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Aprendizaje social y emocional: claves para desarrollarlo en el aula

Educación

21 de Abril de 2025
estudiantes de Educación Primaria sentados alrededor de una mesa y juntando sus manos en medio

Aunque hace ya tiempo que conocemos la importancia de las habilidades blandas, estas están cada vez más valoradas. Hoy sabemos que la inteligencia emocional es una herramienta fundamental en el desarrollo integral de los estudiantes. Por ese motivo, integrar el aprendizaje social y emocional en el aula no es solo una ventaja, sino una necesidad.

Si te dedicas a la educación y quieres aprender a trabajar estas competencias con tus alumnos, el Máster en Educación Emocional y el Curso en Inteligencia Emocional de la Universidad Europea te ofrecen una formación práctica, con enfoques que van desde la psicología positiva hasta la educación emocional o el coaching educativo. Con estas formaciones no solo potenciarás tu perfil, sino que también podrás obtener puntos baremables para las oposiciones.

En este artículo, te explicamos en qué consiste el aprendizaje social y emocional y cómo ayudar a tus alumnos a desarrollar estas habilidades.

¿Qué es el aprendizaje social y emocional?

El aprendizaje social y emocional es el proceso de adquisición de conocimientos, actitudes y habilidades que ayudan a comprender y manejar las emociones, establecer y mantener relaciones positivas y tomar decisiones responsables. Este tipo de aprendizaje amplía los límites de la enseñanza académica tradicional y enseña a los estudiantes a desenvolverse bien en distintos contextos sociales.

Este tipo de aprendizaje trabaja la autoconciencia, la autorregulación, la conciencia social, las habilidades relacionales y la capacidad para tomar decisiones. Se trata de competencias fundamentales no solo para el bienestar emocional, sino también para el éxito académico y personal.

Claves para fomentar el aprendizaje social y emocional en las aulas

Para integrar el aprendizaje social y emocional en el entorno educativo, es necesario contar con el compromiso del profesorado y planificar de acuerdo con estrategias como las siguientes:

Entorno seguro y de confianza

El primer paso para trabajar las emociones en infantil y en cualquier etapa educativa es garantizar que el aula sea un espacio donde los estudiantes se sientan valorados y respetados. Esto implica establecer normas claras, fomentar el respeto mutuo y promover una comunicación abierta.

Actividades específicas en la rutina diaria

Desde actividades de mindfulness hasta juegos de rol, existen numerosas dinámicas que permiten a los estudiantes identificar y expresar sus emociones. Estas prácticas favorecen el desarrollo de la empatía y mejoran la convivencia escolar.

Metodologías activas

Existen varios enfoques que han demostrado su eficacia para favorecer el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, como el aprendizaje cooperativo en el aula, el aprendizaje colaborativo o el aprendizaje por descubrimiento. Estas metodologías fomentan la participación de los alumnos y desarrollan su capacidad para trabajar en equipo, resolver conflictos y tomar decisiones.

Ejemplos prácticos de aprendizaje social y emocional en el aula

Para implementar procesos de aprendizaje emocional y social, no es necesario hacer grandes cambios en el currículo. Hay actividades sencillas que pueden integrarse fácilmente en la rutina de los alumnos o en la enseñanza de otras materias. Estos son algunos ejemplos:

  • Diario emocional: los estudiantes llevan un registro diario de sus sentimientos y de las situaciones que los provocan. Esta actividad promueve la autoconciencia y la reflexión.
  • Círculos de diálogo: sesiones grupales donde se abordan temas como la empatía, la frustración o el respeto. Esto permite mejorar la comunicación y la resolución de conflictos.
  • Proyectos solidarios: actividades que impliquen ayudar a la comunidad, lo que refuerza la conciencia social y el compromiso con el entorno.
  • Juegos cooperativos: fomentan la colaboración, la confianza y el trabajo en equipo para la resolución de problemas.

Estos ejemplos pueden adaptarse según el nivel educativo y las necesidades del grupo, siempre con el objetivo de favorecer un aprendizaje significativo que integre lo emocional con lo académico.

El papel de los docentes en la educación emocional

Los docentes no solo transmiten conocimientos, sino que también son un modelo de comportamiento emocional. Su actitud, su forma de gestionar los conflictos y su capacidad de escucha activa influyen en el clima del aula.

Por ese motivo, es fundamental que el profesorado reciba formación específica en inteligencia emocional para poder desarrollar estas competencias a título individual antes de aplicarlas con los alumnos. La educación emocional no es una habilidad innata, sino que es algo que se aprende, muchas veces, de las personas que los niños tienen a su alrededor. En consecuencia, los docentes deben ser los primeros en incorporar estas herramientas a su práctica diaria.

Formarse en inteligencia emocional educativa

La demanda de profesionales capaces de integrar la inteligencia emocional en contextos educativos es cada vez mayor. Tanto si ya estás en el ámbito de la educación como si quieres redirigir tu carrera hacia este sector, especializarte en este campo puede abrirte muchas puertas.

Existen distintas opciones formativas que permiten adquirir estas competencias, desde cursos breves hasta titulaciones oficiales. En la Universidad Europea puedes encontrar una amplia variedad de masters online en Educación y cursos de Educación que te prepararán para trabajar con las metodologías más actuales y afrontar los retos de la enseñanza.