Adicción a las tecnologías: la tecnofilia en adolescentes

En los últimos años, el uso de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ha cobrado especial protagonismo en nuestras vidas.

Los beneficios de las TIC son variados, especialmente, cuando se trata de descubrir nuevas formas de desarrollar nuestra creatividad. Además, son una excelente herramienta para enriquecer los entornos comunicativos y educativos.

No obstante, el uso indebido de las TIC también presenta ciertos riesgos y consecuencias, pudiendo generar dependencia y condicionar la libertad de las personas. Si quieres aprender más sobre este tema, el Máster en Drogodependencia online de la Universidad Europea puede resultar de tu interés.

En este artículo te ayudaremos a identificar qué síntomas presenta una persona adicta a la tecnología (siendo los niños y los adolescentes los perfiles más vulnerables), qué factores de riesgo existen y qué estrategias permiten combatir la dependencia tecnológica.

Características de la adicción a las tecnologías

Cuando existe una adicción, la pérdida del autocontrol y la dependencia son signos habituales.

En el caso concreto de la adicción a las nuevas tecnologías, también conocida como tecnofilia, es frecuente recurrir al uso inadecuado y desmesurado de Internet, videojuegos y/o dispositivos electrónicos como móviles y ordenadores.

¿Cómo se detecta la adicción a las tecnologías?

Algunos signos que nos permiten detectar la potencial adicción a las tecnologías de una persona son los siguientes:

• Aislamiento social directo. Los adictos utilizan las tecnologías como herramientas para relacionarse con otras personas. Sin embargo, evitan el contacto social directo con los demás.
• Gran dependencia digital, pudiendo incluso derivar en la incapacidad para desenvolverse en tareas y gestiones cotidianas si no es por medio de las tecnologías.
• Aumento descontrolado de su tiempo de uso.
• Sentimientos de tristeza e irritabilidad cuando no pueden utilizar las TIC.
• Reducción de las horas de sueño.

Factores de riesgo de la tecnofilia

Algunos de los factores de riesgo que pueden desencadenar una adicción a la tecnología son:

• Edad: como hemos mencionado anteriormente, los niños y adolescentes son las personas más vulnerables y, por tanto, aquellos con mayor potencial para desarrollar esta adicción.
• Necesidades insatisfechas: la obsesión por conseguir todas las novedades del mercado tecnológico, como el último modelo de un teléfono móvil o la última expansión de un videojuego, pueden enmascarar otras necesidades insatisfechas y, a su vez, contribuir al desarrollo de conductas adictivas.
• Identidad no cohesionada: las redes sociales y las plataformas online son el escenario perfecto para crear una identidad falsa en el mundo virtual, favoreciendo el distanciamiento de todo lo que no nos gusta de nuestra realidad.
• Rasgos de personalidad: ser excesivamente tímidos, impulsivos, tener una baja autoestima o buscar nuevas sensaciones pueden llevarnos a afrontar las dificultades cotidianas de forma inadecuada, por ejemplo, desarrollando esta dependencia tecnológica.
• Estados emocionales: la disforia, la fatiga o la preocupación son, junto a un bajo estado de ánimo o un fuerte sentimiento de hostilidad, algunos de los estados emocionales más frecuentemente vinculados con la aparición de conductas adictivas.
• Factores familiares: un ambiente familiar rígido o, por el contrario, demasiado permisivo, puede dificultar nuestro autocontrol y derivar en la aparición de conductas adictivas como medio de regulación emocional.
• Factores sociales: además de ser un síntoma, el aislamiento social puede ser también un desencadenante de la tecnofilia.

Adictos a las tecnologías: estrategias de prevención

Algunos consejos que podemos seguir para evitar convertirnos en adictos a la tecnología son los siguientes:

• Disminuir el uso de aparatos electrónicos y pactar las horas en las que estos pueden ser utilizados.
• Motivar las relaciones interpersonales en la vida real con amigos y familiares.
• Favorecer otras aficiones y actividades culturales que puedan ocurrir fuera del entorno tecnológico, como visitar museos o ir a conciertos, al cine o a la biblioteca.
• Estimular las actividades deportivas y grupales como, por ejemplo, los voluntariados.
• Fomentar la comunicación para combatir el problema, por ejemplo, a través del diálogo en el círculo familiar.

En la actualidad, las nuevas tecnologías juegan un papel cada vez más importante en nuestra sociedad y se pronostica que estas herramientas digitales tendrán todavía más relevancia en el futuro. Utilizarlas correctamente puede ser una excelente forma de aumentar y mejorar nuestras oportunidades tanto a nivel social como laboral.

Sin embargo, debemos actuar con prudencia, sabiendo identificar a tiempo sus riesgos y evitando los abusos, especialmente entre la población más joven.

Infórmate sobre nuestro Máster en Drogodependencia y otros masters en Psicología en nuestra página web.