A lo largo de nuestra vida, nos enfrentamos a situaciones dolorosas y traumáticas que, inevitablemente, generan malestar emocional. En esos momentos, es probable que experimentemos lo que la psicología denomina disociación, un fenómeno que exploramos en detalle en este artículo.
Aunque la disociación pueda parecer inicialmente una respuesta adaptativa, puede evolucionar hacia trastornos disociativos que requieren intervención terapéutica. Estos aspectos son objeto de estudio en programas académicos como el Máster en Psicología General Sanitaria online.
La disociación es un mecanismo adaptativo que desconecta nuestra mente de la realidad al afrontar situaciones extremas que superan nuestras capacidades psicológicas. Este mecanismo actúa como una suerte de "zona de seguridad", reduciendo la intensidad emocional, la tensión, el miedo y el dolor del momento.
Estos trastornos suelen originarse en experiencias traumáticas, y su desarrollo puede entenderse como una manifestación de los desafíos que el cerebro enfrenta al procesar contenidos altamente emocionales y perturbadores. Además, pueden estar relacionados con lesiones cerebrales o anormalidades en la estructura del cerebro.
La disociación, como estrategia de autodefensa, puede surgir en respuesta a diversas experiencias traumáticas, incluyendo:
Como comentábamos, la disociación puede ser adaptativa en ciertas circunstancias. Sin embargo, suele asociarse a diversos trastornos, entre los que destacan:
Los síntomas de los trastornos disociativos varían según el tipo específico, pero los más comunes incluyen:
El tratamiento de los trastornos disociativos representa un desafío considerable, ya que, durante los episodios de amnesia, despersonalización, desrealización o la manifestación de otra personalidad, el nivel de conciencia del individuo puede disminuir de manera significativa. Esta disminución en la conciencia complica la implementación de la terapia cuando estos síntomas están presentes.
A pesar de la complejidad, la terapia suele ser un componente crucial en el manejo de los trastornos disociativos. Estas son algunas de las técnicas utilizadas:
El propósito de todos estos tratamientos es cambiar la forma en que el paciente percibe el evento traumático, abordar los sentimientos de culpabilidad y autocrítica que pueda expresar y reinterpretar los síntomas.
La disociación y los trastornos disociativos son cuestiones psicológicas complejas que pueden afectar significativamente la calidad de vida de quienes las experimentan. Por ello, es crucial buscar ayuda profesional para abordar estos trastornos. La terapia representa una vía esperanzadora hacia la recuperación y el bienestar de los pacientes, brindándoles la oportunidad de comprender mejor su situación y su entorno. Asimismo, ofrece la posibilidad de vivir una vida más plena y saludable.
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