La psicomotricidad, como disciplina, combina el psiquismo y la motricidad para entender a las personas como un todo. Por un lado, pone el foco en cómo los seres humanos percibimos e interpretamos el mundo que nos rodea; y, por el otro lado, en nuestras posibilidades expresivas y de movilidad.
La terapia psicomotriz puede ser determinante en el correcto desarrollo físico, emocional y psicológico de las personas. Por esta razón, cobra especial protagonismo durante la infancia y las primeras etapas de la vida. A continuación, te explicaremos cuáles son los principios y el funcionamiento de esta disciplina, que puedes estudiar a través del Curso en Psicomotricidad Infantil, disponible dentro de la oferta de cursos online de la Universidad Europea.
La terapia psicomotriz, como su propio nombre indica, emplea la psicomotricidad con fines terapéuticos. Esta es una herramienta muy útil, pues permite trabajar los conflictos psicológicos y las emociones de los pacientes, así como su relación con otras personas. Todo ello se hace siempre teniendo en cuenta las diferentes dimensiones de la identidad de las personas: afectiva, cognitiva, social, conductual y motora.
Este tipo de terapia se recomienda especialmente para niños de entre 3 y 8 años, y va dirigido a incrementar sus sensaciones y percepciones por medio del movimiento. Además, trata de fomentar el trabajo sensoriomotor, la creatividad, la expresividad y el movimiento libre y espontáneo.
Por lo general, la terapia psicomotriz se emplea en el ámbito educativo para prevenir y tratar dificultades de desarrollo como, por ejemplo:
Asimismo, cada vez son más frecuentes los niños de entre 5 y 7 años que presentan dificultades para leer y escribir: confunden letras y números, los escriben al revés, leen de forma invertida, etc. Comúnmente, las causas subyacentes son de carácter psicomotriz, de modo que también se debe recurrir a este tipo de tratamientos tras una evaluación previa en estos casos.
En los espacios educativos, la terapia psicomotriz no tiene por qué estar orientada a resolver un problema concreto, sino que su labor es más de acompañamiento. Trata de promover una maduración psicológica, un crecimiento y un desarrollo armónico de los niños. Actividades sencillas como moldear plastilina, pintar con los dedos o pegar pegatinas, tan comunes en los cursos de preescolar, son ejemplos de ejercicios psicomotores.
La terapia psicomotriz intenta que el niño se conozca bien a sí mismo, aprenda a autocontrolar su cuerpo y descubra su entorno. De hecho, es mediante la interacción con el entorno como se consigue pasar de la etapa de egocentrismo a la de socialización.
En última instancia, la idea es que los niños puedan expresarse, crear y comunicarse con normalidad para así vivir una vida plena. Esta meta principal se compone de objetivos concretos, entre ellos:
Existe una amplia variedad de actividades de psicomotricidad infantil que se pueden utilizar para fomentar el desarrollo de los niños en los centros educativos. Asimismo, en las aulas se pueden implementar ejercicios más concretos para ayudar a los alumnos con necesidades educativas especiales (NEE).
Las actividades y juegos son tan diversos como los tipos de necesidades educativas especiales que existen. Aun así, nombramos algunos de ellos como ejemplo:
Este tipo de terapia basada en el baile tiene muchos beneficios para los niños con NEE de entre 7 y 8 años, ya que es muy efectiva a la hora de estimular su psicomotricidad gruesa.
Las actividades lúdicas como los juegos de pelota son muy prácticas, pues estimulan la socialización, al mismo tiempo que los niños con NEE desarrollan habilidades motrices básicas como el equilibrio y la coordinación.
Es muy recomendable llevar a cabo ejercicios en los que los niños trabajen la percepción sensorial. Por ejemplo, se les puede enseñar fotos y preguntarles qué están sintiendo quienes aparecen en ellas.
La respiración es una función corporal básica que algunos niños con NEE pueden tener que trabajar. Juegos como el de hinchar un globo invisible son muy útiles para enseñarles a tomar aire por la nariz en lugar de por la boca.
La terapia psicomotriz es muy productiva tanto a nivel preventivo como a la hora de gestionar dificultades de desarrollo. Por ello, los docentes y los profesionales de la psicología pueden beneficiarse de conocer este tipo de tratamiento en profundidad.
No existen unos requisitos académicos concretos para acceder al Curso en Psicomotricidad Infantil en la Universidad Europea, pero esta formación está orientada sobre todo a maestros, educadores sociales, psicopedagogos, psicólogos y orientadores escolares. En el programa, se estudia el sistema nervioso y la teoría del aprendizaje, y se exploran distintas estrategias metodológicas y principios de la psicología.
Si tu objetivo a largo plazo es convertirte en un profesional de la psicomotricidad, lo más conveniente es estudiar un grado universitario relacionado con las disciplinas de la educación, la pedagogía y la psicología, y después complementarlo con una formación especializada en terapia psicomotriz. Consulta la amplia oferta de grados y cursos de la Universidad Europea, y escoge la formación que más te interesa.