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Las tecnologías de la información y las comunicaciones facilitan la vida a las personas y los negocios ayudándoles a gestionar de manera más rápida y eficaz diferentes aspectos de su día a día, pero también suponen nuevos riesgos que pueden poner en jaque el funcionamiento de una empresa o incluso de un Estado. Para protegerse de esas amenazas informáticas, este año el gasto mundial dedicado a soluciones de ciberseguridad ascenderá a 133.700 millones de dólares, según prevé la Corporación Internacional de Datos.
La ciberseguridad es el conjunto de acciones dirigidas a proteger los equipos informáticos de uso común, servidores, sistemas electrónicos y redes de posibles ataques maliciosos e intentos de robo de información o control del dispositivo. Su principal objetivo es proteger esa infraestructura digital garantizando su correcto funcionamiento e integridad.
La ciberseguridad se encarga de prevenir los ataques informáticos, detectar vulnerabilidades e identificar posibles brechas de seguridad para solucionar las fisuras que ponen en riesgo las redes y dispositivos. También tiene la misión de detectar cualquier tipo de actividad maliciosa contra los sistemas informáticos para detenerla a tiempo y, si no es posible, aplicará las acciones correctivas necesarias para aislar y expulsar esa amenaza en aras de recuperar la información y restablecer la funcionalidad del sistema afectado.
En la actualidad existen diferentes tipos de ciberseguridad que se enfocan en los distintos componentes del sistema a proteger, de manera que se puede hacer referencia a:
Las amenazas informáticas son acciones que aprovechan una vulnerabilidad para atacar o invadir un sistema informático. En la actualidad, las principales amenazas informáticas provienen de ataques externos, aunque también existen amenazas internas dadas por el robo de información o el uso inadecuado de los sistemas.
En sentido general, la ciberseguridad se enfrenta a tres grandes amenazas, según indicó la compañía de seguridad informática Kaspersky. Una de ellas son los ciberataques, que se realizan con el objetivo de perjudicar a personas, instituciones o empresas atentando contra los equipos y sistemas que operan en la red para anular sus servicios o robar la información que contienen.
Los delitos cibernéticos son otra amenaza informática que suele tener como objetivo obtener beneficios económicos, como es el caso de las estafas online, aunque también se realizan para dañar o interrumpir el funcionamiento de los sistemas, como fue el caso del famoso ransomware Wanna Cry.
No obstante, dentro de las amenazas informáticas más preocupantes que existen se encuentra el ciberterrorismo, cuyo principal objetivo es debilitar los sistemas electrónicos o interrumpir su uso para generar pánico y sembrar el caos en la población.
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