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Medicina y Salud
14 nov 2024

Apego ansioso ambivalente: qué es, causas y síntomas

Editado el 14 Nov. 2024
apego ansioso

Índice de contenidos

  1. ¿Qué es el apego ansioso o ambivalente?
  2. Cuatro formas de apego social
  3. Características del apego ansioso o ambivalente
  4. Causas y tratamiento del apego ansioso
  5. ¿Cómo se trabaja o supera el apego ansioso ambivalente

Buscar el contacto constante con la pareja, sentir una gran inseguridad cuando no está cerca un hermano, no poder salir de casa sin un padre, etc. Todas estas situaciones pueden tener una respuesta en la psicología: puede tratarse de un apego ansioso ambivalente.

Ayudar a los pacientes a superar esta condición es algo que aprenderás en nuestro Grado en Psicología en Valencia en la Universidad Europea. Allí, los estudiantes adquieren las herramientas necesarias como para acompañar a quienes acudan a sus terapias. Conocer las características de esta condición psicológica y la forma de abordarla es vital. Tanto para quien la sufre como para ayudar a alguien que se encuentra cerca. Para el estudiante de psicología también es importante conocer qué tipos de terapia psicológica se usan.

¿Qué es el apego ansioso o ambivalente?

Esta dolencia de la salud mental se puede definir de una manera sencilla: es un establecimiento de vínculo emocional mal gestionado. Se caracteriza porque la persona necesita un contacto constante con aquellas con las que se relaciona. De lo contrario, puede sufrir ansiedad, estrés, sensación de pérdida, etc.

El apego ansioso o ambivalente está muy presente en la sociedad actual por nuestra forma de vida y crianza.

Por eso, es algo muy estudiado en las distintas ramas de la psicología: los alumnos de nuestro Grado en Psicología en Madrid, Alicante y Canarias aprenden a abordarlo desde los primeros cursos.

Para ello, será especialmente relevante centrarse en qué causa este tipo de vinculaciones emocionales inadecuadas. Los psicólogos consideran que es en la infancia donde las vivencias pueden activar esta forma de relacionarse. De hecho, generalmente esta situación parte de experiencias vividas con las figuras protectoras: padres, madres, hermanos mayores o similares.

En ocasiones esas primeras etapas los roles o las experiencias no están bien canalizadas. Esto puede devenir en una dificultad para apegarse de manera segura a las demás personas.

Cuatro formas de apego social

La psicología ha estandarizado cuatro formas de apego social que se cumplen en las personas: apego seguro, apego ansioso ambivalente, apego evitativo y apego desorganizado. De todos ellos, el ideal es el primero, que responde a una excelente gestión de los sentimientos.

Por apego seguro se entiende una gestión adecuada de la relación entre, por ejemplo, padres e hijos. En esta fórmula ideal, existe un comportamiento cálido, acogedor y atento al menor. Pero a la vez se fomenta su independencia, su espacio propio y su capacidad de empatía y reflexión. Muy distinto es lo que ocurre en el apego ansioso, uno de los tipos de traumas psicológicos más habituales en la actualidad.

Características del apego ansioso o ambivalente

La principal circunstancia que se da en un individuo con esta condición es una gran dependencia emocional. En su etapa infantil, los niños tienen que recibir atención constante para no sentirse solos o abandonados. Y esa necesidad se va haciendo constante a lo largo de la etapa juvenil y adulta del paciente.

Esto se traduce en una serie de características sociales que suelen ser las siguientes: 

  • Necesidad constante de contacto: los individuos hacia los que se siente ese apego no pueden estar lejos ni física ni emocionalmente.
  • Miedo a la separación: no se concibe el momento de la separación de la pareja por motivos de trabajo o viajes. Sienten que ese ser querido les va a abandonar inevitablemente.
  • Inseguridad: problemas de confianza, dificultad para mostrarse tal y como son, búsqueda constante de aprobación.
  • Celos: las personas con apego ansioso suelen mostrarse reacias a que otros individuos se acerquen o establezcan vínculos con aquellos hacia los que sienten esta relación.

Estos pacientes requieren de terapia para profundizar en la forma en la que fueron sus primeros años. Como aprenderás en el Grado en Psicología online, el camino de recuperación se hace a través del descubrimiento de la relación con los padres y tutores. Tras ello, se generan herramientas para dar respuestas mucho más saludables a las relaciones en la etapa adulta.

Causas y tratamiento del apego ansioso

Las vivencias que han experimentado las personas que desarrollan apego ansioso pueden ser muy diversas. De nuevo, cada circunstancia es única. Sin embargo, se pueden establecer una serie de generalidades; en la mayor parte de escenarios, las personas con esta condición se han visto expuestas a circunstancias similares.

Especialmente importante son los primeros años y la relación con los protectores principales en ese lapso temporal. En el recuerdo de esa etapa se buscan los siguientes escenarios:

  • Relaciones intermitentes: en ocasiones los padres no dan una respuesta rápida y ajustada a las necesidades del niño. En estos momentos, el bebé siente esa carencia y sufren por ella.
  • Respuestas imprevisibles: se trata de esos expedientes en los que el menor no sabe qué puede esperar de sus cuidadores. Un ejemplo es el de los sucesos en los que se riñe a destiempo. O cuando se reacciona de manera distinta ante el mismo escenario.
  • Sensación de peligro: los dos supuestos anteriores generan sensación de peligro en la persona. Es un sentimiento irracional, pero que desarrolla una gran sensibilidad e inestabilidad emocional.

Una vez que el profesional ha identificado esta situación con una evaluación psicológica, toca buscar soluciones. En estos casos, se propone iniciar una terapia para ayudar al usuario. A ello se debe sumar una actitud proactiva por parte del paciente. A través de su buena disposición, también puede trabajar poco a poco el apego ansioso ambivalente.

¿Cómo se trabaja o supera el apego ansioso ambivalente?

Lo principal es seguir las recomendaciones del psicólogo. Este irá guiando al paciente a lo largo de la terapia. Y le dará herramientas para trabajar día a día y de manera progresiva:

  • Analizarse: el crecimiento pasa por el conocimiento propio. Por ello, es importante mirar con juicio crítico tus propios comportamientos. Y también tus sentimientos hacia las personas: parejas, padres, hermanos o amigos.
  • Comunicación: contar lo que se está viviendo es importante. Y no solo al psicólogo: en ocasiones conviene compartir el proceso con la persona hacia la que se siente el apego ansioso ambivalente. A esto se suma el aprendizaje a la hora de decir qué se necesita y cómo se siente en cada momento.
  • Trabajar la autoestima: quererse a uno mismo es clave para desarrollar relaciones sanas con terceros. Es vital descubrirse, conocer los valores propios y destacar la validez personal.
  • Mirar al pasado: el trabajo más duro a nivel psicológico será esa mirada al pasado. Esto ayudará a descubrir el origen del problema. Y permitirá que la persona se pueda dar una segunda oportunidad con relaciones sanas.
  • Aprender a estar en soledad: aprender a estar solos está relacionado con todo lo anterior. Una situación de soledad plena y satisfactoria será clave para construir relaciones mucho más sanas y no dependientes.

Los profesionales de la psicología o que han estudiado el Grado en Terapia Ocupacional en la Universidad Europea tienen un importante papel en este proceso. Para muchos usuarios, la ayuda del terapeuta es clave para salir de estas situaciones de apego ansioso tan negativas.