
La digitalización, el teletrabajo y la oferta de ocio moderna, entre otros factores, han hecho que cada vez sean más las personas que llevan una vida sedentaria. El sedentarismo es un problema de salud pública con graves consecuencias a corto y largo plazo. En este artículo, exploramos sus efectos en la salud y veremos cómo combatirlo.
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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sedentarismo es la falta de actividad física suficiente para cumplir con los niveles recomendados para la salud.
Es importante diferenciar este problema de la falta de ejercicio, ya que va mucho más allá. No hablamos solo de la ausencia de actividad física estructurada (entrenar en el gimnasio, practicar un deporte, etc.), sino de largas horas de inactividad, en las que la persona está sentada frente al ordenador, viendo la televisión o usando dispositivos móviles.
Según estudios científicos, se considera sedentarismo cuando una persona pasa más de 6-8 horas al día sin realizar actividad física moderada o intensa. Esto también incluye el tiempo que pasamos sentados en el trabajo, en el transporte o en casa.
Son muchos los factores que han contribuido a que nuestro estilo de vida sea mucho más inactivo. Veamos algunos de ellos:
El impacto del sedentarismo depende de factores como la edad y el estilo de vida, y sus causas pueden ser muy diversas. En los adultos, las largas jornadas de trabajo en oficina y las responsabilidades cotidianas reducen el tiempo disponible para realizar ejercicio. En el caso de niños y adolescentes, el uso excesivo de pantallas ha desplazado el tiempo dedicado a actividades físicas o al juego activo. Por último, en las personas mayores, las limitaciones de movilidad y el aislamiento social son aspectos que aumentan el sedentarismo.
El estilo de vida moderno ha convertido al sedentarismo en un importante problema de salud pública. Se considera uno de los principales motivos de riesgo, ya que tiene múltiples efectos negativos, entre ellos:
Reducir el impacto del sedentarismo es posible adoptando hábitos saludables en la vida diaria. Estas son algunas acciones concretas que puedes incorporar:
El sedentarismo no solo afecta a las personas a nivel individual, sino que también genera un impacto significativo en el sistema sanitario. Las enfermedades crónicas relacionadas con la falta de actividad física, como las cardiovasculares y metabólicas, aumentan la demanda de atención médica y recursos sanitarios.
La medicina deportiva es una de las disciplinas que puede ayudar a combatir el sedentarismo. Estos especialistas ofrecen recomendaciones personalizadas basadas en el estado físico, el historial médico y el estilo de vida de cada paciente. Por ejemplo, para quienes han sido sedentarios durante mucho tiempo, comenzar con caminatas cortas, estiramientos suaves o ejercicios de fuerza de baja intensidad puede ser una estrategia eficaz. A medida que el cuerpo responde, se puede aumentar progresivamente la intensidad y la duración de la actividad, siempre con supervisión médica. Este enfoque individualizado mejora los resultados y asegura que los cambios se mantengan a largo plazo.
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