El síndrome de Hikikomori es un problema que afecta a los adolescentes que deciden recluirse en sus casas.
Este trastorno se presenta como un fenómeno social llevado al extremo, que fuerza a quienes lo sufren a aislarse y dejar de lado actividades ligadas con la vida cotidiana como los estudios, el trabajo o las relaciones con amigos y familiares.
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“Hikikomori” (“apartarse” o “reclusión” en castellano) es un término que se origina en el año 1998, cuando el psicólogo japonés Tamaki Saito publica su libro Aislamiento social: una interminable adolescencia. En él, se refería al casi medio millón de japoneses (la mayoría de ellos hombres) que vivían recluidos en sus casas, durante al menos seis meses, dedicándose a trabajar, estudiar o jugar a videojuegos.
Hoy en día, el uso desmedido de la tecnología y el aumento del sentimiento de aislamiento ha hecho que el término se extienda por todo el planeta. En la actualidad, entendemos por “Hikikomori” el síndrome en sí y también a las personas que lo padecen.
Dependiendo del enfoque, podemos encontrarnos varias causas capaces de desencadenar este síndrome que se estudian en la carrera de psicología infantil:
Una de las causas más habituales es la presión que los padres ejercen para que sus hijos alcancen las metas que ellos no pudieron lograr a su edad.
Esto somete a los más jóvenes a un estrés constante y en una enorme frustración, ansiedad o angustia por conseguir aquello que sus padres desean de ellos.
Estas sensaciones provocan que numerosos adolescentes y jóvenes intenten aislarse por completo para mitigar las responsabilidades que perciben en sus vidas.
La presión familiar se suma a la exigencia de cumplir con determinados ideales asociados a la felicidad impuestos por la sociedad. El no alcanzarlos puede desencadenar sentimientos de tristeza, angustia e incertidumbre. Por eso, estos factores sociales pueden contribuir al desarrollo del síndrome de Hikikomori, llevando a ciertas personas a experimentar la sensación de no encajar en los grupos que comparten las creencias predominantes de la sociedad. La respuesta de estas personas ante tales circunstancias suele ser recluirse en sus hogares.
Otra causa adicional es la precariedad laboral a la que muchos jóvenes se ven sometidos, resultando en una pérdida de confianza en sus habilidades. Los sentimientos de frustración frente a esta situación son comunes entre aquellos que enfrentan estas dificultades, provocando alteraciones en su estado de ánimo y consecuencias que pueden fácilmente asociarse a la exclusión social.
Los síntomas que experimentan las personas afectadas por el síndrome de Hikikomori se presentan de manera progresiva y, a medida que el problema avanza, se intensifican o se vuelven más notorios. Estos pueden incluir:
Para que un tratamiento destinado a combatir el síndrome de Hikikomori sea efectivo, entre las funciones del psicólogo infantil que lo trata se integran los siguientes aspectos:
En resumen, el síndrome de Hikikomori es un fenómeno mundial que afecta a personas en plena transición a la madurez. Cursando estudios como el Grado en Psicología en Valencia, el Grado en Psicología en Canarias o el Grado en Psicología en Madrid puedes adquirir los conocimientos necesarios para ayudar a los pacientes a superar esta patología.