Origen de la farmacognosia
La palabra “farmacognosia” proviene del griego pharmakon (“fármaco”) y gnosis (“conocimiento”). Por ello, puede traducirse como “conocimiento de fármacos”. La farmacognosia es la ciencia que estudia las drogas y los principios activos de origen vegetal, microbiano (hongos, bacterias), animal y mineral. Esta disciplina se ocupa tanto de sustancias con propiedades terapéuticas como de sustancias tóxicas, así como de otras que puedan ser de interés farmacéutico o tengan una aplicación terapéutica, comercial o industrial. En un sentido más amplio, se puede decir que la farmacognosia abarca el estudio de la historia, el cultivo, la recolección, preparación, preservación, comercialización, distribución, identificación y evaluación de los componentes químicos de origen natural con el fin de mejorar la salud y el bienestar humano.
El inicio de la historia de la farmacognosia es incierto. Sin embargo, se puede inferir. Nuestros antepasados vivían en la naturaleza y debían observar el entorno atentamente para sobrevivir. Por ello, estudiaron el comportamiento de los animales, apreciando que determinados vegetales mejoraban la salud de los animales con aspecto enfermizo. Por tanto, es probable que alguno de nuestros antepasados imitase esa conducta animal al enfermar y, posteriormente, sanase. Como consecuencia, a través del ensayo y error, se fueron seleccionando vegetales con propiedades curativas. Del mismo modo, se identificaron sustancias tóxicas, capaces de producir alucinaciones o incluso la muerte. Estos fenómenos se relacionaron primeramente con creencias mágico-religiosas, pero con el paso de los años se desarrollaron y consolidaron hasta convertirse en la disciplina que conocemos hoy en día.