En marzo de 2012, Telefónica Europa anunció la relocalización de sus call centers en España tras haber pasado más de una década en otro país. Otras empresas del sector han seguido sus pasos y han descubierto que los usuarios valoraban mejor sus servicios. Como resultado, cada vez más compañías, no solo aquellas de servicios, están trasladando su producción de nuevo a España, lo cual está generando nuevas necesidades industriales que aumentan la demanda de profesionales con una formación industrial sólida.
Hace más de una década, muchos negocios comenzaron a trasladar su producción o la prestación de servicios a otros países para obtener ciertas ventajas competitivas. Generalmente en naciones con sistemas fiscales más favorables, que brindaran mano de obra más barata o tuvieran controles y normas más laxas, tanto en materia de derechos laborales como de protección del medio ambiente.
Sin embargo, no todo eran ventajas. Además de las diferencias culturales e idiomáticas, la deslocalización solía tener costes de transporte más elevados y a menudo conllevaba una disminución de la calidad en los servicios o productos, lo cual afectaba la satisfacción final del cliente. Por esas razones, cada vez más empresas están apostando por la relocalización, que consiste en traer de vuelta la producción industrial o la prestación de servicios.
La relocalización es una tendencia beneficiosa para países como España. La vuelta de las empresas brinda un empujón a la economía interna ya que los bienes y servicios se producen, comercializan y consumen dentro de sus fronteras, lo cual genera riqueza y bienestar. De hecho, también dinamiza el mercado laboral creando nuevos puestos de trabajo, muchas veces de perfil más especializado.
Otra de las grandes ventajas de relocalizar la producción es que permite proteger mejor las patentes pues el know how se queda “en casa”, lo cual reduce el riesgo de que se produzcan imitaciones y falsificaciones que representen un riesgo para la empresa.
Por otra parte, la relocalización de la producción industrial suele ser una opción más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Las empresas que trabajan en España no solo deben respetar las leyes medioambientales europeas, sino que disminuyen su huella de carbono total ya que evitan la contaminación que representan los largos trayectos de transporte de la mercancía desde los países donde se fabrica hasta aquellos donde finalmente se consume.
Por supuesto, relocalizar las empresas en España o el resto de la Unión Europea no es tan sencillo como trasladar una fábrica. Para poder afrontar unos costes salariales, sociales y fiscales tan elevados y seguir siendo competitivas en un mercado saturado es necesario recurrir a la innovación y la formación industrial.
Por ejemplo, la marca de moda C&A, que tiene presencia en 18 países y cuenta con unos 50.000 empleados, está relocalizando la producción de sus vaqueros en la ciudad alemana de Düsseldorf. Sin embargo, este cambio ha demandado un cambio en sus procesos industriales. Su nueva fábrica es sostenible y se sustenta en la automatización, lo cual implica que también necesita una mano de obra más cualificada.
Su caso demuestra que las empresas que opten por la relocalización tendrán nuevas necesidades industriales, lo cual aumentará la demanda de profesionales creativos que tengan formación en industria y una visión sostenible que impulse la innovación.
En el contexto de la relocalización, las empresas buscan profesionales que tengan una mezcla de habilidades blandas y competencias técnicas y tecnológicas, pero que también puedan adaptarse a los cambios con rapidez y se mantengan actualizados en su sector. Los especialistas en sostenibilidad y medioambiente son un perfil cada vez más demandado en las empresas, no solo para cumplir con la normativa sino para ofrecer productos en consonancia con un consumidor cada vez más más consciente de la necesidad de proteger el planeta.
Por supuesto, también se dispara la demanda de ingenieros industriales capaces de seguir el ritmo a las transformaciones que se están produciendo en este sector. Esos profesionales deben estar preparados para afrontar la acelerada transformación digital que se está viviendo en la industria y deben estar preparados para implementar soluciones 4.0, gestionar el cambio a sistemas inteligentes e interconectados y abordar los retos que presenta la logística actual.
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