Cuando se habla del tema de infertilidad, se tiende a pensar equivocadamente en la mujer como la causa principal. Sin embargo, los hombres también se enfrentan a este desafío. Es más, estudios científicos recientes revelan que alrededor de un 40 % de los casos de infertilidad es de origen masculino.
En este artículo queremos hablarte sobre qué es la esterilidad masculina, cuáles son sus causas y cómo detectarla. Asimismo, plantearemos las principales técnicas de reproducción asistida que actualmente se emplean para la esterilidad masculina y la importancia de apoyarse en especialistas en fertilidad y reproducción asistida que cuenten con la formación adecuada como, por ejemplo, el Máster en Reproducción Asistida de la Universidad Europea.
El término esterilidad masculina hace referencia a la incapacidad de un varón para embarazar a una mujer trascurrido, al menos, un año de relaciones sexuales regulares y sin el uso de anticonceptivos.
Esta circunstancia se debe a problemas en el sistema reproductivo masculino que impiden la producción, liberación o función adecuada de los espermatozoides, dificultando o imposibilitando la fecundación de un óvulo.
La esterilidad en el hombre puede ser consecuencia de muchos factores y condiciones. No obstante, algunas de las principales causas de la esterilidad masculina son:
Problemas en la producción de esperma: esto responde a diferentes motivos, entre los que se encuentran:
Problemas en la calidad de los espermatozoides: la calidad del esperma es crucial para la fecundación humana. Algunas razones asociadas a la baja calidad son:
Obstrucciones en el sistema reproductivo: los conductos que transportan el esperma están bloqueados o dañados debido a:
Problemas de eyaculación: las dificultades para eyacular o la eyaculación retrógrada (cuando el semen entra en la vejiga en vez de salir por el pene durante la eyaculación) pueden ser causas de la esterilidad.
Trastornos genéticos: algunas condiciones genéticas afectan la producción de espermatozoides o su capacidad para fecundar un óvulo.
Estilo de vida: el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, el uso de drogas recreativas, la exposición a toxinas químicas o radiación y el estrés son factores que suelen tener una repercusión negativa sobre la calidad del esperma.
Enfermedades crónicas: la diabetes, la hipertensión y las enfermedades autoinmunitarias, entre otras, están relacionadas con la esterilidad en el hombre.
Medicamentos: algunos fármacos, como aquellos usados para tratar la presión arterial alta o la depresión, pueden tener efectos secundarios en la fertilidad masculina.
Obesidad: esta es perjudicial para la calidad del esperma y la función reproductiva.
Traumatismos: lesiones en la zona genital o el área circundante pueden dañar el sistema reproductivo y afectar la fertilidad.
Cuando una pareja lleva cierto tiempo tratando de concebir sin éxito y sospecha que la esterilidad masculina podría ser un factor, lo mejor es acudir a un especialista o andrólogo para que realice las evaluaciones médicas necesarias e identifique la causa subyacente.
Algunas de estas pruebas diagnósticas son:
Historial médico y entrevista: el primer paso suele ser una conversación detallada con el andrólogo. Esto puede incluir preguntas sobre la salud general, antecedentes médicos, cirugías previas, uso de medicamentos, historial de enfermedades sexuales y hábitos de estilo de vida.
Análisis de semen (espermiograma): se trata de una prueba en la que el varón proporciona una muestra de semen. Esta se analiza para evaluar la cantidad, movilidad y morfología de los espermatozoides. De este modo, se obtiene información sobre la calidad del esperma y posibles problemas de fertilidad.
Pruebas hormonales: consisten en realizar análisis de sangre para medir los niveles de hormonas sexuales masculinas (testosterona, hormona luteinizante…) e identificar así problemas hormonales que afecten la fertilidad.
Ultrasonido testicular: este proporciona imágenes detalladas de los testículos y el sistema reproductivo y sirve para detectar problemas anatómicos (obstrucciones, quistes…).
Pruebas genéticas: en algunos casos, se realizan ensayos para averiguar anomalías genéticas que puedan contribuir a la esterilidad.
Análisis de la función eyaculatoria: si hay problemas con la eyaculación, es normal llevar a cabo exámenes específicos para evaluar esta función.
Biopsia testicular: esta pequeña cirugía suele efectuarse en casos de azoospermia. Se extraen muestras de tejido testicular para observarlas bajo el microscopio y detectar la presencia o ausencia de espermatozoides.
Una vez identificada la causa subyacente de la esterilidad en el hombre, el andrólogo ya puede recomendar un plan de tratamiento adecuado. Hoy en día, este problema puede abordarse mediante medicamentos, cirugía, terapia hormonal o técnicas de reproducción asistida como, por ejemplo, son:
La criopreservación espermática es un proceso de congelación lenta de los espermatozoides con el fin de usarlos a posteriori mediante técnicas de reproducción asistida. Está dirigida especialmente a aquellos varones que van a someterse a alguna terapia o tratamiento agresivo y que puede dañar su esperma.
Esta técnica se basa en el uso de unas minúsculas partículas biodegradables capaces de escoger los espermatozoides con las mejores características funcionales de cara a tratamientos de reproducción asistida y separarlos de aquellos que están destinados a morir sin lograr fecundación.
Es bastante similar al MACS, ya que también se emplea para seleccionar los espermatozoides con mejor movilidad y menor fragmentación doble de la cadena de ADN. Sin embargo, en este caso, se usan dispositivos con 2 cámaras, una de entrada y otra de recogida, conectadas a través de un canal de microfluidos.
Cuando el varón produce espermatozoides, aunque estos no estén presentes en el eyaculado, existe la posibilidad de utilizar técnicas quirúrgicas para su obtención. Entre ellas, está la PESA, que consiste en obtener espermatozoides directamente del conducto del aparato reproductor masculino donde se almacenan y maduran hasta que se expulsan en la eyaculación, o el TESE, donde se obtienen los espermatozoides directamente del tejido testicular.
Es una técnica de reproducción asistida que se fundamenta en la selección, a partir de una muestra de semen o por medio de una biopsia testicular, de un espermatozoide con las mejores características fenotípicas y funcionales para la fecundación del ovocito de la pareja. Este se coloca dentro de una microinyector y se introduce directamente dentro de un óvulo.
Además de en casos de esterilidad masculina, esta opción también suele usarse para evitar enfermedades genéticas transmisibles por el varón o cuando no hay pareja masculina. Consiste principalmente en donar semen eyaculado. Una vez realizada la donación, el esperma se congela y conserva en un banco de semen para su uso posterior en técnicas de reproducción asistida, como la inseminación artificial o la fecundación in vitro (FIV).
Antes de someterse a cualquiera de estas técnicas de reproducción asistida masculina, querríamos incidir en lo importante que resulta buscar la orientación de un especialista en fertilidad para determinar cuál de ellas se ajusta mejor a la situación de cada persona y/o pareja. Estos procedimientos pueden ser efectivos, pero también costosos y emocionalmente desafiantes. Por esta razón, es esencial recibir un asesoramiento y apoyo adecuados durante todo el proceso.