Adaptabilidad, comunicación, negociación, resolución de conflictos… ¿Qué tienen que ver todas estas habilidades directivas, muchas de ellas conocidas como “habilidades blandas”, con la gestión de entidades deportivas?
Aunque cuando se habla de gestión solemos pensar en conocimientos técnicos relacionados con las finanzas o la administración, la verdad es que las habilidades directivas y de gestión de equipos son las que diferencian a un buen gestor. Permiten atraer y retener al talento, gestionar la inteligencia emocional de la organización e inspirar a los trabajadores para que se comprometan con los objetivos globales y trabajen en equipo para conseguirlos.
Al igual que otro tipo de empresas, las entidades deportivas también necesitan líderes eficaces que pongan sus habilidades de dirección al servicio de la organización. Por eso, el Máster en Gestión Deportiva online de la Universidad Europea no solo ofrece formación en los aspectos más técnicos de la gestión. Cuenta también con asignaturas dedicadas específicamente al desarrollo de habilidades de dirección y liderazgo, que son las que marcan la diferencia en el desarrollo de la actividad profesional.
Hay cierto acuerdo sobre lo que se consideran habilidades directivas básicas. Entre estas, las más importantes para la gestión de una entidad deportiva son las siguientes:
Entre todas las habilidades directivas, la comunicación es una de las más importantes. No solo engloba la capacidad de expresión oral, sino también la capacidad para escuchar activamente y la comunicación no verbal. A nivel interno, sirve para cohesionar a los equipos y generar una atmósfera de transparencia. A nivel externo, permite llegar a las partes interesadas o a la sociedad en general, y tiene un impacto clave en la imagen de la entidad.
La negociación implica escuchar a todas las partes y saber encontrar acuerdos que satisfagan a todos. Es una habilidad imprescindible, pero difícil de dominar. En la gestión de empresas deportivas, sirve para poner de acuerdo a los integrantes de la organización y alinear sus objetivos con los de la entidad. Fuera de la organización, es clave para lograr acuerdos de todo tipo, desde contratos de servicios hasta fichajes de jugadores.
La adaptabilidad es la capacidad para ajustar la conducta en respuesta a los cambios. Esta habilidad es un factor clave de la resiliencia, ya que permite reaccionar rápidamente a los contratiempos y explorar opciones alternativas para conseguir los objetivos buscados. En la gestión deportiva, donde los directivos se enfrentan con frecuencia a situaciones imprevistas, esta flexibilidad sirve para reducir su impacto y encontrar nuevas oportunidades.
Relacionada con las habilidades de negociación, la resolución de conflictos implica tanto la capacidad para evitar problemas de forma preventiva como las habilidades para resolverlos una vez que se producen. Es una de las habilidades de los gerentes deportivos, y sumamente importante en el ámbito de los deportes de élite y de alto rendimiento, donde la presión a la que están sometidos los equipos puede favorecer la aparición de disputas.
El pensamiento crítico es la capacidad para analizar la información de forma objetiva, formular preguntas pertinentes y formar una opinión propia dejando atrás los sesgos y prejuicios. Es un proceso lógico que ofrece un enfoque estructurado para acercarse a los problemas que pueden plantearse en la gestión de las entidades deportivas.
Si el pensamiento crítico sirve para analizar problemas, la creatividad sirve para encontrar soluciones alternativas que marquen la diferencia y creen una ventaja competitiva. Como habilidad directiva, supone la capacidad de los líderes para fomentar la creatividad en sus equipos, y es un motor clave de la innovación.
Dada su importancia, existe un gran interés por el aprendizaje de habilidades directivas. Ahora bien, ¿cómo se estudian estas habilidades? ¿Puedes aprender creatividad si no eres una persona creativa? La buena noticia es que sí, y que existen muchos cursos de habilidades directivas. Sin embargo, lo mejor es partir de una formación de calidad especializada como el Máster en Gestión Deportiva en Madrid o el Curso de Readaptación Deportiva en Canarias de la Universidad Europea, que incluye estas competencias en su plan de estudios y las enseña de manera efectiva aplicadas al mundo del deporte. Esta aplicación práctica es fundamental porque, si bien la teoría y las distintas técnicas pueden estudiarse, para interiorizar y consolidar las habilidades directivas es necesario ejercitarlas. Se perfeccionan con el uso y, si te dedicas a la gestión deportiva, son las que te ayudarán a distinguirte como gestor deportivo con un sueldo a la altura de tus capacidades.