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Derecho
En países como Francia y Bélgica es una alternativa muy extendida, aunque en España el concepto de nuda propiedad sigue siendo un gran desconocido. El Instituto Nacional de Estadística señala que en los últimos años se han realizado apenas unas 1.000 operaciones de este tipo. No obstante, si las hipotecas inversas siguen ganando terreno, los especialistas en Derecho deben conocer qué significa nuda propiedad y cuáles son las obligaciones del nudo propietario. En cualquier formación de nivel en el área legal, como nuestro grado en Derecho en Madrid, se trata este concepto.
La nuda propiedad es un concepto jurídico según el cual, una persona tiene derecho sobre una cosa de la que es propietaria, pero no puede hacer uso de la misma. Por tanto, aunque posee la titularidad del bien, su posesión y disfrute está en manos de un tercero, que ejerce lo que se conoce como derecho de usufructo.
El titular del derecho se denomina “nudo propietario”. Esa persona física o jurídica es dueña del bien, pero sus facultades para utilizarlo se encuentran muy limitadas ya que no dispone del derecho de usufructo, de manera que no puede disponer y disfrutar del bien.
El concepto de nuda propiedad se aplica con frecuencia a la vivienda. En estos casos, lo habitual es que el propietario de la vivienda venda la nuda propiedad y se reserve el derecho de usufructo. Generalmente se trata de personas mayores que no tienen herederos y necesitan liquidez para hacer frente a sus gastos.
A través de esta herramienta legal se convierten en usufructuarios, asegurando el uso de la vivienda, casi siempre durante el resto de su vida, y recibiendo una compensación económica a cambio de la propiedad.
Existen diferentes modalidades de venta. Lo más habitual es recibir un pago único, aunque también se puede cobrar una renta vitalicia periódica o incluso percibir una parte del capital al firmar el contrato y cobrar el resto en forma de rentas mensuales de por vida.
La entidad o persona que compra la vivienda se convierte en nudo propietario, pero no podrá disfrutar de la misma hasta que finalice el usufructo, generalmente tras la muerte del usufructuario, aunque también existen contratos temporales.
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