Biofeedback: qué es y por qué se realiza

Gracias al avance de la tecnología, terapias que antes parecían impensables están comenzando a convertirse en una realidad. Es el caso de la técnica de autocontrol biológico conocida como biofeedback, que puede mejorar diversos aspectos del bienestar físico y mental de los pacientes.

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¿Qué es el biofeedback y qué técnicas utiliza?

El biofeedback es una terapia que implica el uso de sensores para ayudar al paciente a que conozca en tiempo real diversos aspectos fisiológicos. Después, podrá asociar este conocimiento a sensaciones específicas que ocurran en su cuerpo.

Con un poco de práctica, esto le ayudará a mejorar su habilidad para controlar ciertas funciones corporales que, de otra manera, podrían desajustarse y perjudicar su bienestar físico, emocional y mental.

Algunas de estas funciones pueden relacionarse con la relajación de músculos específicos, la reducción del ritmo cardíaco o respiratorio, o el alivio del dolor.

El biofeedback ofrece diversas técnicas adaptadas a las necesidades de cada paciente. Entre las más importantes podemos encontrar:

• Electromiografía (EMG): para la relajación muscular.
• Biofeedback térmico: para controlar la temperatura de la piel en momentos de estrés.
• Capacitación de respuesta galvánica de la piel: para detectar signos de angustia.
• Biofeedback de variabilidad del ritmo cardíaco: para mejorar la presión arterial y reducir el estrés y la ansiedad.

¿En qué consiste el tratamiento de biofeedback?

Las etapas de una sesión de biofeedback son las siguientes:

• Primer paso: la persona se sienta en una silla y se le colocan electrodos en un músculo, en los dedos o en la cintura después de limpiar la zona con agua salada o alcohol.
• Segundo paso: los sensores empiezan a registrar la actividad eléctrica y la temperatura del cuerpo para mostrar esta información en una pantalla. Con estos datos, el profesional evalúa la actividad en diferentes puntos y en una variedad de condiciones como, por ejemplo, en reposo y estrés. Este proceso ayuda a identificar las áreas que necesitan mejoría.
• Tercer paso: se instruye a la persona para que realice una actividad relacionada con su trastorno mientras controla un parámetro específico. Por ejemplo, disminuir la actividad eléctrica del músculo masetero durante una tarea centrada en la atención.
• Cuarto paso: durante la tarea, se proporciona feedback al paciente para indicarle si está consiguiendo los resultados deseados. El feedback puede ser visual, auditivo o, más comúnmente, una combinación de ambos.

En general, los tratamientos de biofeedback requieren múltiples sesiones de entre 30 y 60 minutos para poder percibir algún tipo de mejora. Además, se sugiere practicar los ejercicios en casa para maximizar los beneficios de la terapia.

¿Qué problemas puede tratar el biofeedback?

Entre las condiciones y trastornos donde el biofeedback ha demostrado su eficacia están las siguientes:

• Estrés: el biofeedback monitoriza señales corporales como el ritmo cardíaco o la tensión muscular para regular los niveles de estrés. Además, favorece el aprendizaje de técnicas de relajación para aliviar los síntomas.
• Bruxismo: la técnica de biofeedback ayuda a relajar la tensión muscular de la mandíbula, lo que resulta muy útil a la hora de reducir el hábito de apretar o rechinar los dientes.
• Incontinencia: el biofeedback puede mejorar la incontinencia al entrenar el control muscular del suelo pélvico, permitiendo a los pacientes fortalecer estos músculos y mejorar la retención urinaria.
• Déficit de atención: empleando el biofeedback para potenciar la concentración, los individuos pueden adquirir habilidades para gestionar su atención. Es especialmente útil en las personas que sufren déficit de atención.
• Mejora del rendimiento deportivo: el biofeedback ayuda a los deportistas a mejorar su rendimiento, ya que les permite controlar y ajustar sus respuestas físicas durante el entrenamiento. Esto les ayuda a optimizar su técnica, reducir el estrés y acelerar su recuperación.
• Fobias: mediante el biofeedback, las personas pueden aprender a controlar las respuestas fisiológicas asociadas con el miedo y, de esta forma, reducir su ansiedad.
• Ataques de ansiedad: basándose en cómo hacer una intervención psicológica, el biofeedback enseña técnicas de relajación y respiración que pueden reducir la intensidad y la frecuencia de estos ataques.
• Migrañas y cefaleas: el biofeedback permite identificar los factores desencadenantes y enseña a controlar la tensión muscular y otros síntomas relacionados.

Con su capacidad para mejorar la calidad de vida y el bienestar de los pacientes, el biofeedback está transformando la forma en que abordamos el tratamiento de diversas dolencias y afecciones.

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