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En un mundo globalizado y cada vez más digitalizado, un mayor número de empresas deciden ampliar sus horizontes apostando por el comercio internacional. Sin embargo, el comercio exterior plantea numerosos retos, desde aquellos relacionados con las normativas y regulaciones locales hasta las diferencias culturales y de idioma, así como los trámites aduaneros y la logística.
Implementar un sistema logístico eficiente es clave para tener éxito en el comercio exterior, por eso las empresas están demandando especialistas en el ámbito del transporte y la gestión de cadenas de suministro que tengan una proyección internacional. De hecho, el sector del comercio y la logística ya representa el 10 % del Producto Interior Bruto de España y genera un millón de puestos de trabajo, según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
El comercio internacional engloba todas las transacciones económicas que involucran un intercambio de bienes y servicios entre diferentes países, destinados a sus respectivos mercados internos. Esos intercambios se realizan mediante las operaciones de exportación e importación.
En cambio, la logística de una empresa comprende todas las operaciones organizativas y de gestión que permiten que un producto llegue a las manos del consumidor, por lo que incluye todas las operaciones de transporte, almacenamiento y distribución de la mercancía en el mercado, desde el sitio donde se extraen las materias primas hasta los centros de producción o almacenamiento.
Por consiguiente, la logística internacional es el conjunto de operaciones destinadas a transportar materias primas o productos finalizados desde el país de origen, denominado exportador, hasta el país de llegada, al que se conoce como importador, que utilizará esos recursos para la fabricación de productos o los comercializará directamente.
La logística es una pieza esencial para distribuir de manera eficiente las materias primas y los productos entre los diferentes países. No solo asegura el movimiento de las mercancías, sino que optimiza los recursos técnicos, financieros y humanos con el objetivo de reducir los procesos redundantes, controlar los costes y mejorar la eficiencia de toda la cadena de suministro global.
De hecho, la logística influye de manera decisiva en los márgenes de ganancia, afectando al coste final de un producto. Una estrategia de distribución adecuada mantiene los costes logísticos dentro de ciertos márgenes para permitir que la operación sea rentable para las empresas que intervienen.
La elección del transporte idóneo, ya sea por aire, mar o tierra, así como la optimización de las rutas y la gestión de los tiempos, son otros factores esenciales en el comercio exterior de los que se encarga la logística. La gestión adecuada de esos factores minimizará el riesgo de que la mercancía se deteriore, sobre todo cuando debe recorrer largas distancias y pasar varios días en aduanas.
La logística también es esencial para proteger la mercancía. Se asegura de su correcto almacenamiento, etiquetado y embalaje para que no se dañe durante el trayecto. En el ámbito del comercio exterior, se encarga además de que los envíos cumplan con los estándares internacionales y las regulaciones locales para que no tengan problemas aduaneros o de otra índole. Así los productos podrán acceder rápidamente al mercado en óptimas condiciones.
El crecimiento del comercio internacional y el auge del comercio electrónico han impulsado considerablemente la demanda de profesionales especializados en comercio internacional, transporte y logística. En la Universidad podrás formarte para trabajar en un sector con un gran potencial.
A través de un aprendizaje experiencial y el análisis de casos reales podrás comprender y dominar los instrumentos que se utilizan en el comercio exterior y las estrategias empresariales globales, para que seas capaz de planificar y gestionar todos los procesos que forman parte del comercio internacional.
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