El mundo de la diplomacia es un espacio donde se toman decisiones que pueden cambiar el curso de la historia y fomentar la cooperación entre naciones. Esencialmente, los diplomáticos son los encargados de representar los intereses de sus países en el extranjero, aunque llevan a cabo muchas otras labores. Esta profesión, rodeada de desafíos y recompensas, requiere habilidades estratégicas, comunicación efectiva y un profundo conocimiento de las relaciones internacionales. En este artículo te explicamos cómo ser diplomático y cuáles son las funciones de estos profesionales.
Si estás pensando en estudiar una carrera con la que consigas esta posición a nivel profesional, con el Grado en Relaciones Internacionales que imparte la Universidad Europea podrás estudiar sobre política, derecho y economía global, preparándote para afrontar los retos y oportunidades de la diplomacia moderna.
Un diplomático es un representante oficial de su país en el ámbito internacional, encargado de velar por los intereses nacionales y fomentar relaciones positivas con otras naciones. Este profesional actúa como un puente entre culturas, gobiernos e instituciones, buscando siempre fomentar el diálogo y la cooperación. Su labor es esencial para mantener la paz, facilitar acuerdos comerciales, promover los derechos humanos y gestionar crisis internacionales.
Los diplomáticos normalmente trabajan en embajadas y consulados, aunque también pueden desempeñar roles en organismos multilaterales como la ONU, la Unión Europea o la Organización Mundial del Comercio. Dentro de estas instituciones, juegan un papel clave en la negociación de tratados, la resolución de conflictos y la creación de políticas globales.
Las funciones de un diplomático son variadas y requieren un profundo conocimiento de la política internacional y la cultura de los países con los que trabajan. Entre sus tareas principales destacan:
En definitiva, un diplomático es un gestor de relaciones clave, capaz de manejar con eficacia las complejidades del panorama internacional.
Ser diplomático implica tener una visión amplia de los asuntos internacionales y mantener la neutralidad en situaciones delicadas. Es una profesión que requiere compromiso, habilidades de negociación y una mentalidad abierta para adaptarse a las dinámicas cambiantes del panorama global. Algunas de las habilidades técnicas y personales más importantes son:
Asimismo, para ser diplomático es necesario superar oposiciones o procesos de selección rigurosos que evalúan tanto conocimientos académicos como competencias prácticas.
Entender cómo ser diplomático comienza con una sólida formación académica que te prepare para abordar los retos de las relaciones internacionales. Estas son las áreas de estudio más recomendadas:
Si decides adentrarte en el campo de la diplomacia, complementar esta formación con estudios de posgrado, como másteres en relaciones internacionales o comercio exterior, puede marcar la diferencia en los procesos de selección y oposiciones.
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