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Medicina y Salud
29 de Noviembre de 2023

Anorexia nerviosa: síntomas, diagnóstico y tratamiento

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La anorexia nerviosa se presenta como una realidad compleja que impacta en la salud física y mental de quienes la padecen. En este post de blog, exploraremos en la definición de anorexia nerviosa, ahondando en sus causas y síntomas, así como los procesos de diagnóstico y tratamiento.

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¿Qué es la anorexia nerviosa?

La anorexia nerviosa es un trastorno de conducta de la alimentación (TCA) en el que la persona que la padece manifiesta un intenso miedo a ganar peso y una percepción distorsionada de su propia imagen. Las personas con anorexia pretenden tener un control riguroso sobre su peso y su figura, realizando sacrificios significativos en su rutina diaria.

Para evitar el aumento de peso o continuar perdiéndolo, las personas que sufren este trastorno adoptan prácticas como la restricción severa de calorías, el vómito después de las comidas, el uso indebido de laxantes, la ingesta de suplementos dietéticos y diuréticos e, incluso, la práctica excesiva de ejercicio. A pesar de la cantidad de peso que logren perder, su temor a ganarlo persiste.

Es importante destacar que la anorexia nerviosa suele representar una forma extremadamente poco saludable (y, en ocasiones, mortal) de abordar otros problemas. Y es que, para las personas con este trastorno, la anorexia es la única forma que conocen para gestionar conflictos internos de los que, a lo mejor, ni siquiera son conscientes.

Las causas de la anorexia

La anorexia nerviosa es un trastorno complejo y multifactorial, y su origen puede relacionarse con diversas causas. Entre los factores que se han identificado como posibles desencadenantes o contribuyentes a esta enfermedad, se encuentran los siguientes:

  • Factores genéticos: algunas investigaciones sugieren que la predisposición genética puede jugar un papel en la susceptibilidad a la anorexia, siendo los antecedentes de familiares con trastornos alimentarios (trastorno por atracón, ortorexia, etc.) un factor que aumenta el riesgo.
  • Factores psicológicos: problemas emocionales y psicológicos, tales como la baja autoestima, el perfeccionismo, la ansiedad, la depresión y las dificultades para expresar emociones, pueden favorecer el desarrollo de la anorexia.
  • Presión social y cultural: los estándares de belleza poco realistas y la presión social para cumplir con ellos pueden influir en la percepción de la imagen corporal, contribuyendo al desarrollo de la anorexia.
  • Factores ambientales: experiencias traumáticas, cambios significativos en la vida, problemas familiares o conflictos pueden desencadenar la anorexia en algunas personas.
  • Búsqueda de control: a veces, la anorexia puede ser una forma de ejercer control cuando la persona siente que no lo tiene sobre otros aspectos de su vida.
  • Factores biológicos: cambios en el funcionamiento del cerebro y los neurotransmisores, así como desequilibrios hormonales, también pueden ser causas de la anorexia.

Anorexia nerviosa: síntomas y signos

La anorexia nerviosa presenta una amplia gama de síntomas que no solo influyen en la salud física, sino también en el bienestar emocional y en las conductas cotidianas de quienes la padecen. Es, por este motivo, que los síntomas y signos de la anorexia pueden ser clasificados en diferentes grupos:

Síntomas físicos

  • Pérdida de peso excesiva o la incapacidad para alcanzar el aumento de peso esperado durante el desarrollo, si bien no es necesario para que la persona padezca anorexia.
  • Apariencia delgada, aunque no es imprescindible para que alguien desarrolle anorexia.
  • Recuento anormal de células sanguíneas.
  • Fatiga.
  • Insomnio.
  • Mareos o desmayos.
  • Pigmentación azulada en los dedos de las manos.
  • Cabello fino, quebradizo o pérdida de cabello.
  • Presencia de vello suave (“pelusa”) que cubre el cuerpo.
  • Ausencia de menstruación, en el caso de las mujeres.
  • Problemas de estreñimiento y dolor abdominal.
  • Piel seca o tonalidad amarillenta.
  • Intolerancia al frío.
  • Ritmo cardíaco irregular.
  • Presión arterial baja.
  • Deshidratación.
  • Inflamación de los brazos o las piernas.
  • Erosión dental y callosidades en los nudillos debido al inducimiento del vómito.

Síntomas emocionales y conductuales

  • Preocupación constante por los alimentos, a veces expresada al preparar comidas muy elaboradas para otros, pero abstenerse de consumirlas.
  • Frecuente omisión de comidas o resistencia a ingerir alimentos.
  • Negación del hambre o formulación de excusas para evitar comer.
  • Consumo exclusivo de alimentos considerados "sanos", generalmente con bajo contenido de grasas y calorías.
  • Adopción de rituales rígidos durante las comidas, como escupir la comida después de masticar.
  • Resistencia para comer en entornos públicos.
  • Mentir acerca de la cantidad de alimentos consumidos.
  • Experimentar temor al aumento de peso, manifestado a través de acciones como pesarse o medirse repetidamente.
  • Inspección en el espejo en busca de defectos.
  • Quejas frecuentes relacionadas con la percepción de estar gordo o tener áreas del cuerpo consideradas así.
  • Ocultar la figura bajo varias capas de ropa.
  • Falta de expresión emocional.
  • Retraimiento social.
  • Irritabilidad.
  • Disminución del interés en las relaciones sexuales.

En cualquier caso, es importante reconocer los síntomas de la anorexia y buscar la atención profesional adecuada para un diagnóstico y tratamiento tempranos, ya que es algo que aumenta las posibilidades de recuperación.

¿Cómo se diagnostica la anorexia nerviosa?

El diagnóstico de la anorexia nerviosa se realiza mediante una evaluación completa que trata los aspectos físicos, psicológicos y conductuales. A continuación, detallamos los pasos clave en este proceso:

  • Entrevista clínica: un profesional de la salud especializado, como un médico, psicólogo o psiquiatra especializado, realiza una entrevista exhaustiva. Esta tiene como objetivo recopilar información sobre antecedentes médicos, síntomas, patrones alimentarios, percepción de la imagen corporal y factores psicosociales relevantes.
  • Criterios diagnósticos: son elementos fundamentales para determinar la presencia de anorexia nerviosa. En este contexto, se aplican los criterios establecidos en manuales de diagnóstico reconocidos como, por ejemplo, el DSM-5.
  • Evaluación física: si bien esto no tiene implicación para el diagnóstico, se debe hacer una exploración física porque puede haber riesgo físico por bajo peso.
  • Análisis de laboratorio: se pueden realizar análisis de laboratorio para evaluar posibles complicaciones médicas graves asociadas, tales como anemia, problemas del corazón, gastrointestinales o renales, pérdida muscular, disminución de la masa ósea, anomalías electrolíticas, etc.
  • Evaluación psicológica: esta etapa del proceso de diagnóstico permite identificar posibles trastornos psicológicos concurrentes que puedan estar relacionados con la anorexia nerviosa, como depresión, ansiedad, autolesiones, pensamientos suicidas, etc.
  • Colaboración interdisciplinaria: a menudo, el diagnóstico de la anorexia implica la colaboración entre diferentes profesionales de la salud, como médicos, psicólogos, nutricionistas y otros expertos, para comprender la situación del paciente.

Tratamiento de la anorexia: ¿en qué consiste?

El tratamiento de la anorexia nerviosa es un proceso complejo que aborda tanto los aspectos físicos como los psicológicos del trastorno. Por esta razón, es fundamental que sea llevado a cabo por un equipo multidisciplinar

El primer pilar del tratamiento suele ser la intervención médica para abordar las complicaciones físicas que pueden surgir como consecuencia de la anorexia.

Paralelamente, el tratamiento psicológico desempeña un papel importante. Comúnmente, se recurre a la terapia cognitivo-conductual (TCC) para comprender los pensamientos negativos, abordar los patrones de pensamiento disfuncionales y promover cambios a largo plazo en la relación de la persona con el peso, la comida y la autoimagen.

La terapia nutricional es otra parte esencial. Se guía a la persona hacia la adopción de una dieta equilibrada. Los nutricionistas trabajan con los pacientes para restablecer hábitos alimentarios normales y superar los comportamientos restrictivos.

Además, el apoyo emocional y la participación de familiares y seres queridos son cruciales durante el tratamiento. Es obvio que la anorexia tiene un impacto significativo en quien la padece, pero también en su entorno social y familiar.

En definitiva, brindar una atención integral y personalizada para conseguir el éxito en la recuperación.