¿En qué consiste la ludificación?
La ludificación es la incorporación de elementos y mecánicas propias del juego en contextos no lúdicos, como el aprendizaje y la formación. Con esta herramienta, se logra aumentar la motivación y el compromiso de los estudiantes.
Además, es una buena estrategia para conseguir que todos los alumnos participen en el proceso de aprendizaje. Al tratarse de un proceso más interactivo y personalizado, consigue involucrar incluso a los estudiantes que tienen más dificultades, aquellos con problemas para mantener la atención o que no se sienten motivados por los métodos tradicionales.
Se puede utilizar en todas las etapas educativas, además de en una variedad de contextos de aprendizaje, como la educación formal, la formación corporativa y el desarrollo personal.
Fases de una estrategia de ludificación
Las fases de una estrategia de ludificación dependerán del profesorado que esté a cargo de la enseñanza. También pueden entrar en juego otros factores (las directrices de la dirección del colegio, las limitaciones impuestas por los padres, etc.). Aun así, existen una serie de pautas que se suelen seguir por norma general:
- Definición de objetivos y diseño de la estrategia: tras identificar los comportamientos que se quieren fomentar en los estudiantes, se planifican las actividades y recursos necesarios.
- Creación de contenidos y recursos: esto abarca los materiales didácticos, los juegos específicos y los elementos de retroalimentación, entre otros.
- Integración de la ludificación en el proceso de enseñanza: se adaptan los recursos existentes para definir cómo se implementarán en los juegos y actividades. Además, se seleccionan las plataformas y herramientas para la gestión de la ludificación.
- Implementación y seguimiento: en esta fase se realizan pruebas piloto y se observa el desempeño de los estudiantes. Gracias a la retroalimentación, se comprueba la efectividad de la estrategia.
- Evaluación y ajuste: se miden los resultados en función de los objetivos establecidos y también se identifican las áreas a mejorar si es necesario.
Durante todo el proceso, es importante hacer una buena gestión de los recursos disponibles. Cada centro de formación tendrá que ajustar su estrategia según las herramientas con las que cuenten.