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Las leyes regulan los aspectos sociales, económicos, culturales y políticos de la sociedad. No solo garantizan el orden, sino que también permiten que vivamos en armonía. Cuando una persona infringe el ordenamiento jurídico, comete un delito, que no solo es reprobado a nivel social sino también condenado por el Derecho Penal.
Comprender los diferentes tipos de delincuencia, su forma de operar y las motivaciones que se encuentran en su base es fundamental para reducir el número de delitos y/o minimizar su impacto. Por esa razón, en el grado en Criminología a distancia profundizamos en la predicción y prevención de la criminalidad para diseñar medidas de seguridad públicas y privadas destinadas a frenar la fenomenología delictiva.
La delincuencia es el acto de delinquir; o sea, cometer una infracción por acción u omisión contemplada en el Derecho Penal de un país. Se trata de un fenómeno social sumamente complejo que afecta tanto a los ciudadanos como a la propiedad pública y privada, así como al patrimonio del Estado y la sociedad en conjunto.
Por consiguiente, las consecuencias de la delincuencia van mucho más allá de la comisión del delito ya que afectan el desarrollo social y dañan la convivencia. De hecho, otra definición de delincuencia la entiende como la expresión del fracaso de una persona para adaptarse a las normas y demandas de la sociedad en que vive.
La delincuencia se puede analizar teniendo en cuenta diferentes factores, desde el número de personas implicadas y el objetivo que persiguen hasta los medios que utilizan para cometer la infracción o la recurrencia de los actos criminales.
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