En 2019 más de 4.500 mil millones de personas en el mundo viajaron a bordo de un avión, según la Organización de Aviación Civil Internacional. Los más de 20 millones de aviones que sirvieron de medio de transporte fueron diseñados por ingenieros aeronáuticos. Por tanto, se trata de una de las profesiones del futuro y una excelente opción para quienes buscan una carrera con salidas al mercado laboral.
El ingeniero aeronáutico es un profesional titulado que se encarga de diseñar y supervisar la fabricación de aeronaves, ya se trate de aviones, helicópteros, drones o cualquier otro vehículo que pueda desplazarse por aire. Es competencia suya inspeccionar los materiales y controlar la calidad del proceso de fabricación, así como programar y verificar el mantenimiento y las revisiones de funcionamiento.
Sin embargo, un ingeniero aeronáutico no solo es capaz de dar forma a un modelo de aeronave, sino que también propone diferentes acciones encaminadas a perfeccionar su diseño y mejorar la eficiencia. Por eso, otra de sus áreas de actuación es la investigación, un ámbito en el que estudia nuevas maneras de aplicar la ciencia y la tecnología a su sector.
Un ingeniero aeronáutico cuenta con las habilidades, conocimientos y experiencia para diseñar una aeronave, desde las partes que conforman el motor o los propulsores hasta la estructura completa. No solo está capacitado para crear el modelo computacional sino también para elegir los materiales, calcular el peso de las piezas y las cargas que pueden soportar. Muchos de estos profesionales también supervisan el trabajo de producción para solventar cualquier tipo de problema que pueda surgir durante el ensamblaje y garantizar la calidad, seguridad y eficacia del producto final.
Para garantizar su seguridad en el aire, las aeronaves requieren un mantenimiento habitual muy detallado. El ingeniero aeronáutico tiene la función de monitorizar y supervisar a los equipos que gestionan el mantenimiento. No solo se encarga de revisar las pruebas de rendimiento de la aeronave sino también de elegir las piezas de recambio o adaptar nuevos complementos. Además, tiene la tarea de implementar mejoras que optimicen su seguridad y eficiencia.
La investigación es clave para mejorar la eficacia y el rendimiento de las aeronaves. Por esa razón, el ingeniero aeronáutico también tiene la función de encontrar y desarrollar nuevas soluciones de perfeccionamiento a través de la investigación avanzada. Recurre a la investigación aplicada para solucionar problemas particulares, como puede ser reducir el consumo de combustible, minimizar el ruido o reducir la contaminación atmosférica.
Con un crecimiento anual del 4,5 %, la Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio asegura que la industria mundial de la aeronáutica civil mueve unos 226 mil millones de dólares al año y reinvierte el 9,5 % de su facturación en I+D+i, siendo 2,5 veces más productiva que la media de los otros sectores industriales en España.
Teniendo en cuenta esas cifras, no es extraño que el salario de un ingeniero aeronáutico en España sea un 66 % más elevado que el sueldo medio. Se estima que un ingeniero aeronáutico cobra entre los 30 063 y 40 100 euros anuales, una cifra que puede variar según la empresa donde trabaje y su trayectoria profesional.
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