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En la práctica clínica, los profesionales sanitarios se ven obligados a tomar decisiones que pueden afectar a la vida de los pacientes por conflictos como el rechazo a los tratamientos, la falta de recursos o la demora en pruebas diagnósticas, entre otros.
Los nuevos avances en la investigación y la tecnología médica también suscitan dilemas morales, por lo que no es extraño que la reflexión bioética se esté colocando en el centro del debate, ya que intenta dar respuesta a esas inquietudes.
Como resultado de todo esto, la bioética clínica se ha convertido en una materia esencial en muchas titulaciones universitarias del área de ciencias de la salud como, por ejemplo, el Máster en Bioética online, incluido dentro de la oferta académica de masters de Salud y Biomédicas de la Universidad Europea.
En este artículo queremos hablarte sobre qué es la bioética clínica y cuáles son sus principios, además de citar algunos ejemplos de bioética.
El término bioética se acuñó por primera vez en 1970 por Van Rensselaer Potter, el cual hizo sus enfoques hacia el desarrollo de una disciplina que relaciona a los profesionales de la salud, sociedad y ecología.
La bioética es una disciplina que se ocupa de los conflictos morales derivados de la vida. Su objetivo es elaborar una línea de pensamiento basada en los valores que compartimos como sociedad y sustentada en la razón para establecer criterios éticos que podamos aplicar cuando debamos tomar decisiones que afecten la vida de las personas.
No obstante, ya en la década de 1960, se desarrolló una bioética clínica destinada a orientar la toma de decisiones éticas ante los dilemas más comunes que se plantean a quienes deben curar a los pacientes. Por tanto, esta disciplina analiza las consecuencias de las acciones que se producen durante la interacción entre pacientes, profesionales de la salud y el sistema sanitario en general.
Los cuatro principios tradicionales de la bioética que se pueden aplicar perfectamente al ámbito clínico son:
Entendida como la capacidad de la persona para tomar decisiones de manera libre e independiente. La bioética señala que, a menos que se trate de casos excepcionales en los que se produzca un conflicto con otros valores esenciales, el personal sanitario debe respetar las decisiones del paciente.
La bioética clínica se asienta sobre el nuevo paradigma de respeto que permea la relación entre profesionales sanitarios y pacientes, que se expresa con consentimiento informado, un paso imprescindible antes de intervenir. De esta forma, se supera el viejo molde en el que el médico tomaba de manera unilateral las decisiones sin contar con el parecer de sus pacientes.
Entendida como aquellas acciones dirigidas a maximizar los beneficios que pueda obtener una persona y disminuir los posibles daños, representa el pilar esencial sobre el que descansa la práctica médica. A menudo, se conjuga con el principio de no maleficencia, que implica la prohibición de causar de manera intencionada daños a otros.
Ambos principios persiguen el objetivo de garantizar una atención adecuada a los pacientes que solicitan asistencia sanitaria. Por tanto, obligan a los profesionales de la salud a valorar cada caso de manera individual realizando un balance entre los riesgos y beneficios potenciales de cualquier tipo de intervención.
Implica la conciencia de que todas las personas son iguales, de manera que tienen derecho al mismo tratamiento. Este principio de la bioética clínica se aplica para evitar las situaciones de desigualdad, de forma que los profesionales tengan claro que, siempre que se trate de casos similares, deben actuar de la misma manera y recomendar tratamientos similares, sin aplicar distinciones que conduzcan a situaciones de discriminación.
El principio de la equidad, igualdad y justicia social es uno de los retos de la salud pública europea y española, el cual pretende eliminar las diferencias sociales en el ámbito de la salud. De hecho, se ha constatado que los países que aplican el derecho universal a la prestación sanitaria tienen mejores indicadores de bienestar ya que reducen la marginación y ayudan a los colectivos más desfavorecidos.
En 1982 Beauchamp y Childress publican el libro Principios de la ética médica, en el cual escriben este cuarto principio que elimina los conflictos que surgían entre el principio de autonomía y beneficencia.
Este principio se basa en el adagio médico clásico primum non nocere:
La consecuencia lógica de la aplicación de este principio es que la autonomía siempre prima. Por lo tanto, si alguien rechaza un tratamiento, este no se pone.
A pesar de las limitaciones que tienen estos principios, con su adecuada aplicación, pueden resolverse la mayoría de los conflictos en las profesiones sanitarias.
Obviamente, aplicar los principios de la bioética clínica implica numerosos desafíos, como la necesidad de utilizar de manera más eficiente los recursos sanitarios, lo cual podría implicar la limitación del acceso a algunos pacientes. La bioética clínica también debe profundizar y dar respuestas a cuestiones relacionadas con los avances técnicos y científicos más recientes, como la ingeniería genética, la clonación terapéutica o el uso de las células madre.
A continuación, te presentamos algunos ejemplos de bioética que destacan la importancia de esta disciplina en la toma de decisiones en el ámbito médico y científico:
En el proceso de obtener el consentimiento informado, los profesionales de la salud deben proporcionar información completa y comprensible sobre los procedimientos médicos, riesgos y alternativas disponibles. De este modo, los pacientes pueden participar activamente en decisiones relacionadas con su atención médica.
En situaciones donde los recursos médicos son limitados, como durante una pandemia, surge el desafío ético de la asignación de recursos escasos. La bioética busca establecer criterios justos y transparentes para distribuir equitativamente los recursos, considerando factores como la igualdad, la utilidad y la justicia distributiva.
El avance de la tecnología genética plantea preguntas éticas en torno a la terapia genética y la modificación del ADN. ¿Hasta qué punto es ético intervenir en el código genético humano? La bioética aborda estos dilemas, sopesando los beneficios médicos con las preocupaciones morales y sociales.
El uso de inteligencia artificial en la enfermería y en la medicina plantea desafíos éticos relacionados con la toma de decisiones autónoma. ¿Hasta qué punto confiamos en las decisiones de sistemas de IA en la atención sanitaria? La bioética interviene en la evaluación de la responsabilidad, la transparencia y la ecuanimidad en la implementación de la IA.
La bioética también se enfrenta al debate sobre la clonación humana. ¿Es ético crear copias genéticas de seres humanos? Este ejemplo destaca las preocupaciones relacionadas con la autonomía, la identidad y la integridad de la persona.
La realización de estudios clínicos plantea cuestiones significativas que exigen la protección de los participantes, la revisión rigurosa de protocolos y la divulgación transparente de los resultados. En definitiva, garantizar que la investigación beneficie a la sociedad sin comprometer la seguridad y los derechos de los sujetos.
Situaciones como, por ejemplo, la limitación del esfuerzo terapéutico y la planificación de cuidados al final de la vida involucran consideraciones éticas cruciales. La bioética ayuda a abordar preguntas sobre la calidad de vida, la dignidad y el respeto de los deseos del paciente.
Estos ejemplos ilustran la diversidad de desafíos éticos en la bioética clínica contemporánea. Y es que esta disciplina se esfuerza por proporcionar marcos éticos sólidos que guíen la toma de decisiones en la investigación, la práctica sanitaria y el desarrollo tecnológico, asegurando un equilibrio entre el avance científico y el respeto a los valores humanos.
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