría de Vigotsky defiende que, cuando un alumno se encuentra en esta zona, la ayuda de su entorno puede suponer la chispa necesaria para que pase del estado de no poder aprender algo a hacerlo de forma eficaz. Los guías o tutores que pueden ayudar al estudiante a dar ese “empujón” pueden ser desde un maestro hasta un niño con altas capacidades.
Ese concepto de empujón, ayuda, chispa… fue definido por el mismo Vigotsky como andamiaje, en el que, haciendo un símil con el mundo de la arquitectura, la ayuda proporcionada a los alumnos es lo que permite alcanzar al alumno el techo de sus posibilidades o, en este caso, su aprendizaje potencial.
Hay una serie de elementos que han de ser definidos de manera detallada para poder introducir el concepto de Vigotsky dentro de las aulas:
Definición detallada de las actividades
Como si de una programación didáctica se tratase, para conseguir que los alumnos se beneficien de la ayuda de sus compañeros hay que definir qué actividades concretas van a permitir obtener el éxito educativo y cuáles van a ser los roles en este proceso y a quién corresponde cada uno de ellos.
Aprendizaje cooperativo pero adaptado a cada alumno
El leit motiv de la ZDP es que la colaboración entre el alumno y su entorno le permita alcanzar su potencial. Esto es más fácil conseguirlo mediante actividades de aprendizaje colaborativo, pero siempre teniendo en cuenta que cada alumno tiene una ZDP diferente y, por lo tanto, los ritmos de aprendizaje son distintos entre el alumnado de una clase.
Fomentar la interacción
En ocasiones, los alumnos, una vez han completado el proceso de aprendizaje de una tarea, no tienen un impulso innato de ayudar a aquellos compañeros que no lo han logrado. Por lo tanto, una de las características que han de impulsarse son todas aquellas actividades que involucren al alumno a participar con otros para poder beneficiarse mutuamente de sus conocimientos y experiencias.
Respetar el espíritu de la ZDP
Ayudar al alumno, pero no mucho. El hecho de ir liberando de manera gradual las responsabilidades que, como hemos indicado anteriormente es conocido como andamiaje, permite a los alumnos conseguir un alto grado de independencia en las tareas de aprendizaje conforme van alcanzando sus objetivos.
Revisar continuamente el proceso
La teoría tiene un componente cíclico: el profesor evalúa constantemente el progreso de un alumno a lo largo de una actividad de aprendizaje y responde sistemáticamente en función de sus necesidades. Esto significa que el profesor ajusta la dificultad de las tareas y los objetivos de aprendizaje para que el alumno cumpla las expectativas
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