La vigorexia se denomina también dismorfia muscular, se trata de un trastorno psicológico donde las personas afectadas se obsesionan por su estado físico, la práctica de deporte continua y la ingesta de determinados alimentos o dietas para mantenerse en forma. Es así como se alejan de la vida social, modificando su conducta alimentaria y sus hábitos o rutinas.
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La vigorexia puede definirse como un trastorno mental donde el individuo afectado se obsesiona por su estado físico llegando a modificar su conducta alimentaria, sus hábitos y estilo de vida.
Con este tipo de trastorno la persona cree que su cuerpo no está lo suficientemente musculado y debe mejorar constantemente su apariencia a través de ejercicio, ingesta exagerada de proteínas u otras sustancias como esteroides anabolizantes entre otras prácticas. De esta forma, abandona la vida social y descuida otros aspectos de la vida obsesionándose como la actividad física y el deporte.
En ocasiones la vigorexia se relaciona con la ortorexia, ya que ambas patologías tienen en común la alteración en la percepción del propio cuerpo y la modificación de conductas alimentarias.
No se conoce exactamente cuál es la causa que origina la vigorexia o dismorfia muscular, pero en la mayoría de los casos la vigorexia se desarrolla por tener cierto complejo de inferioridad debido a idealizar el cuerpo masculino o femenino desde un aspecto social y cultural.
El rango de edad de las personas que padecen esta afección suele estar en un intervalo de 25-35 años predominando más en hombres que en mujeres.
Los principales síntomas son los siguientes:
Una de las mejores opciones para tratar la vigorexia es acudir a un profesional de salud mental, donde se realiza una evaluación psicológica y abordar el problema desde diferentes terapias.
El tratamiento de la vigorexia debe enfocarse, sobre todo en la modificación de la conducta y la perspectiva propia que tienen las personas afectadas sobre su cuerpo/físico.
Debe intentar rodearse de un entorno afectivo, ya que cumple un papel crucial en su recuperación y apoyo a la hora de disminuir el número de entrenamientos y fomentar el interés por otras actividades que no sean físicas o deportivas.
Estas son algunas de las acciones que se deben realizar para tratar la vigorexia:
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