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Derecho
07 nov 2022

¿Cómo se puede prevenir la radicalización?

Editado el 07 Nov. 2022
¿Cómo se puede prevenir la radicalización?

La radicalización no es un fenómeno nuevo, probablemente es tan antiguo como la propia sociedad, pero en las últimas décadas se ha convertido en una gran amenaza que afecta la seguridad y convivencia. De hecho, el informe sobre la situación y las tendencias del terrorismo en la Unión Europea reveló que en 2020 se produjeron 57 intentos de atentados terroristas en la eurozona, incluyendo los que se perpetraron y los fallidos o frustrados.

La difusión de las nuevas tecnologías y la creciente polarización de la sociedad están contribuyendo e incluso acelerando ese proceso de radicalización, que puede terminar desencadenando actos violentos. Por esa razón, programas como el máster en Seguridad y Defensa son más importantes que nunca.

¿Qué es la radicalización?

La Comisión Europea se refiere al concepto de radicalización como un “fenómeno de personas que adoptan opiniones, puntos de vista e ideas que podrían desembocar en actos terroristas”. En práctica, la radicalización es un proceso en el que el compromiso de una persona con una ideología extremista se va incrementando gradualmente, hasta el punto de llegar a legitimar el uso de la violencia e incluso ejecutarla.

De hecho, la ideología suele estar en la base de todo proceso de radicalización, que en muchos casos se vincula a un profundo fundamentalismo religioso, aunque no siempre se limita a este. Suele comenzar cuando las personas se sienten frustradas con sus planes vitales, la sociedad o las políticas de sus gobiernos.

¿Cómo se produce el proceso de radicalización?

Cualquier persona puede radicalizarse, por lo que es difícil elaborar un perfil psicológico, pero en términos generales el extremismo es más común en el seno de las comunidades marginadas, aquellas que sufren algún tipo de discriminación o han perdido sus rasgos identitarios.

El modelo de las 3N desarrollado por el psicólogo social Arie W. Kruglanski intenta explicar el proceso de radicalización en base a tres factores psicosociales:

  • Necesidades insatisfechas relacionadas con la búsqueda de significado personal

El proceso de radicalización suele comenzar con un evento desencadenante que activa la búsqueda de significado personal, como situaciones de humillación, vergüenza o deshonor que hacen que una persona o un grupo se sienta insignificante.

Cuando se activa esa búsqueda de significado, la persona investiga diferentes caminos para encontrar la respuesta, entre ellos el extremismo, sobre todo si éste les promete convertirse en alguien “importante” dentro de la organización o les aporta una sensación de pertenencia.

  • Narrativa que sustenta la ideología en la que está inmersa la persona

La radicalización, y en especial el extremismo violento, solo puede ser considerado como una alternativa viable para construir el significado personal cuando un grupo de personas ya lo ha asumido como un medio legítimo y eficaz; es decir, cuando existe una narrativa o ideología que lo articula y legítima.

El contenido de esa ideología es variado, de manera que puede asociarse a tendencias de carácter religioso, político, étnico o nacionalista. Generalmente son simples y reduccionistas, buscando chivos expiatorios a los cuales culpar por la insatisfacción propia o colectiva. No obstante, independientemente de su contenido, esa ideología marca el camino para alcanzar el significado personal, muchas veces a través de la violencia.

  • Red de influencia social y dinámicas grupales como medios coercitivos

El papel del grupo es fundamental en el proceso de radicalización pues confiere validez a las ideologías, promueve determinada visión del mundo e influye en la motivación de sus miembros. Por consiguiente, si en un grupo predominan las normas violentas, las personas tenderán a volverse violentas pues así podrán ganarse el respeto y admiración que habían perdido.

En muchos grupos extremistas se suelen producir situaciones de manipulación y abuso psicológico. Se ponen en práctica de métodos coercitivos para influir en sus miembros y conseguir su dependencia y sumisión. Generalmente los vuelven más vulnerables promoviendo el aislamiento de otros grupos sociales, controlando la información que consumen, desarrollando una labor sistemática de adoctrinamiento ideológico e imponiendo figuras mesiánicas de autoridad.

¿Qué se puede hacer para prevenir la radicalización?

Cada vez más personas se radicalizan en Internet, en especial a través de las redes sociales, que se convierten en cámaras de eco en las que los participantes de determinados grupos reafirman mutuamente sus creencias extremas sin ser cuestionados. De hecho, a través de las redes sociales no solo se difunden opiniones extremistas, sino que también se reclutan seguidores.

Por esa razón, para prevenir la radicalización es imprescindible ejercer un mayor control sobre los contenidos extremistas en el ciberespacio, de manera que se condene la difusión de los discursos de odio y se implementan al mismo tiempo programas educativos que fomenten valores más democráticos.

Si queremos blindar nuestra sociedad de la radicalización es necesario promover patrones de convivencia más diversos e inclusivos que rechacen ideologías extremas y difundan narrativas alternativas con las que todos sus miembros pueden sentirse identificados. Hay que contrarrestar los prejuicios y la discriminación, así como detectar de forma temprana los indicadores de radicalización en la población en riesgo para realizar intervenciones preventivas que eviten la instauración del extremismo.