
Medicina y Salud
En cualquier sección de frutería de super e hipermercados se pueden encontrar frutas y verduras con colores vivos y de un alto atractivo, sin imperfecciones a la vista, como tomates rojos perfectos, uvas sin semilla, sandias sin pepitas y dulces entre otros muchos alimentos. Se trata de alimentos transgénicos, todos ellos en venta durante los doce meses del año, es decir, fuera de sus temporadas propias.
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Se trata de productos alimentarios que han sufrido modificaciones genéticas para tener ciertas propiedades específicas como durabilidad, tamaño, color, o dulzor entre otras muchas características.
Los alimentos transgénicos son, por tanto, productos que tienen en su organismo varios genes distintos a los que se les atribuyen en un principio. Es decir, a través de técnicas de biotecnología se pueden utilizar genes extraídos de seres vivos y modificados en laboratorios para posteriormente, reintroducirlos en el mismo organismo deseado o en otro.
Se conocen como Organismos Modificados Genéticamente (OMG) y su fin principal es aportar cualidades especiales a organismos que previamente no las tenían.
En la actualidad, una gran cantidad de alimentos de consumo básico contienen al menos un gen que no es intrínseco en su especie. A continuación, te contamos algunos de los alimentos que se modifican genéticamente.
Los alimentos modificados genéticamente fueron regulados y aprobados bajo el Reglamento (EC) 258/1997 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de enero de 1997 sobre nuevos alimentos e ingredientes alimentarios. Posteriormente a esa fecha, bajo el Reglamento (EC) 1929/2003.
(Información publicada por AESAN, Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición).
Son muchas las opiniones derivadas sobre el consumo y producción de alimentos transgénicos.
Por su parte, se defiende que los alimentos modificados genéticamente protegen al consumidor con respecto a virus y herbicidas utilizados en campos de cultivos tradicionales. Asimismo, estos alimentos poseen mayor tamaño y su durabilidad también es mayor, además de no haberse demostrado que puedan tener consecuencias negativas en la salud por su consumo.
Otro de los puntos a favor, es que las plantas transgénicas están preparadas para sobrevivir a plagas, aguantar épocas extremas de sequías y calor o resistir frente al ataque de ciertos herbicidas.
Por otro lado, la opinión opuesta indica que la introducción en el mercado de este tipo de alimentos supone un impacto negativo medioambiental y pérdida de biodiversidad.
A su vez, uno de los argumentos de más peso es el hecho de que estos alimentos no generan semillas útiles, por lo que se pone a los agricultores en una situación de dependencia total frente a empresas multinacionales que tienen el control sobre cuándo y cómo se produce.
La biotecnología está ligada a la ingeniería genética y avanza de forma cada vez más rápida y eficiente, teniendo más aplicaciones en el día a día de la vida cotidiana. Abarcando por tanto desde el desarrollo farmacéutico pasando por la producción de alimentos y el tratamiento de residuos tóxicos en el medio ambiente. Es por ello que el Grado en Biotecnología en Madrid, así como su opción a realizarlo en Valencia te puede formar de cara a este mundo laboral tan demandado.