La Real Academia Española define la deontología como el “conjunto de deberes relacionados con el ejercicio de una determinada profesión”. Estos códigos de conducta no implican una obligación legal, pero sí que representan las normas establecidas y aceptadas por la comunidad. Son los colegios profesionales quienes se encargan de elaborar y velar por el cumplimiento de estas directrices y, en caso necesario, de penalizar las infracciones.
En la criminología española, donde los ámbitos de actuación de los criminólogos no están adecuadamente legislados, la deontología profesional sirve de guía para llenar algunos de estos vacíos legales. En este artículo veremos algunos de los aspectos que recogen los códigos deontológicos de los colegios profesionales de criminólogos.
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A continuación, indicamos las dos formas de deontología existentes.
Como hemos visto, la deontología profesional se centra más en cuestiones morales que en obligaciones legales. La mayoría de los códigos deontológicos recogen ciertos principios universales comunes a todas las profesiones:
Además de las exigencias éticas aplicables a toda actividad profesional, la deontología de la criminología recoge los derechos y deberes específicos de este sector. Sin embargo, no existe un código unificado que se aplique en todo el territorio español ni en los dispares ámbitos de actuación de la profesión. Por el contrario, existen múltiples documentos de este tipo publicados por los distintos colegios y asociaciones profesionales. La mayoría de los principios recogidos en ellos pueden agruparse en varias áreas temáticas que afectan a todas las ramas de la criminología.
Describe las cualificaciones necesarias para el ejercicio de la profesión. También define qué hace un criminólogo y el alcance de su actividad. Esta se centra en las acciones delictivas e incluye desde la prevención hasta la investigación, el peritaje o la intervención. También contempla la docencia, la investigación y la divulgación.
Deberes para con los usuarios de los servicios de criminología. Específicamente, los relacionados con el secreto profesional, los posibles conflictos de intereses o la transparencia. Esta sección contempla también derechos del criminólogo, como el de negarse a prestar servicios cuando estos puedan ser utilizados para cometer un delito o exijan el incumplimiento de la ley.
Obligaciones y derechos en el trato con la Administración de Justicia y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Los criminólogos deben colaborar en los procesos legales y poner sus conocimientos forenses al servicio de la justicia cuando esta así lo exija.
Métodos y técnicas de investigación aprobadas por las entidades colegiales y profesionales. Protocolos para la elaboración de informes que reflejen las investigaciones y que puedan servir de apoyo en los procedimientos judiciales. Deben basarse en metodologías aprobadas y presentar pruebas empíricas y documentales que apoyen los resultados de la investigación.
Conjunto de medidas disciplinarias que los colegios profesionales pueden tomar en caso de incumplimiento del código deontológico. Dependen de la gravedad de la falta e incluyen desde penalizaciones económicas hasta la suspensión temporal o permanente.
En resumen, la deontología ofrece un conjunto de herramientas que sirven como orientaciones morales para el ejercicio de la profesión. En el ámbito de la criminología, estos principios contribuyen a la eficiencia del sistema de justicia y a la integridad de la profesión.
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