
Desde que nacen, los niños están expuestos a estímulos constantes que contribuyen a despertar su curiosidad y a potenciar su desarrollo. Esta forma de aprender que se da de manera no planificada ni estructurada es lo que conocemos como aprendizaje incidental, y tiene un gran impacto en cómo los más pequeños comprenden el mundo. Sin embargo, aunque ocurre en situaciones cotidianas como estar con amigos y familiares, leer o ver películas, también hay maneras de implementarlo en el aula para aprovechar todos sus beneficios.
A lo largo de este artículo veremos en qué consiste este tipo de aprendizaje, cómo fomentarlo en clase, cuál es el papel del maestro y qué formación necesitas para dedicarte profesionalmente a la educación infantil. Ya te adelantamos que una de las opciones es cursar el Grado en Educación Infantil online que ofrece la Universidad Europea, donde aprenderás a diseñar estrategias que favorezcan un desarrollo más completo en los niños.
Como hemos avanzado, el aprendizaje incidental es aquel que ocurre de manera espontánea, sin que exista una intención explícita de enseñar o aprender. Surge en contextos cotidianos y está impulsado principalmente por la curiosidad, la observación y la interacción con el entorno. A diferencia del aprendizaje formal, no requiere de una estructura rígida ni de un objetivo concreto.
En la infancia, este tipo de aprendizaje tiene mucho peso, ya que es básicamente la forma natural en que los niños exploran el mundo: tocando, experimentando, equivocándose y volviéndolo a intentar. Por ejemplo, un niño que aprende que el agua moja después de derramar un vaso está viviendo una experiencia de aprendizaje incidental.
Aunque no siempre es reconocible a simple vista, este tipo de aprendizaje es fundamental para el desarrollo de habilidades sociales, lingüísticas, cognitivas y emocionales, y se complementa con otros enfoques como el aprendizaje significativo, el aprendizaje por descubrimiento o el aprendizaje colaborativo, todos ellos clave en la etapa infantil.
El aprendizaje incidental puede darse en cualquier momento y lugar, sin embargo, algunas de las situaciones más comunes son:
Estos aprendizajes, aunque no siempre medibles o planificados, son esenciales para el desarrollo integral de la infancia.
Ya sabemos que el aprendizaje incidental no puede forzarse, pero sí puede promoverse. En el aula, se pueden seguir algunas estrategias para estimularlo y que los niños nunca dejen de aprender:
Estas estrategias deben integrarse dentro de una planificación flexible, donde el educador se convierta en guía y facilitador del aprendizaje, sin imponer ritmos ni contenidos.
En un entorno donde el aprendizaje no siempre sigue un plan preestablecido, el trabajo del maestro o maestra de Educación Infantil va más allá de impartir conocimientos. Su función es acompañar, observar y crear ambientes ricos en estímulos que propicien el aprendizaje, tanto formal como incidental.
El maestro debe prestar atención a las señales del entorno y del propio alumnado, identificar los momentos clave en los que se produce un aprendizaje espontáneo y aprovecharlos como oportunidades pedagógicas. También, es importante fomentar la autonomía, permitir el error como parte del proceso y estimular la reflexión.
El diseño de actividades abiertas, la utilización de materiales no estructurados o la incorporación de dinámicas de aprendizaje cooperativo ayuda a crear un entorno propicio para que estos aprendizajes surjan de manera natural.
Para aplicar el aprendizaje incidental en el aula, contar con una formación específica en educación infantil, como el Grado en Educación Infantil en Málaga, es un punto a favor.
En cualquiera de sus modalidades, el Grado en Maestro/a en Educación Infantil de la Universidad Europea te permitirá comprender los distintos tipos de aprendizaje, conocer el desarrollo evolutivo infantil, diseñar entornos pedagógicos efectivos y aplicar metodologías activas que promuevan la autonomía.
En conclusión, el aprendizaje incidental en la infancia no solo es inevitable, sino profundamente valioso. Es un recordatorio de que los niños aprenden todo el tiempo, especialmente cuando se sienten seguros, motivados y libres para explorar. Como futuro maestro o maestra, tu papel será clave para reconocer y potenciar estos momentos y transformar experiencias cotidianas en oportunidades educativas.