El suelo pélvico está formado por los músculos, ligamentos y tejidos que sostienen los órganos internos, como la vejiga, el útero y el recto. Mantenerlo fuerte y flexible puede mejorar significativamente la calidad de vida de la mujer embarazada y acelerar la recuperación en el posparto, por lo que es muy importante acudir a un profesional en ambas fases.
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Durante el embarazo, el útero aumenta considerablemente de tamaño y peso. El conjunto de músculos que forman el suelo pélvico ayuda a mantener el útero y demás órganos de la pelvis en su lugar y a evitar prolapsos. Tener el suelo pélvico en forma presenta muchos beneficios para las mujeres, tanto durante como después del embarazo. Veamos algunos de los más destacados.
El suelo pélvico controla el esfínter uretral y el anal. Durante el embarazo, el aumento de peso y los cambios hormonales pueden debilitar estos músculos, lo que provoca incontinencia urinaria. Tener un suelo pélvico fuerte ayuda a prevenir o minimizar estos problemas.
Durante el parto, los músculos del suelo pélvico se estiran y permiten el paso del bebé. Si estos músculos están demasiado tensos o débiles, el parto puede ser más complicado o doloroso. Ejercitar el suelo pélvico durante el embarazo puede mejorar su elasticidad, lo que facilita un parto más suave.
El embarazo y el parto pueden afectar a los músculos pélvicos, disminuyendo la sensibilidad y la calidad de las relaciones sexuales. Los ejercicios de fortalecimiento ayudan a mejorar el placer sexual después del parto.
Preservar la salud del suelo pélvico requiere una combinación de ejercicios regulares, hábitos de vida saludables y buena postura.
El uso prolongado de tacones altos y una mala postura aumentan la presión sobre los músculos del suelo pélvico haciendo que se debiliten. En cambio, mantener una posición alineada cuando estás de pie o sentada y optar por zapatos bajos protege de este desgaste innecesario.
El esfuerzo crónico al ir al baño puede debilitar el suelo pélvico. Para evitar el estreñimiento, es importante llevar una dieta rica en fibra (frutas, verduras, cereales integrales) y beber suficiente agua (al menos entre 1,5 y 2 litros al día).
El exceso de peso añade presión sobre los músculos del suelo pélvico, por eso es importante mantener un peso saludable a través de una dieta equilibrada y ejercicio regular.
Levantar objetos pesados, especialmente si no se hace de manera correcta, puede ejercer demasiada presión sobre el suelo pélvico. Algunos deportes de alto impacto, como correr o saltar, también pueden generar mucha presión, lo que contribuye a su debilitamiento.
Retener la orina durante largos periodos de tiempo puede causar tensión innecesaria en los músculos del suelo pélvico. Es mejor ir al baño cuando sientas la necesidad en lugar de postergarlo.
Aprender a respirar correctamente, utilizando el diafragma, puede ayudar a evitar que la presión interna (intraabdominal) afecte el suelo pélvico.
Los ejercitadores de suelo pélvico son dispositivos diseñados para fortalecer estos músculos, favoreciendo su contracción y relajación. Existen diferentes tipos.
Son esferas que se insertan en la vagina y estimulan los músculos involuntariamente, ya que la mujer debe contraer los músculos para mantenerlas en su lugar. Algunas tienen un pequeño peso en su interior que se mueve con el movimiento del cuerpo, proporcionando una resistencia adicional.
Son pequeños dispositivos de diferentes pesos que se insertan en la vagina. Igualmente, funcionan obligando a contraer los músculos para evitar que el cono se deslice hacia afuera.
Son dispositivos que utilizan pequeñas corrientes eléctricas para provocar la contracción del suelo pélvico. Son especialmente útiles para personas con debilidad extrema en estos músculos o que tienen dificultad para realizar los ejercicios de Kegel por sí solas.
Son dispositivos avanzados que se conectan a una aplicación móvil. Miden la fuerza de las contracciones del suelo pélvico y brindan feedback en tiempo real para que la usuaria sepa si está ejercitando correctamente.
Utilizan ondas electromagnéticas para activar los músculos del suelo pélvico mientras la persona está sentada. Se utiliza principalmente en clínicas especializadas y se recomienda para personas con problemas más graves de debilitamiento pélvico.
Especialmente durante el embarazo y el posparto, es muy importante consultar a un fisioterapeuta especializado. Ellos pueden guiarte con ejercicios específicos, técnicas de biofeedback y consejos personalizados para mejorar la salud pélvica.
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